-¡Oye Hinata! -Giré mi rostro encontrándome con Kiba y Akamaru que venían hacia mí, saludándome efusivamente con la mano. Les sonreí acercándome también- Vamos a comer BBQ, ¿Vienes con nosotros? Shino nos está esperando.
-M-me encantaría Kiba-kun -Acepté acariciando el pelaje de Akamaru cuando llegó junto a mí.
En realidad, no tenía planes para esta mañana, aparte de esperar a encontrarme con Sasuke-kun. Más temprano había despertado en sus brazos luego de tres largas semanas de extrañarlo, y fue como si estuviese en un sueño. Un maravilloso sueño donde tenía al hombre que amo, rodeándome protectoramente con sus brazos, aún estando dormido.
Jamás me imaginé que luego de ser rechazada por cierto rubio al que admiro, el destino me arrojaría contra aquel fuerte y cálido pecho que utilicé como almohada. No podía quejarme, lo que ahora vivía a escondidas de la aldea era lo que mantenía mi constante sonrisa, además de hacerme sentir mucho más fuerte y confiada en temas que antes no lo era.
Sasuke-kun se adentró en mi corazón, obtuvo mi amor casi que abruptamente, y lo hizo crecer mucho más de lo que me podía imaginar.
Gracias a él entendí, que nunca amé a Naruto en realidad. O tal vez no de manera romántica. Solo estaba embelesada por la admiración que sentía y aún siento hacia él.
Suspiré, mirando a todos lados en busca de los particulares tonos oscuros que distinguen al Uchiha, sabiendo que estoy siendo un tanto grosera con mi compañero de equipo, al no prestarle atención a su plática. Pero es que pasé mucho tiempo sin mi adorado novio, y quiero aprovechar todo el tiempo que pueda con él ahora que está en la aldea.
Esa mañana me había costado mucho despegarme de él para escabullirme en mi casa, antes de que padre o Hanabi notaran mi ausencia, y ahora quiero verlo. Tengo esta necesidad de estar cerca de él que no puedo explicar, solo logro decirme a mí misma que se debe al tiempo que pasamos separados. No llegó a ser un mes, pero sí fue mucho más de lo que estamos acostumbrados.
Al estar en tiempos de paz eran muy escasas las misiones que requerían tanto tiempo fuera de la aldea, pero Sasuke tuvo una y, aunque sabía que lo extrañaría, no me acerqué a imaginar lo que realmente sería.Cada día aumentaba más mi angustia por él y cómo estaría, me preguntaba si también me echaba de menos como yo a él, o si Sakura había intentado acercarse nuevamente…
Eso último no me agradaba, pero habíamos crecido lo suficiente en nuestra relación como para confiar plenamente en él. Sé que a Sasuke-kun le molesta mucho cuando Sakura-san intenta pegarse a él, además que es un tanto brusco con ella, pero conmigo es muy diferente y eso me confirma cada vez que él me quiere a mí. Y desconozco por qué lo hace, solo sé que no quiero que sus sentimientos desaparezcan.
-¡Hinata! -Me sobresalté ante el grito de Kiba, que me sacude ligeramente sosteniéndome de los hombros. ¿En qué momento se puso frente a mí?- No estás escuchando lo que te digo, ¿En qué estás pensando?
-Y-yo e-estaba distraída Kiba-kun, lo siento -Me disculpé cabizbaja, no podía decirle en lo que realmente pensaba y tampoco soy muy buena mintiendo, por lo que suelo mirar a otra parte para no ser descubierta… aunque no siempre funciona.
-No importa, ya llegamos.
Levante mi rostro lo suficiente para corroborar que sí, efectivamente estamos frente al local de comida que nos dirigíamos. Tan ensimismada en mis pensamientos estaba que no me había dado cuenta. Asentí con una sonrisa, esperando que Kiba soltara mis hombros.
Pero no lo hizo.
Kiba-kun sonreía, y sus ojos no se apartaban de mí. Me sentí incómoda ante su escrutinio, no me gusta ser observada de esa manera.
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La obsesión de un demonio
Fiksi PenggemarSu acercamiento no fue planeado, mucho menos esperado. No eran grandes amigos, apenas unos conocidos. Pero una vez que sus almas se encontraron, ya no hubo marcha atrás. Sasuke Uchiha, el apodado demonio de Konoha, ha desarrollado una obsesión. Un...