Capítulo 2

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—¿Qué tal esa chica de allí? —le pregunté a mi mejor amiga Nia señalando con la mirada a la de la esquina de la cafetería.

—Hum... —murmuró entrecerrando los ojos como si estuviera analizando y reflexionando su respuesta—. Es extranjera. Quizá del sur por el abrigo que lleva. Está sentada con sus compañeros de clase, por lo que tiene dieciocho años. Es raro que haya un grupo tan grande compartiendo un simple café. Han quedado porque están debatiendo su próximo examen.

—Quizá tiene veintidós, están de "reencuentro" y...

—Es mi turno, Kara —masculló haciéndome callar, aunque asiento con la cabeza dándole la razón para que prosiguiera—. Vino aquí el año pasado porque ha obtenido una beca para la universidad y quería cambiar de aires. Estudia... —Cerró la boca y abrió los ojos hacia nosotros—. ¡Arte! —exclamó entusiasmada.

—Todos estudian arte para ti, Nia —se burló mi otro mejor amigo Winn—. Ibas bien hasta que llegaste a ese punto —sonrió.

—Es cierto —confirmé cuando vi que Nia le asesinó con la mirada—. Siempre que jugamos a adivinar sobre la vida de los desconocidos dices que estudian o han estudiado arte. Sé que estás entrando en ese mundo ahora, pero todos tienen vidas diferentes —bromeé entre que agito la mano por su rostro para molestarla.

—Tú cierra el pico y ponte a trabajar que ni siquiera juegas —se quejó de manera divertida.

—Déjame disfrutar de mis quince minutos de descanso, ¿quieres? Además, a mí se me da fatal. —Hago un puchero mientras agarro mi taza de café y ella se echó a reír.

—Venga... —suspiró Winn—. Realmente nos lo inventamos, aunque a veces encaje con la descripción. Inténtalo —me pidió, pero negué rápidamente con la cabeza—. Vamos. Es divertido —insistió.

—Soy demasiado obtusa para estas cosas, Winn. —Lucí una mueca—. Hasta en las series me equivoco cuando es evidente quién es quién.

—Vale, pues me toca —me ignoró por completo para mirar a Nia para que le indicara otra persona.

—Oh, aquella que acaba de entrar —señaló mi mejor amiga y giré disimuladamente la cabeza junto con Winn para visualizar la entrada.

Casi escupí el café. Mi corazón comenzó a latir de manera desenfrenada cuando una mujer, cabizbaja con la mirada perdida en el móvil, se dirigió a la barra de recogida rápida desde que traspasó la puerta.

De manera automática, aparté mi vista de ella casi tirando la taza en el platillo, intentando mantener la calma. Pero mis movimientos bruscos e inesperados llamaron la atención a mis amigos. Mi reacción provocó sus ceños fruncidos, pero luego abrieron la boca al captar lo que estaba pasando y finalmente asentí en confirmación.

Sí, mi vecina; la mujer de la que estoy terriblemente enamorada acababa de entrar en uno de mis escenarios que había soñado durante mucho tiempo. Ni yo misma podía creérmelo. Había intentado enmascarar mi sorpresa, pero no pude. Ella nunca había pisado esta cafetería; para que os hagáis una idea llevaba trabajando aquí desde que comencé la universidad y ya terminé la carrera hace tres años. Mis dos mejores amigos pueden confirmarlo.

Pensé en salir corriendo, pero no me moví. Me sentí cómo una idiota al intentar escapar cuando razoné que seguramente la mujer ni notaría mi presencia. Solo le agradecí al universo por sentarme de espaldas a la barra porque si mi vecina se llegara a fijar en mí apuesto a que me vería patética.

—Por fin le ponemos rostro a "la mujer de ojitos lindos" —habló Winn y sus ojos marrones se dirigieron a los míos—. También te digo que te has quedado corta, ¿eh? —se burló volviendo a observarla.

Enamorada de una desconocida | SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora