Día 1 - Volver.

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Notas antes de empezar con la trama:

Empezare a publicar desde ya porque soy impaciente y lo acepto.

No he terminado los días 5, 6 y 7 y puede que me tarde más de lo planeado en concluir esto, lo siento :b

Soy un desastre y lo admito :3

Sigamos con lo importante...

*Fue inspirado en esta imagen. (Creditos a su respectivo autor)

Nezuko Kamado: 19 años.
Zenitsu Agatsuma: 21 años.
Tanjirō Kamado: 20 años.



—Lo siento, pero... Ya no puedo seguir con esto. —las palabras de la ojirosada lo dejaron helado, pero ya se lo veia venir luego de leer ese mensaje de texto que decia "Tenemos que hablar".

Cuantas veces habia recibido ese mismo mensaje de diferentes chicas, ya perdio la cuenta, pero el dolor era el mismo, no lo entendia... 
Se conocian desde hace dos años y levaban casi un año de relación, pronto iba a ser su aniversario, ¡esto no podia estar pasando!

Estaban sentados en la banca del parque en donde usualmente se solian reunir, se podia ver a algunos niños jugando junto a sus familias a pocos metros de ellos.

—¡¿P-por qué!? —exclamó soltando su llanto mientras se lanzaba a abrazar a la pelinegra de puntas anaranjadas por la cintura, llamando la atención de algunas personas cercanas a su posición, las cuales le dedicaron unas miradas de disgusto, pero a él no podia importarle menos en este momento —¡¿Qué fu- fue lo que hice mal!? ¡Juro que si me lo dices lo arreglare! ¡Yo voy ha- yo voy ha arreglarlo! —aseguró aferrandose a la chica —¡Me disculpare con Nezuko-Chan y se lo compensare!

La pelinegra lo miraba con tristeza y algo de arrepentimiento mientras él lloraba a mares y manchaba su blusa color rosa pastel con moco. Zenitsu podia escuchar la frustración del corazón de la chica de liston, pero también podía ver el brillo de determinación en sus ojos rosas que tanto lo absorvian.

—Zenitsu-Kun, no cometiste ningún error, eres un chico fantástico. —respondió la Kamado —Cada vez que te dije que te amaba era verdad, pero ese sentimiento cambio. —explicó con dificultad —¡Lo siento! Ahora solamente puedo decirte que te quiero —confesó —, como a un amigo. —agregó con pesar en un susurro, siendo conciente de cuanto estaba lastimando al rubio con sus palabras.

Zenitsu se separó de golpe de la menor para observar su rostro, ella tenia esa mirada que todos le dedicaban, ella sentia lastima por él y su patetica existencia y él solo quería que dejara de mirarlo así.  

Se sintio roto, se sintio triste, se sintio inutil, se sintio... Impotente.
No importa cuanto se esforzara, el resultado era el mismo, nunca era suficiente para hacer feliz a nadie y Nezuko necesitaba a alguien que la hiciera sentirse verdaderamente feliz y completa, y Zenitsu no era esa persona... Nunca era esa persona.

—Lo entiendo... —dijo bajando la mirada para enfocar su visión en sus zapatos y no en los ojos de su ahora ex-novia —Gracias. —susurró dedicándole una ultima mirada con una tenue sonrisa antes levantarse de la banca y huir del lugar a paso rapido, dejando a Nezuko preocupada. Pero es que no podía mantenerse en pie un segundo más, se iba a derrumbar de forma horrible y no quería que la Kamado se llevara esa ultima imagen de él.

La chica solto las lagrimas que habia estado reteniendo durante toda la conversación en cuanto el rubio se alejo lo suficiente como para no escucharla, ella no queria esto, pero tampoco podía seguir mintiendole a Zenitsu en la cara cuando los ojos del muchacho la miraban con una adoración abrumadora.

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