Extra: Familia Uchiha

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Sasuke

Primer día en la Academia Ninja.

Recuerdo estar ese día malditamente nervioso, a mi padre muy serio diciendo que debía dejar al Clan Uchiha muy en alto, y a mi madre emocionada por lo rápido que su hijo menor había crecido. Nada de eso me hizo sentir mejor, no hasta que Itachi me acompañó a la escuela, y me tranquilizó con sus sabias palabras, para luego despedirse de mí con su típico toque de dedos en la frente e irse a alguna misión a la que ya iba tarde.

Realmente quería esforzarme, y ser tan bueno como lo era mi hermano mayor.

Pero aquellos años ya pasaron, y lo que sucedió después es algo que no quiero recordar ahora. Solo puedo centrarme en que mi primogénito está en este momento en sus clases, del primer día de Academia, y creo que yo estoy malditamente más nervioso que él y Hinata.

Aparenté muy bien esta mañana cuando lo dejamos afuera de la Academia, Hinata había soltado un par de lágrimas y abrazado tan fuerte a nuestro hijo Itachi, que casi lo hace llegar tarde al no querer soltarlo. Al final tuve que intervenir para que lo hiciera, pero pude ver en ese par de ojos oscuros, que mi pequeño estaba nervioso. Fue como verme hace tantos años, que tomé como ejemplo a mi hermano y lo tranquilicé con unas palabras. Despidiéndole con un toque en su frente que lo hizo sonreír como tanto me gusta, para luego irse corriendo a su clase.

En ese momento, aparenté serenidad mientras sostuve a mi dulce y, últimamente, muy sensible esposa, viendo como nuestro hijo se reunía con sus amigos Shikadai e Inojin, y los tres se perdían dentro del edificio.

Pero justo ahora no puedo dejar de pensar, en que mi hijo está iniciando una etapa muy difícil, luego se graduará e irá a misiones que, aunque deban ser de baja categoría, siempre terminan siendo más peligrosas de lo que deberían. Me auto asigné el día libre hoy, porque quería compartir con mi familia, sin embargo, Hinata me mira extrañada desde la cocina, mientras yo no puedo dejar de caminar de un lado para otro mirando cada segundo el reloj.

-¿Sucede algo Anata? -Pregunta acercándose a mí, quitándose su lindo delantal con el logo Uchiha, para abrazarme y detener mi caminata sin sentido.

-Nuestro hijo creció muy rápido -Suspiré dejándome caer en la silla más cercana, atrayendo a mi adorable esposa hasta mi regazo- No quiero que nada malo le pase a Itachi.

Su dulce risa llegó a mis oídos, calmándome un poco mientras la retenía entre mis brazos. Con suavidad, Hinata acarició mis mejillas, antes de depositar un dulce beso en mis labios.

-Itachi estará bien, Sasuke. Es tan fuerte e inteligente como su padre -Dijo con orgullo y alegría en su mirada- Es tan talentoso, tú mismo lo has entrenado y sabes de lo que es capaz.

-Lo sé -Acepté rendido, escondiendo mi rostro entre su cuello para aspirar ese delicioso aroma que tiene últimamente. Parece que algo más se ha combinado con la lavanda y me da curiosidad saber lo que es- ¿Tú estás bien, nena? Siento que hay algo diferente en ti.

Sería un mal esposo si no me hubiese dado cuenta. A pesar de los años, sigo siendo el mismo Uchiha que no deja pasar por alto cualquier detalle que tenga que ver con su familia. Como siempre, yo necesito saberlo, no me gusta permanecer en la ignorancia.

-Tengo una sorpresa para ustedes Sasuke-kun -Su pequeña sonrisa, y sus ojos brillosos, lucen enigmáticos, como queriendo ocultar un secreto que claramente en alguno momento nos dirá. Pero las sorpresas no me gustan nada, y ella lo sabe- Por más que insistas, no te diré nada Anata.

-Hinata...

-Pronto será la hora de salida de Itachi, deberíamos ir en camino hacia la Academia para buscarlo -Mi esposa se puso de pie, moviendo su largo cabello hacia atrás de su espalda y estirando luego su mano hacia mí- ¿Vamos Anata?

La obsesión de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora