Realidad Deseada. TN x [...]

SANJI VINSMOKE

Para: Historia930

Anime: One Piece

El tono de la canción del fondo era muy tranquila, el personal de música tocaba los instrumentos con tanta delicadeza, se escuchaba tan tranquilo.

Él, fumaba en las afueras de su restaurante mientras el viento se llevaba el humo que salía de su boca.

Los meseros, cocineros y lava platos hacían su trabajo atendiendo a todos las personas que se volvían comensales con tan solo ver el menú, era un lugar famoso que recibía las 5 estrellas de los críticos.

Apagó la colilla del cigarro y volvió adentro, metió sus manos a los bolsillos y camino hacia la cocina, veía a su amigo hecharle todas las ganas posibles a su trabajo.

– Hay una mancha ahí – apresuro a decir Sanji

– ¡Bien! Si no te gusta hazlo ¡Tú! – se molestó y tiro un plato

– ¡Oye! ¡¿Acaso sabes cuanto me cuesta un plato?! ¡Cuesta más que tu salario!

Zoro el lava platos y Sanji el dueño del restaurante discutían como siempre rompiendo platos comprando una decena el día siguiente.

– ¡Chicos! – llamo la atención un joven delgado de cabello negro – ¡Hay un nuevo comensal! ¿Quien irá?

Sanji como buen jefe fue a verificar, se asomó por la puerta de la cocina, Zoro y Luffy también verificaron.

Una joven, portaba un sombrero grande color morado con un vestido largo y de mangas largas, guantes blancos cubrían sus tersas manos, el vestido cubría totalmente sus piernas y no se veían los zapatos que portaba.

Sanji abrió lentamente la boca, no pudo expresar alguna palabras.

– Una chica.. no la incómodes idiota – recomendó Zoro

Sacudió su ropa, saco un frasquito de su chaqueta y se roceo en la boca, era un aromatizante sabor a menta.

Por primera vez en la vida se puso nervioso, soltó un suspiro vacío y enderezó su espalda, tomo una libreta con el menú y corrió hacia ella.

La joven se quitó el sombrero y dejo ver el peinado que amarraba su cabello.

– Bienvenida, damisela – saludo Sanji con una sonrisa – Yo tomaré su orden ¿Que gustaría pedir? – le entrego el menú

Ella tomó el menú, lo vio con cuidado tardando unos segundos.

– Me gustaría este – le indica con la mano un platillo del papel – Por favor – contesto de una manera dulce

Sonrió un tanto nervioso, rápidamente apunto en el papel y dando una reverencia fue a la cocina.

– ¡R-rapido! – grito tartamudeando – La señorita quiere el especial

No tenía idea de lo que le pasaba a su enamoradizo corazón, pero sabía que no era como otros días, esa mujer era especial.

Cuando ya estuvo el plato no sé molestó en decirle al mesero que le llevase la comida, no no, acomodó el moño de su blanca camisa y llevo el plato a la mesa donde la señorita estaba.