Ante los ojos de un ególatra ~Bucky & OC~

~05~

Bucky.

—¡La temporada de animadores a llegado! —se le escuchó decir a la directora Lee por los megáfonos de la preparatoria—. Jóvenes, reunamos a nuestros animadores en el evento de hoy.

Empecé a caminar después de haberme tomado fotos y firmado unos autógrafos con mis fans. Vaya, de verdad las personas me adoraban, eso era bueno.

—Hola ¡Hola! —me giré y vi a mi prima Addison.

—¡Hola! ¿Qué hay, prima? —dije sonriente. Ella miró a otro lado mientras se acomodaba el bolso en el hombro.

—Ahm... Los zombies también son estudiantes de Seabrook —no entendía el por qué del tema—. Acediarlos no es correcto.

Bufé y volteé a ver a los cabeza verde tras las rejas, para luego volver a verla a ella.

—Los zombies distraen a la gente de lo que es importante —expliqué, ella asentía levemente—: Animar, nosotros, de mí —dije obvio y ella paró de asentir.

—Pero, ¿por qué hay que atormentarlos? —yo llevé su supuesto cabello rubio hacia atrás y ella me miró temerosa.

—Es mejor que no cuestiones nada —sabía que la había asustado, ella jamás querría que su "secretito" fuera revelado, de que la pequeña no era igual a los demás. Pero después hice lo que mejor solía hacer, animarla—. ¡El evento es hoy, linda! Lo harás excelente —me retiré triunfante. Alguien menos por quien preocuparme.

Estaba en la segunda hora, donde tocaba clases de química y al fin iríamos a los laboratorios. Tomé todas mis cosas y las metí en mi mochila, la cual me gustaba cargar en la mano más no en los hombros. Levanté la vista y noté que entre los primeros en salir estaba Cianea, sonreí y tomé lo que me falta para alcanzarla.

—¿Preparada para el evento de ésta tarde? —le pregunte apenas llegué hasta su lado, ella me miró y sonrió, tenía una sonrisa linda.

—Siempre estoy preparada —dijo confiada, eso era algo que me encantaba de ella.

—Fantástico. Éste evento dará el inicio de todos los próximos que daremos para animar al equipo de futbol de los Camarones.

—¿Para qué animarlos si nunca ganan? —preguntó obvia.

—¿Es que no lo has notado? —ella negó—. La gente no va para verlos jugar, van para verme animar.

Ella rió y yo curve una ceja.

—¿Qué es tan gracioso?

—Creí que los animadores eran un equipo y no un solo animador haciendo acrobacias.

—Sí, pero el que más destaca soy yo —hice mi gesto con las manos y ella volvió a reir, admito que tiene una risa encantadora.

—Bueno, ¿adivina qué?

—¿Qué?

—Ya no irán a verte a ti, irán a verme sólo a mí —yo la miré impresionado de su osadía.

—¿Y por qué crees eso? —ladeé mi sonrisa.

—Porque soy la mejor en todo lo que hago —entramos al salón de química y los dos nos quedamos parados junto a la puerta—, y nadie me quita ese puesto —se acercó un poco a mí y sentí como nuestras respiraciones se mezclaban—, yo los quito —se dio la vuelta y tomó asiento en una de las mesas de mármol que tenía su respectivo equipo de experimentación.

La miré incrédulo, su seguridad me mataba. Sentía algo de calor y fruncí mi entrecejo al notarlo, miré en la pared y vi que el aire acondicionado estaba a 24° C ¿Qué me sucedía? ¿Fiebre?