Capítulo 1: Necesidad

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-No vayas tan rápido bastardo, ¡Estoy agotado, de veras! -Se quejó el idiota de Naruto mientras yo omitía sus palabras y seguía mi camino- Sakura-chan dile algo.

-No creo que Hokage-sama se moleste si descansamos unas horas Sasuke-kun -Expuso la pelirosa con notorio cansancio en su voz. Y oh sorpresa, no me importó.

No les dije nada, en cambio aumenté la velocidad en mis pasos. No es mi culpa que sean débiles. ¡Joder! Estuvimos en la misma misión, y yo no me estoy quejando.

Tal vez tenga una razón oculta, pero eso no es relevante. Ellos deben entrenar más.

Y yo necesito llegar a la aldea.

Ahora.

Naruto siguió quejándose, aumentando mi mal humor. Si sigue así no me temblará el pulso para atravesarlo con el chidori. Tres semanas en una estúpida misión con ellos fue demasiado. Maldita sea, por mucho que los aprecie realmente necesito mi espacio. Necesito llegar a mi casa cuanto antes y desahogarme como no he podido en las últimas semanas. Las pesadillas volvieron, y sentía como la locura crecía a cada momento que pasaba lejos.

Y los constantes parloteos de Naruto, sumado a los excesivos acercamientos de la molestia de Sakura, obtenía como resultado mi mal humor constante.
Para suerte del idiota, en cuestión de minutos pude vislumbrar las puertas de La Hoja. Creo que incluso pude escuchar una exclamación de felicidad por parte de las dos molestias que me seguían. Seguro piensan que ahora podrán descansar de mi mal temperamento.

Admito que no he sido el hombre más paciente, pero creo que me he comportado bastante bien para ser la primera vez desde hace un año, que paso tanto tiempo sin mi desahogo.
Es decir, solo intenté asesinar a Naruto una o dos veces. Y fueron tres semanas de tolerarlo día y noche. Estuvo bastante bien.

Al llegar a la entrada, rápidamente indico que debemos ir a la torre Hokage. Después pueden hacer lo que les de la gana, pero yo no voy a esperar por ellos para entregar el reporte de la misión.

Me adentro a la oficina de Kakashi sin siquiera tocar la puerta, y él nos mira sorprendido, con Shikamaru frente a él y su típica expresión de fastidio.
No me interesa, tengo un objetivo en mente.

-¿Sasuke qué haces aquí? No te esperaba hasta dentro de dos días -Habló Kakashi luego de salir de su impresión- ¿Y dónde están Naruto y Sakura?

En eso llegan ese par de tontos, jadeando en busca de aire, y sosteniéndose de sus rodillas cuando se detuvieron. Naruto me miró molesto.

-¿Pero qué te pase Sasuke? ¿No te podías esperar?

Rodé los ojos, no tenía tiempo ni ganas para aguantar sus estupideces.

-La misión fue un éxito. Recuperamos el pergamino como nos pediste -Coloqué en su escritorio lo dicho y me dispuse a retirarme. Maldije cuando me lo impidió.

-¿Es todo? ¿No tuvieron obstáculos o algo? -Indagó curioso al observar como Sakura se apoyaba de Naruto, a punto de desfallecer del cansancio.

-Nos atacaron, ninjas renegados, los vencimos y listo -Me encogí de hombros, caminando hacia la puerta- Y si quieres detalles, ellos te lo darán -Terminé, señalando al resto de mi equipo con un gesto desinteresado.

-¡Eres un...! -No me quedé a escuchar a Naruto, puesto que cerré la puerta y me encaminé rápidamente a mi casa. Mi halcón había regresado a mí hace una hora, entonces sé que mi mensaje fue entregado.

Y no puedo esperar a verla.
La necesito, ahora mismo.
Necesito su olor, sus besos, su cuerpo... su compañía.

No tenerla, pasar tres semanas sin verla, fue demasiado para mí. Fue una situación insoportable, más porque el último día antes de irme había visto al idiota de su compañero de equipo muy pegado de ella. ¡Parecía una maldita garrapata! Y aunque ella lo alejaba, él volvía al ataque diciéndole cosas que casi me hacen matarlo.

La obsesión de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora