Día 4 - Criatura.

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Nota:

Los Kitsune son criaturas malvadas que se alimentan de la fuerza vital de las personas o de espíritus.

Los dragones son criaturas protectoras que por lo general suelen estar relacionadas con el agua.

Los humanos tenian creencia tan inexactas.

Nota dos:

Templo más que nada hace referencia al hogar de una criatura, no exactamente a un templo de culto.

¡ADVERTENCIA!

Puede que trate algunos temas delicados, por favor seamos serios con esto.



Corría a través del bosque, sus pies se undian en la blanca nieve mientras intentaba avanzar lo más rapido posible, los aldeanos se escuchaban a unos cuantos metros detras de él, todos se oian furiosos, no le darían la oportunidad de explicarse, ellos iban a matarlo.

Siguio avanzando pese a que su cuerpo se sentia tan cansado, no tenia energía, no habia comido nada en días y aún así ellos lo acusaban de asesino cuando él solo habia intentado defenderse de ese hombre horrible. Pero a los humanos no le interesaría oír sus motivos, para ellos él era una creatura malvada, un asesino.

Sus pies congelados tropezaron con la raiz de un un árbol que estaba cubierta por la nieve y él cayó al suelo, no podia seguir, iba a morir. Las lagrimas comenzaron a caer por sus ojos mientras miraba el suelo pintado de blanco y sentia el frio calar profundo en sus huesos.

Cerró los ojos lamentandose por haber decidido abandonar el templo de su abuelo, ahora seria otro más de su especie que moria a mano de los humanos.

Podia escucharlos, se acercaban, la ira dominando su razón, tan idiotas como él mismo al creer que no eran peligrosos.

-Lo siento abuelo. -susurró dándose por vencido, no habia forma de escapar, iba a morir.

Y justo cuando los aldeanos estaban solo a unos pocos pasos de su posición un sonido calido y amable se poso junto a él.

-Hola, ¿estas perdido? -la voz de esa creatura hizo que suspirara, sí este era el ultimo sonido que escuchaba antes de su muerte moriria feliz al saber que su viaje no fue tan malo si habia descubierto el mejor sonido del mundo.

-Sí... -respondió sollozando nuevamente, no queria morir, queria volver al templo junto a su abuelo y su Aniki, queria regresar junto a su familia -Pero no puedo regresar a mi hogar.

Sus sollozos se intensificaron al recordar como le habia gritado a su abuelo antes de salir del templo, no podia regresar, no merecia regresar luego de haber alzado su voz de esa forma contra su maestro. Pero su deseo por buscar una esposa fuera de su pueblo natal fue más grande que el miedo al mundo exterior y ahora iba a morir por su idiotes.

Las manos de la creatura lo levantaron de la nieve y lo cargaron de forma nupcial para luego echarse a correr a una velocidad impresionte, la cual le revolvio el estomago -recordemos que esta débil- y lo hizo perder la conciencia.



Tanjirō estaba recolectando algo de leña para llevar a su hogar cuando escucho unos sollozos, se acercó con sigilo al lugar de donde provenia el sonido y noto a un chico tirado boca abajo en la nieve, tenia cabello rubio y largo acompañado de una vestimenta seremonial, claro que sus orejas y cola de zorro no pasaron desapercibidos al igual que el aroma a duraznos y flores silvertres que emanaban de él.

Se acercó y se sentó junto al extraño dejando la leña que habia recolectado a un costado para acto seguido preguntarle si estaba perdido.

-Sí... Pero no puedo regresar a mi hogar.

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