TanZen Week 2022

Día 7 - Libre.

Nota:

Zenitsu Agatsuma: 24 años.
Tanjirō Kamado: 23 años.

¡ADVERTENCIA!

Contenido no apto para menores de 18 años. (Sé que van a ignorar la advertencia, solo lo pongo para tener mi conciencia más tranquila :v)

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Zenitsu Agatsuma habia deseado casarse con una hermosa chica desde hacia mucho, mucho tiempo pero...

No les pasa que cuando al fin tienen eso que han anelado durante tanto se dan cuenta de que en realidad no es tan genial como pensaban y pierden el interes. La magia e ilusión desaparecen en un pestañeo como si nunca hubiera estado ahí, dejando una sensación de insatisfacción cuando minutos antes estaban tan emocionados y felices.

Es frustrante ese cambio tan brusco de sentimientos y más si has gastado tanto tiempo, esfuerzo y dinero en tratar de obtenerlo.

Eso es exactamente lo que siente Zenitsu al estar parado en el altar, con su novia delante de él luciendo un hermoso vestido blanco, sus familiares y amigos emocionados observando el compromiso y el padre listo para decir las palabras que lo atarian de por vida a esta persona que él pensaba era la indicada, pero no.

Algo en su interior le grita que todo esto era un gran error, que debia de salir de ahí lo antes posible y correr hasta el departamento de su mejor amigo, el cual -por algun motivo- no habia asistido a la boda.

Miró a un lado y a otro esperando encontrar al de cabellos burdeos sentado entre la multitud de invitados dedicándole una sonrisa tranquilizadora para que se animara a dar el siguiente paso, pero no estaba ahí y eso más que enojarlo lo entristecia.

Miró hacia el techo del salón esperando que Diosito se apiadara de su alma y enviara un metiorito para acabar con la boda, pero obvio Dios no haria algo así ni para ayudarlo, todo dependia de él ahora, estaba completamente solo en esto.

Miró sus zapatos negros sientiendo la desesperación recorrer su cuerpo y la culpa carcomerle la cabeza, sabia que se vería muy mal al oponerse a la unión cuando el mismo la habia pedido, pero no se sentia listo para esto, no estaba preparado. Algo en su pecho le gritaba que este no era el momento, ni el lugar, ni la persona con la cual debia estar y sino hacia algo ahora para evitarlo se arrepentiria por el resto de su vida.

—Sí alguien se opone a esta unión —dijo el padre y él tomó coraje, tenia que ser sincero —que hable ahora o calle para siempre. —en cuanto la frace fue dicha cerró los ojos listo para gritar, pero alguien más se le adelanto.

—¡Yo me opongo! —un chico de rostro afeminado habia habierto de una patada la puerta del establecimiento y habia ingresado a paso seguro y algo apresurado por el pasillo, mirando fijamente a la pareja de novios, ¿¡quién rayos era él!?

—Inosuke... —escuchó susurrar a su prometida, la cual miraba con total sorpresa al extraño hombre de ojos verdes.

—¡Aoi! —dijo antes de llegar junto a ella y tomarla de la mano.

—Ahora me llamas por mi nombre —le reclamó —, te dije que no podiamos... —intentó safarse de su agarre, pero el azabache de puntas azules la sostuvo con más fuerza, incapas de soltarla —Zenitsu, yo... —la ojiazul lo miraba con pena intentando aclarar el asunto y él no podia responder nada, pues estaba escuchando con claridad como el latido estruendoso de ambos se unía. Es como lo que se dice, que el fuego se apaga con más fuego, en este caso ambas melodías se sofocaban entre si llegando a punto de equilibrio y armonía. Era raro, pero hermoso a la vez.

Esto era una suerte, casi no podia salir del shok, pero habia sido salvado de manera sorprendente.

—Gracias Dios. —susurró para luego sacudir la cabeza y sonreirle a ambos chicos —No te preocupes Aoi. —dijo sonriendo —Cuidala bien. —pidió mirando al chico llamado Inosuke mientras se quitaba su anillo de comprimiso y se lo entregaba al ojiesmeralda —Ahora, si me disculpan, tengo que correr. —anunció dejando a todos aún más confundidos de lo que ya estaban —¡Hablaremos después! —gritó saliendo del lugar a toda prisa bajo la mirada incredula de los invitados.