—Kara, ¿me estás escuchando?
—¿Uh?
Levanté la vista de mi regazo y observé a Nia mirándome con la ceja arqueada. Había estado hablando sobre la exposición en la galería de arte que iba a dar lugar dentro de tres semanas, pero honestamente había perdido el hilo desde hace un rato por estar pensando en otras cosas. Llevaba una semana sin ver a cierta persona que me gustaba mucho. Bueno, a decir verdad, sí que la había visto, pero parecía que me estaba evitando o ignorando.
Después de que Nia me recogiese y llegáramos a su apartamento, habíamos hecho una videollamada con Winn para contarle lo que me había sucedido con mi vecina y al final me había inclinado por la opción de que la pelinegra simplemente había tenido que atender una urgencia. Mis mejores amigos habían sido francos conmigo y, aunque no quería que fuera así, tenían razón: yo no era su prioridad al igual que ella tampoco debería ser la mía. No nos conocíamos, no éramos amigas. Sin embargo, también me había tranquilizado porque eso quería decir que, en cuanto la volviese a ver, continuaríamos por donde lo habíamos dejado.
No obstante, al día siguiente, había sentido que algo estaba pasando tras la última interacción que tuve con "la mujer de ojitos lindos". Después de agradecer a Nia por su hospitalidad a pesar de haber aguantado sus patadas mientras dormía, había ido a la cafetería para recuperar mis llaves y seguidamente había ido a mi apartamento. Nada más entrar en mi edificio y dirigirme al ascensor, había estado pensando sobre cuándo volvería a ver a la pelinegra y, como si el destino la hubiera llamado, mi vecina había aparecido delante de mí tras abrirse las puertas.
Recuerdo como mis curvas se habían inclinado hacia arriba para luego abrir mi boca con el fin de saludar, pero mi alegría se había transformado en un ceño fruncido cuando ella simplemente había pasado por mi lado con un rostro inexpresivo y el susurro de un "buenos días".
No había querido dar por sentado nada. Quizá había tenido una noche horrible o una mañana estresante después de todo como me habían asegurado Kelly y Alex. Tenía que ser coherente y realista. Ella tenía su vida y yo tenía la mía. Me había saludado después de todo.
Pero, conforme fueron pasando los días, los encuentros habían sido prácticamente similares. Es decir, cuando había escapado para verla como siempre hacía, me había saludado exactamente igual, y cuando habían sido encuentros casuales, parecía que estaba huyendo de mí; como ayer que ella me había mirado desde el ascensor mientras yo abría el portal y había presionado el botón sin esperarme. Quería pensar que no se había dado cuenta, pero juro que nuestros ojos se habían encontrado.
Era como si volviéramos al principio, pero sin estarlo porque obviamente habíamos pasado casi un mes compartiendo algo más que un simple saludo. No quería volverme paranoica y quise ser paciente. Me seguía inclinado por el que tenía prisa y no lo hacía adrede. Pero en esa semana, por sus expresiones y gestos, me demostraba de que había algo que no cuadraba.
Nia dio unos suaves golpes sobre la mesa para llamarme la atención y salí de mi burbuja. Suspiré y negué con la cabeza como respuesta.
—Pensé que ahora íbamos a elegir las pinturas que llevaría. —Alzó el móvil para enseñarme sus cuadros—. Sin embargo, veo que no te has enterado de nada de lo que te he dicho. Necesitaba tu consejo. —Hizo un puchero.
—Lo siento, tienes razón —pedí con una mueca culpable.
—Sé que es una tontería, pero esta exposición es muy importante para mí —expresó en voz baja.
—Oye, si para ti es importante eso hace que para mí no sea tonto —corrijo y ella finalmente me dedica una sonrisa alentadora—. Venga, enséñame todos mientras me explicas el por qué y te ayudo. —Me acerqué a ella.
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Enamorada de una desconocida | Supercorp
FanficKara Danvers está enamorada de alguien que no conoce. O eso creía. Historia original. Los personajes son exclusivos de DC. POV (punto de vista) de Kara. [Sin poderes].