7. Eso me convierte en un monstruo.

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-¿Y cómo sé que dices la verdad?- pregunta el capitán cruzado de brazos y mirándome desde la proa del barco.

-¿Qué gano con mentir?

-¿Y qué ganas diciendo la verdad?- contraataca.

-¡Mi más pronta libertad!- me quejo.

Hemos vuelto al barco antes de lo pensado. Debe ser de madrugada, pero Henry insistió en que si sabía lo que significaba la primera parte del acertijo, teníamos que buscarlo en este instante.

Creo que mi capitán y los demás marineros no están felices conmigo, les interrumpí su diversión cuando tuve que entrar de nuevo a la taberna e ir tocando puerta con puerta de las habitaciones que se encontraban en el segundo piso. Algunos iban con mas ropa que otros, pero ninguno tardó mucho en acudir a las ordenes de Henry.

Ahora todos tienen malas caras mientras escuchan mi discusión con nuestro capitán.

-¡Es que no entiendo como has resuelto esto en menos de una hora!- Me grita.- No tiene sentido, ¿apenas lo escuchaste y ya sabes que debemos ir a Portugal?

-Tal vez es momento de aceptar que soy más listo que tú- se me escapa decir casi sin pensarlo.

Escucho risas y murmullos de parte de los demás marineros. No sé donde está Henry, pero creí que si él decía las cosas se convencería rápidamente de que es hora de irnos de aquí, pero no fue así. Luego de que le contó mientras veníamos de camino al barco, Henry volvió a acercarse y me dijo que yo tendría que hablar con el capitán a partir de ahora para demostrar que lo he resuelto.

La mirada de Hassel cambia a una más fría, y siento como se me ponen los vellos de punta una vez que pasa de estar recargado en la baranda, a incorporarse y empezar a caminar escalera abajo hacía la cubierta.

-No es cuestión de inteligencia, niño- dice con voz ligeramente más grave de lo normal-. Se trata de que lo estas interpretando a tu conveniencia.

-Al menos lo interpreto- frunzo el ceño y comienzo a caminar hacia su encuentro-. Tú no has podido hacerlo.

-Nadie ha podio hacerlo- dice bajando el último escalón y quedando a poca distancia de mí.

-Obviamente ya apareció quién, y sigues negando que lo tienes enfrente.

-¡Resulta conveniente para ti, no para los demás! ¡¿Por qué el mapa trazaría una ruta basada en la vida de tu esposa muerta?!

Me quedo callada al no saber como responder.

No tiene sentido que el mapa se base en mi vida, y seguramente no lo hace, pero no tengo otra explicación lógica para la gema que buscan.

Cuando le expliqué al capitán sobre mi posible idea de lo que significaba la primera parte del acertijo, tuve que decirle que me hacía recordar a mi esposa.

Omitiendo que hablo de mi infancia, claro.

Mi poco tiempo de visitas en Portugal gracias a que mi padre era originario de por allá. Nunca tuvimos mucho dinero, pero recuerdo haber visitado a mis abuelos alguna vez.

Realmente tuve que buscar en mis raíces. En mis memorias también, recordando que durante las tardes cuando paseaba por el pueblo con mis hermanas, había muchas rocas que me recordaban a la oscuridad de la noche, algunas de ellas eran exactamente iguales pero con tonalidades rojizas.

Es una teoría bastante vaga, pero es lo mejor que tengo, y algo en mi interior me dice que estoy en lo correcto.

-No dije que se tratara de ella- digo en voz baja-. Dije que tenía una teoría, y realmente creo que es mejor seguirla a que vayas sin rumbo alguno buscando a tu hermanita...

Cuarto crecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora