100% heterosexual ¿Y tú?

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Eli y Jim se dirigieron hacia la casa del más alto mientras que en el camino lograban platicar con simpatía sobre varias cosas de la escuela, e incluso de lo que podían hacer en el hogar, tal vez Jim podría cocinar una de sus tantas buenas recetas de comida, Eli encantado claro.

Al llegar Eli entró con prudencia, evitaba hacer algo que lo hiciera ver cómo el típico nerd torpe. Jim fue hacia su habitación a dejar sus pertenencias y poder jugar videojuegos primero, el hogar era acogedor así que Eli se quitó la chaqueta poniéndola sobre su mochila y sentándose frente al televisor. 

Cuando Jim bajó le mostró juegos que no conocía pero que según Jim "debe de conocer ahora mismo", eso le producía nervios, no quería verse como un perdedor, literalmente.

Los controles funcionaban de otra manera y aquello le empezaba a dar más nervios, Jim por su parte al instruir mejor a Eli le tomó de sus manos como un niño pequeño y empezó a mostrarle las funciones. 

La cercanía era mayor, Jim empezaba a explicarle frente a su rostro mientras sostenía sus manos, Eli a pesar de estar con latidos más rápidos trató de concentrarse en el juego para ignorar su Gay – panic.

Los sentimientos no pueden ser callados, era obvio, se le notaba un poco de rubor en su cara en cada momento cercano, e incluso por divagar en sus pensamientos perdió algunas partidas donde ya iba avanzando, afortunadamente Jim era muy paciente.

Por la parte de Jim, le agradaba la compañía del contrario. Lamentaba estar sin Tobes, él es mucho mejor en los videojuegos. Siendo honesto Jim deseaba un día normal, como un chico normal. Qué chico normal no jugaría con un nuevo amigo.

Pasaron a la siguiente actividad: cocinar. Jim se acercó más a Eli para comunicarle eso, Eli seguía sintiendo cosquillas y calor ante esa cercanía, y sintió aún más la calidez cuando Lake le agarró de la mano para llevarlo a la cocina.

– Dime Pepperjack ¿Sabes cocinar? – La sonrisa se ensanchó en Jim cuando Eli dio un gesto negativo, podía enseñarle, podía mostrarle lo que más le apasionaba. – ¿Quieres aprender? – A pesar de las inseguridades de Eli, éste aceptó la propuesta.

Prepararían un emparedado sencillo pero con el toque Lake, es decir, más que difícil a la vista de Eli. Iniciaron con cortar algunas verduras, Eli las cortaba lento pero seguro, algo positivo de estar con su crush; pensando en eso, ¿cómo sería estar siempre así? Cocinando como si fueran... ¡No! ¡Eli, piensa algo coherente! Sorprendentemente no se cortó ante su distracción.

Por el lado de Jim vigilaba todo y era hora de ponerlo al fuego, porque sí, él hacía los mejores emparedados de esa manera. Se acercó a Eli para decirle le tocaba poner algunos elementos en el sartén con aceite. Eli de inmediato negó, diciéndole que era mejor idea solo observar, pero no sería una verdadera experiencia sin el fuego.

Eli solo pudo lanzar los ingredientes con miedo y temblor, con un pequeño chillido agudo de compañía. Jim se acercó por detrás, de nuevo le sostuvo de las manos y se acercaron con cuidado al sartén, ahora, el aceite no era la preocupación de Eli.

Esa cercanía tan cómoda de nuevo, y tan intenso en su ser. Con nervios agarró el mango de la sartén mientras Lake tenía sus manos, era casi abrazarle por detrás, Jim en su oreja le susurró – Tranquilo, yo estoy aquí – Eso le hizo encogerse un poco, Lake pensó que era a causa del aceite, para tranquilizarlo le tomó con algo de fuerza sus manos para que la comida no se quemara.

El fuego era bajo como Eli, pero quemaba como la temperatura que sentía en esos instantes; hacía que fuera más intenso cocinar aquellos ingredientes; causaba que Eli sintiera con más furor sus sentimientos casi derritiéndose como mantequilla en el cuerpo ajeno, rogaría porque esa escena fuera o se repitiera en otras circunstancias... con algo de cariño.

Ya era de noche y por conveniencia del guion Eli no podía irse de la casa de Jim.

Comenzó a llover, demasiado fuerte, empezaban a parpadear las luces de la calle, Eli preocupado por volver a su hogar antes de tener más Gay – panic llamó a su madre, lamentablemente le comunicó que su auto se averió de camino al trabajo pero le dio la idea de pasar la noche con su amigo, oh no, eso sí que no, ya aguantó la cercanía, las manitas entre manitas y los susurros cosquilleantes, era más que suficiente. 

Pero, no tenía de otra, la lluvia seguía. Del otro lado, Jim le dijo que su madre no llegaría del hospital esa noche así que estarían solos, ambos, chicos, solos.

Eli ya estaba cansado de sus emociones y sobretodo de seguir emocionado por cada segundo al lado del chico que le gusta.

– Yo puedo quedarme en el sofá si quieres, eres mi invitado. – Como si eso no significara que Eli podría dormir en la cama de Jim, lo podía en una situación estresante. ¿Por qué Dios? Por qué tantas cosas pasan en solo una salida.

Porque sí, y punto.

– Amm, no, no, tu sofá se ve cómodo, no tengo problema en dormir en el.

– Oh también podemos dormir juntos, sabes, mi cama no es tan pequeña pero tú sí, cabemos perfectamente. – Tampoco era gran cosa para Jim, no homo bro.

– ¿Q- Qué? ¡No! Es decir, no, créeme, tú sofá se ve muy cómodo, no hay problema y- Antes de continuar y empezar a ponerse más nervioso Jim se acercó y lo cargó, oh, Eli no tenía idea de la fuerza de Jim.      

Ambos terminaron en la cama a ambos extremos por supuesto.

La tormenta seguía, pero para Eli era algo lindo estar junto a su enamorado, ese chico encantador que le dio más confianza, se preguntaba por qué le dio ese contacto sin temor. 

Ya era de noche, debe dormir, al lado de su salvador. 

***

#nohomobro 

Oh Eli, dame la oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora