17. Se trata de haber empezado.

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El poder hacer creer a las personas que no pones atención a lo que dices es una espada de doble filo. Pueden sentirse tan seguros hablando que termino conociendo sus más profundos secretos, o también puedo saber lo que en verdad dicen sobre mí mientras no estoy escuchando. Aunque para ser sincera, sería diferente si lo hubiera escuchado de alguien que no me agrada o apenas conozco, a que lo diga la persona que más quería y por la que he vuelto a este barco.

-Creí que te gustaba, ¿por qué ahora hablas así de ella? - Pregunta Enzo luego de un momento de silencio.

Estamos en el camarote de abajo todos, y no sé cuando es que han llegado ellos o que tanto han hablado antes, ya que cuando llegué aquí, caí rendida ante el cansancio, como si en lugar de dormir me hubiera desmayado por el sobreesfuerzo.

No quisiera culpar a Enzo por no defender mi nombre o algo parecido, su voz delata lo confundido que se encuentra, y realmente creo que yo estoy igual a pesar de la escena de hace rato en la corte; ya esperaba que estuviera molesto, y de todas formas cuando lo encontré en el acantilado de la playa creí que las pocas palabras que habíamos intercambiado habían demostrado que estamos del mismo lado, pero ya veo que en realidad sólo se dignó a hablarme porque era un asunto de vida o muerte, y si él no nos advertía, nadie más lo haría.

Hace un rato ya que estoy escuchando lo que dice, y todo esto comenzó con Enzo preguntando por sus golpes y si lo habían torturado. Al parecer no lo hicieron, simplemente se limitaron a encerrarlo en el calabozo diciendo que lo juzgarían hasta luego del amanecer. Después de contarle más detalles sobre eso, decidió confesar que yo fui la que lo había golpeado y con esa historia no tengo problemas porque al menos admitió que estaba lo suficientemente oscuro como para que yo lo confundiera con un guardia y él con algún habitante del castillo que intentaba darle pelea. Pero cuando Enzo dijo que algo le había mencionado yo antes, Dax tuvo que abrir la boca y arruinar todo con su opinión de ego masculino herido.

"Estaba como loca. Iba a matarme"

"Ni siquiera se detuvo cuando estaba en el suelo, ella no está bien de la cabeza"

"¿Qué se espera de una bruja? Es mi culpa por verla inofensiva, me usó para que le enseñara a pelear, es como si hubiera robado mi fuerza para quedársela ella"

¿En serio es tan difícil admitir que por fuerza o simplemente por suerte he ganado una pelea contra él? Ni siquiera estoy orgullosa de no haberme detenido de golpearlo cuando terminó en el suelo, debí hacerlo, pero creí que era un guardia, y al ser uno se hace un juramento de pelear hasta la muerte, no podía arriesgarme a que volviera a pararse o gritara. Aunque ahora sé que jamás hubiera gritado por ayuda porque no era uno de ellos.

Ya estoy divagando, tratando de justificarme y hacerme sentir mejor tan solo para no darle la razón a Dax, porque siempre me enseñaron a ceder ante lo que tenía que decir un hombre sobre mí, y ahora que le tuve verdadero respeto y cariño a uno, me es difícil no contradecirlo.

No es mi culpa, yo tampoco lo hubiera culpado si hubiera sido al revés y yo fuera la que hubiera terminado herida.

¡Sabes que no hiciste nada malo, Adelaide! ¡Deja de justificarte contigo misma!

-Jamás podría gustarme- responde Dax.

Creí que iba a dolerme se alguna vez lo escuchaba admitir eso, pero no ha sido así.

-No voy a negar que le tengo algo de aprecio, y la tolero...

¿Me tolera?

-pero imagínate si me gustara, no podría soportar una esposa así.

Por un momento escucho nada más que silencio, y estoy tentada a abrir mis ojos para ver lo que sucede, pero si lo hago se darán cuenta de que he escuchado todo. No sé si quiero hacer eso ahora.

Cuarto crecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora