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CAPÍTULO XII| Ponche de frutas.

—¿ Se puede saber quién carajos eres? —Tan pronto como llegó a su  propia pareja y al omega frente a ella Renjun se hizo a notar, con el pecho hinchado y la mandíbula apretada en una mueca intimidante. El ajeno pareció titubear más no se hizo para detrás fijando nuevamente su atención el la bonita alfa que le miraba con expectativa.

—Tu número, por favor.—ignoró por completo a la presencia bajita, error.

—Tú mierda-...

—Jun, no te exaltes—Bee colocó su brazo en la cintura de este, casi como un ancla para que el violento no sé lanzará en contra de aquel omega—Lo siento, no tengo teléfono.

El contrario a ellos se removió aún sin querer irse y dejar ganar al apestoso camarón posesivo que desde los brazos de la alfa la miraba con una mueca entre burlona y llena de ira—Umh ¿ eres de por aquí? ¿ podríamos encontrarnos de nuevo ?

—Creo que no estás entendiendo, estúpido.

—Jun-...

Renjun está vez no dejó que la alfa lo drogara con sus feromonas tranquilizantes por lo que dando un paso valientemente contra el otro omega colocó uno de sus deditos en el pecho plano de este—Esta es mi maldita alfa, mía. Así que si no te vas mucho a la mierda me comeré tus estúpidos ojos y luego los vomitaré en alguno de los batidos de tus imbéciles así que si yo fuera tú me iría de una vez.

El omega palideció murmurando unas cuantas cosas alejándose y llevando con él a los otros omegas que acosaban a mark, el pobre se veía totalmente incómodo y por supuesto Jeno aún no regresaba. Renjun tuvo que encargarse de la protección de un alfa que no era la suya, maldición.

—Eso fue muy caliente, mi amor.

—Callate, tonta—gruñó él tomándola con violencia de la mano hasta llevarla debajo de un árbol donde la empujó y luego se sentó en su regazo, utilizandola como silla y a la vez colocando su nariz en la glándula olfativa de esta, oliendo y cubriéndola de su propio olor—"No tengo teléfono"  ¿ es en serio Bee ? qué clase de estupidez es esa.

—Mark lo vendió.

—¿ Cómo por qué dejaste que tu primo vendiera tu teléfono ?

—Dijo que fue accidental.

—Lo mataré—hizo el intento de levantar su cuerpo pero fue detenido. Bee también comenzó a oler su cuello y a llenarlo de su olor, relajandole —Dejalo, suficiente tuvo con esos omegas, te imaginas cómo sufrirá.

—Pues va a sufrir cuando Jeno se entere que dejó que lo toquetearan.

—Sabes que tenemos prohibido tocar a los omegas, amor—Renjun lo sabía, por lo mismo era tan protector con lo suyo. Ni Mark no Bee podrían jamás defenderse en contra de un omega si este decidiera acosarlos, era una ley.

—Estupidas leyes me hinchan las pelotas.

—Jun, lenguaje.—Bee aspiró fuerte llenando de cosquillas al bajito.

—Tu lenguaje me lo paso por la-...

—¡Por qué hueles a ponche de frutas, Mark Lee!

Jeno regresó por fin y no se veía muy feliz.