XIV. Epílogo.

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XIV. Epílogo.

Atención: Chicos, este capítulo no respetará del todo la verdadera historia de J.K. Rowling, es más, las fechas quizás no estén del todo bien, pero hice mi mayor intento.

Esto lo explico para que no me anden diciendo nada.

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Narrado en primera persona:

Vayamos al principio, donde los merodeadores no estaban, donde no había, aún, un director Dumbledore. Cómo han de saber, tengo dos hermanos, Aberforth y Albus.

Albus es el mayor y nos cuidó a ambos cuando nuestra madre murió y nuestro padre fue enviado a Azkabán. Aún recuerdo cuando se fue y el porqué... Era una pequeña niña, estaba jugando con un par de muggles en un parque cercano cuando mi magia se dio a mostrar. Aquellos niños... Por culpa de ellos me quedé mentalmente mal, ahora que estoy muerta puedo decir que ellos tienen la culpa.

Pero a pesar de todo, y gracias a Albus me pude educar apropiadamente en cuanto a la magia, no pude ir a Hogwarts como él o Aberforth, ambos tuvieron que enseñarme. A mamá le molestaba aquello por lo que tenían que enseñarme a costa de ella, pero cuando ella se fue Albus decidió que ya era tiempo de que vaya a una escuela para magos.

Sinceramente, no recuerdo el nombre que tenía, o lo que pasó ahí, aunque lo bueno es que pude graduarme y tener una vida medianamente normal.

Lamentablemente, no pude conseguir un trabajo, pues a nadie le servía o al menos eso me decían, Albus me decía que no era necesario que trabajara, lo mismo se lo dijo a Aberforth.

Acepté a no tener que trabajar y decidí dedicarme a cuidar la casa y si era posible ayudar a alguno de mis vecinos con algunas cosas, es más, en más de una ocasión tuve la oportunidad de cuidar a un niño que vivía cerca, Fleamont Potter, un niño encantador y con mucha energía.

Albus sí trabajaba, en Hogwarts, de vez en cuando venía a visitarme, Aberforth, por otra parte, se iba por las mañanas regresando por la tarde para almorzar y yéndose tiempo después. El tiempo pasó rápidamente y Albus conoció a un joven, Gellert Grindelwald, me agradaba, se veía que tenían una gran química, pero a Aberforth no le gusto, comenzó a decir que Gellert era alguien malo.

Le hubiéramos hecho caso.

Fue en la boda de ambos, recuerdo quienes fueron los que vinieron, a todos ¿Cómo no hacerlo? Fue un día especial, ambos se juraron amor eterno haciendo varias promesas... Aberforth, a pesar de sus berrinches para que ambos se separen, se encontraba en la boda feliz por Albus.

Solo una palabra describiría ese día... Fenomenal.

En cuanto los invitados se fueron, Aberforth se embriagó, quedó demasiado ebrio, tanto que decidió enfrentar a Gellert en un duelo... Albus intentó detenerlo, pero no lo logró, pues Aberforth le había lanzado un hechizo para que cayera inconsciente.

Gellert se enojó por aquello, causando que ambos empezaran un duelo con hechizos prohibidos... Hasta que uno lanzó un Avada Kedavra... Sabía que debía hacer algo para que nadie resultara herido...

¿Han sentido su corazón detenerse? Realmente espero que no...

Mi nombre es Ariana Dumbledore.

Fin.

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Palabras: 591.

N/A: Chicos, la verdad es que nunca espere llegar tan lejos con esto y agradezco mucho el apoyo que estoy recibiendo, en un momento pensé en rendirme y dejarlo todo, pero gracias al apoyo que este libro ha obtenido pude continuar.

Sin más que decir me despido.

Espero vernos en otra oportunidad.

Editado: 10/12/2023.

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Gracias por leer.

El encuentro de dos generaciones - Harry Potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora