El encuentro de dos generaciones - Harry Potter.

IV. Sapo rosa.

IV. Sapo rosa.

Narración omnisciente:

Minutos antes de la explosión. Saliendo del gran comedor, la familia más extravagante que se había formado en el futuro se encontraba a un lado de este charlando o mejor dicho discutiendo. En especial ambos de cabello rubio casi cenizo. ¿Motivo? Los castaños estaban seguros de que se trataba de una ridiculez. Pero el griterío bajó en gran cantidad al ver a un hombre, igual al rubio de aquel tiempo, solo que un poco mayor.

—Lucius, que bueno que te encuentro. — Hablo el sujeto acercándose hacia donde estaba aquella pequeña familia, mientras el mencionado ocultaba lo más que podía con su espalda a Remus y sus hijos. —¿Dónde está Dumbledore y los demás? —

—El director está en un viaje, los profesores nos dieron el día libre por un accidente en pociones, padre, que bueno verte. — Excusó rápidamente.

—¿Y quiénes son ellos? ¿Amigos tuyos? — Preguntó moviendo a su hijo con su bastón, dejando ver a los tres jóvenes que ocultaba.

—Ellos no son importantes, me vinieron a dar noticias, lo hicieron, ahora se van. — Comento rápidamente para después empujar levemente a Teddy intentando que se vayan, pero su padre fue más rápido tomando a Lucius de su brazo alejándose de los jóvenes.

—Perdonen a mi hijo, me presentó, Abraxas Malfoy. — Estiró una de sus manos hacia Remus como forma de saludo, que con nervios la aceptó.

—Remus Lupin, mucho gusto señor Malfoy. — Sonrió un poco tratando de verse amable, algo que el mayor correspondió por cortesía.

—Lupin, como Lyall Lupin, supongo que tu padre, yo estudié con él, fue un gryffindor, un brillante chico. —

—Oh, gracias supongo. —

—Me alegra que mi hijo se junte contigo, aprendería una cosa o dos. — Murmuró a lo que Remus frunció levemente el ceño.

—Creo que el que debe aprender de alguien soy yo, Lucius es muy inteligente, el mejor de su año y creo que de su casa. —

—Te pareces a tu padre Remus. — Comentó viéndolo durante unos segundos que se le hicieron incómodos al castaño y a los hijos de este. —Me temo que esta visita está de más sin el director, espero tengan un buen día, espera una carta este fin de semana Lucius. —

Y sin más se retiró. Los de aquel tiempo suspiraron de alivio. Unos segundos después, otra explosión se escuchó justo a su lado. Rápidamente, Lucius se puso delante de su futura familia. El humo en esta ocasión se disipó con rapidez debido a un hechizo de una de las personas que aparecieron.

—Hola, ¿han visto a unos cuantos adolescentes por aquí? Son desesperadamente inteligentes y maliciosamente idiotas. — Murmuró uno de ellos, un chico de cabello café y túnica de hufflepuff.

—Están adentro. — Murmuró Lucius señalando con su varita al gran comedor.

—Gracias, señor Malfoy. — Agradeció el mismo chico al mismo tiempo en el que la chica que le acompañaba pateaba con fuerza las puertas del gran comedor. —Perdón, será mejor que entren. —

—¡Yo me opongo! — Grito desde la puerta del gran comedor, todos fijaron su vista hasta ahí, donde pudieron ver a dos chicos con el uniforme de Hufflepuff ambos parecían enojados, Adhara al verlos únicamente pudo soltar un gran suspiro. —¿¡Están aquí mis niños!? — Pregunto al mismo tiempo en el que la familia Malfoy entraba al comedor en silencio y se sentaba en la mesa de las serpientes haciendo reír a Pansy y a Luna, las únicas que notaron la entrada silenciosa de estos. —¡Oh, ahí están! — Dijo mirando a varios de los niños mientras se ponía a contarlos. —Genial están todos y completos. —