Danger Inside // JJK + KTH

01- Ella...

Jungkook besaba con cierta desesperación aquellos labios que se habían convertido en su más grande obsesión desde ya algunos meses.

¿Amor?, no sabía, era quizá demasiado pronto para sentir tal sentimiento. Deseo, ganas, placer, sexo, eso le hacía más sentido.

Las pequeñas manos se metían por debajo de su camisa color gris, la tela que había estado elegantemente lisa ahora se arrugaba bajo el tacto ajeno. Aquellos labios pequeños y delicados devoraban los propios con gula, casi con rencor pensaba él a veces, cómo si quisiera desquitar con su cuerpo el estrés y cansancio de una larga jornada, pero aquello poco le importaba a Jungkook, no cuando se sentía tan bien ser usado a su antojo.

Sunset, ese era su nombre, aquella mujer de aspecto elegante que había conocido meses atrás se había proclamado como dueña de su cordura muy pronto. Entró a su vida augurando un turbulento desenfreno, no conocía más allá de su nombre y que provenía de un país muy lejano del suyo, aquello era muy obvio, sus cabellos de un color rojizo al igual que sus cejas, sus ojos verdes y su piel blanca como la luz de la luna se lo decían, y él, que sólo se dejó llevar en ese remolino de sensualidad y belleza poco común, tampoco insistió en preguntar por mucho.

La conoció un día de trabajo, ella llegó directamente hasta él, sus ojos y porte irradiaban confianza y seguridad. Jungkook estaba acostumbrado a tratar con personas con mucho dinero, vender autos caros era su trabajo, ser el mejor de la agencia, ganar buenas comisiones y ser el orgullo de sus jefes era todo lo importante en su vida hasta ese punto, todo lo demás era aburrido y monótono, hasta ese día en que la conoció.

No dudó en aceptar la invitación a tomar un café que la hermosa extraña le ofreció aquel día, de allí en más, no rechazó ni una sola de las propuestas que llegaron después.

Esa noche, llegando del trabajo aflojó su corbata al abrir la puerta de su departamento, no se movió ni un milímetro al percibir la presencia en el lugar, la silueta acercándose hasta él, a media luz, los bordes del cuello de su camisa fueron tomados y tras sus labios sentir el calor de una lengua filosa, sintió su cuerpo ser tirado con fuerza hacia el sofá.

— Te estuve esperando, bebé.. — fue lo único que Jungkook escuchó antes de sentir sus labios ser mordidos y chupados. Los botones de su camisa comenzaron a abandonar sus ojales y un tacto cálido masajeaba su pecho firme.

Él no dijo algo, simplemente amaba dejarse llevar, ella era ese toque, esa chispa que su vida necesitaba. No le importó de dónde venía o quién era. Hacía mucho tiempo no sentía la adrenalina, hacía mucho no disfrutaba de un buen sexo y con ella todo se sentía perfecto.

Sus manos recorrieron desde las hombros pequeños hasta la diminuta cintura, le volvió loco el como encajaban allí. Ella besaba su mandíbula, posada encima de su regazo mientras él masajeaba ahora sus glúteos. Su mano izquierda permaneció allí y fue moviendo la derecha hasta enganchar en sus dedos el borde del vestido corto que ella lucía esa noche, volvió a besar su boca mientras sus dedos a ciegas buscaban apartar las bragas que cubrían su lugar favorito, podía sentir incluso antes de tocar directamente el calor que emanaba su sexo, anhelando ser usado a su antojo.

Ella se separó con una sonrisa coqueta, colocándose sobre sus rodillas y llevando sus pequeñas manos hasta el cinturón y botón del pantalón de tela también pulcra y lisa.

Jungkook estaba atento a su siguiente movimiento, su pene rogando por ser tomado en esos labios color carmín, tan ensimismado en ello que no se inmutó cuando un disparo se escuchó estruendoso a las afueras, cerca, muy cerca, podría jurar que en su propia puerta.

Y lo confirmó cuando a su hogar irrumpieron varios hombres armados, maldita sea, no habría sexo esa noche.

Uno de los sujetos, el más alto, yendo al frente y mostrando una sonrisa tan maquiavélica hacía la mujer aún arrodillada en el suelo, entre sus piernas.