XI. Rayo

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Cada vez que cerraba los ojos para dormir, conseguía de todo menos descansar

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Cada vez que cerraba los ojos para dormir, conseguía de todo menos descansar.

Ese sueño iba y venía cada que le daba la gana, por poco se podría decir que ya era una pesadilla y no un simple sueño o premonición. Esa noche despertó agitado y con leves gotas saladas cayendo por sus mejillas, otra vez sintió el suelo desmoronarse debajo suyo.

Akutagawa seguía a su lado, se había quedado dormido por segunda vez en su viaje de camino a una aldea un tanto alejada. Una carreta los estaba llevando hacia allá, tardaría unas pocas horas y la media noche se vería en cuando su compañero despertara nuevamente.

Tenía tantas preguntas en su cabeza que ya no quería ni pensar en nada, prefería regresar a su templo y prepararse un plato de chazuke para encontrar unos pocos segundos de tranquilidad. Era molesto, le hacía sentir triste y ese sentimiento nunca fue de sus favoritos.

Ya era un grave problema que una deidad pudiera llorar, justo por eso nadie lo sabía, nadie excepto el Dios que acariciaba su mejilla con cuidado para limpiar ese defecto.

- ¿Ese sueño otra vez?- Preguntó el azabache suavemente - ¿Por qué no me dices de qué trata y ya?

- No es necesario, sólo... s-sólo es una tontería ¿si?- Trató de reconfortar al contrario, librándose de su toque y con intenciones de cambiar el tema - ¿Tú te sientes bien? ¿Ya no duele tanto?

- No quieras desviarme la pregunta Jinko, dime qué pasa y es todo, no volveré a preguntarte- Insistió tomando su mano, mostrando la marca que ambos conservaban desde pequeños - Ying y Yang, ¿recuerdas?

- Te estás comportando demasiado lindo conmigo, ¿cuál es la trampa?- Cuestionó nervioso alejándose, el rubor en su rostro delataba que esa manera de ser tratado por su compañero le agradaba un poco

- No hay trampa, es que... pensar en todo esto me preocupa, cualquiera de nosotros podría llegar a morir o incluso yo y me estaré culpando hasta mis últimos momentos de vida por no demostrar el cariño que realmente le tengo a mis seres cercanos

Atsushi le miró entre miedoso y enternecido, era la primera vez en tanto tiempo que escuchaba algo así salir de la boca del azabache. No pudo contener su emoción y se fue sobre él, riendo ligero por el pequeño sentimiento que crecía de a poco en su interior nuevamente.

Un bonito retoño que florecía una vez más.

- Ryū, eso fue muy dulce- Mencionó sonriendo con tanta alegría que incluso le dolían los ojos de verla

- C-Claro que no, pensé en eso y ya, quería decirlo, punto final- Dio por terminada la conversación, desviando su mirada para no perder la vista por el resplandor del Tigre

El resto del camino fue algo más tranquilo, hablaron sobre su estrategia para recuperar una piedra infernal, la única en su clase para ser más exactos. Según palabras del sensei Odasaku, ese cristal era de suma importancia e interés para Jigoku y su gobernante, por lo que, sin la gema, las entidades de allí abajo perderían gran parte de su poder y dominio en el Reino Mortal.

Suspiro de Vida // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora