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CAPÍTULO XV| Lonjon.

Para el tercer día, Mark contaba con una serie de rasguños y moretones a causa de las piedras que le terminaron aventando los extranjeros agresivos cuando se dieron cuenta que no habría fuerza alguna que les dejara alcanzar al rápido y escurridizo alfa así que no fue precisamente el mejor día para the canadian boy; por otra parte, Renjun puede admitir que lo está pasando excelente, ya que gracias a Mark que estaba herido y con severos traumas él ni Jeno se molestaron en salir de la cabaña por lo que tenía todo el tiempo libre con su mujer, sólo ellos dos.

—Bee, colócate bloqueador.—Dijo Renjun, una sonrisita come mierda pintada en su bonita boca mientras se acercaba a la alfa con una mirada totalmente ajena. Bee por puro instinto se alejó, mirándole con una ceja alzada.—Ven.

—Qué intentas hacer.

—Sólo quiero colocarte bloqueador.—Sus manos temblaban de la emoción, piel desnuda.—Solo un poquito.

Bee negó, retrocediendo causando así un bufido en el más bajo—Jeno ya me colocó antes de salir.

Jun gruñó, casi podría sentir la sonrisa del otro omega—¿ Por qué demonios dejas que otro omega te toque ?

—Porque es Jeno—Argumentó.

Renjun, ahora amargado, dejó caer su brazo y el bloqueador con él—Lo que digas, vamos a la playa.

(...)

Para sorpresa —y encanto— deRenjun ya en el agua Bee se mantuvo pegada a él, sosteniendo su cintura y sin dejarlo ir para nada, le gustó; su omega moviéndose con comodidad en su pecho porque ahí es donde pertenecía.

Con las mejillas sonrosadas y el rostro pegado al cuello de la ajena sintió una repentina timidez, amaba estar pegado a su alfa, amaba tenerla atrapada entre sus brazos y saber que nadie más podía tenerla así, más que él.

—No te muevas—Con suave voz Bee se hizo oír, Renjun levantó su rostro desde donde estaba escondido, casi con un signo de pregunta expuesto en el rostro —Creo que no podré controlarme si sigues apretando ahí.

El rostro de esta estaba de un color cereza fuerte y se negaba a ver a la cara al omega, en otra situación Renjun se burlaría de ella pero teniendo en cuenta la pequeña presión entre sus piernas instintivamente se apegó más a ella, Bee jadeó casi indignada.

—Renjun.

—Sí, ya sé.

—Renjun, quítate.—Demandó, su rostro inherentemente caliente a pesar de estar en la fría agua. El omega no se alejó en absoluto, es más, se pegó tal cual chicle.—Lonjoooon.

Lonjon, sólo había una fucking persona que lo llamaba así y ese era Na jodido Jaemin.

—Y una mierda, llámame así de nuevo y te juro que le arrancaré sus greñitas rosas a Na.—Malhumorado Jun por fin se alejó, su olor rápidamente volviéndose ácido puro.

Bee dejó escapar una risita, siguiéndole de lejos.

No lo dudaba.