Capitulo 1

3.7K 363 22
                                    

-¡Buenos dias Menma! –

El pequeño bulto que se formaba en las sábanas, se movió, pero no dio indicios de despertar.

Naruto sonrió ante tal acción y volvió a llamarlo con voz tierna – Menma, tienes que levantarte. Vas a llegar tarde a la escuela –

No se movió.

-Vaya ¿Desde cuando mi hijo se volvió tan perezoso? – acerco su mano dispuesto a quitarle las sábanas, pero antes de que lo hiciera, la puerta se abrió bruscamente.

-Menma, despierta –

Una mujer de cabellos rosados se acerco al bulto y le quito las sábanas de un jalón.

El niño lanzo un quejido y se acostó de lado, no estaba dispuesto a levantarse. Naruto comprendió, ya que había visto a su hijo estudiar toda la noche, por ordenes del desalmado de su padre.

Pero al parecer la mujer no estaba dispuesta en aceptar tal excusa, así que lo sacudió bruscamente.

-¡Oye! ¡¿Sabes cuantos años tiene?! – exclamo el rubio.

La mujer hizo caso omiso a sus palabras -Menma ¡Despierta, vas a llegar tarde! –

De nuevo el niño lanzo un quejido, pero esta vez si despertó. Froto sus ojos con ambas manos y se levanto de la cama, pateando más lejos la sabana.

La mujer vio como la tela caía en el suelo, soltó un suspiro y se agacho para recogerlo – Ponte tu uniforme y baja a desayunar, si tardas no habrá nada en la mesa –

El niño no respondió, siguió frotándose los ojos para que se pudiera acostumbrar a los colores. La peli rosada, no dio más ordenes y salió de la habitación.

Naruto que observaba la escena, se cruzo de brazos – Esa mujer... solo porque tu padre le permitió cuidarte, se cree la dueña de la casa – comento – Mi pequeño, no debes de enojarte, no quiero que te salgan arrugas en la frente –

Menma no contesto y se quito su pijama. Obedeciendo a las palabras de la mujer, se puso el uniforme, se peino y entro al baño para ponerse un poco de gel, sus ojos azules observaron su reflejo y acaricio el espejo con un dedo.

Sus ojos eran iguales a los de su mamá.

Naruto se acerco al niño y también observo su reflejo -¿Por qué eres tan guapo? – soltó con una sonrisa - ¿Es por que te pareces a mi? –

El niño no volvió a responder y Naruto tampoco esperaba una respuesta; sin borrar su sonrisa, observo los movimientos de su hijo hasta que salió del baño, no lo dejo de perseguir.

Había solo un plato sobre la mesa, contenía dos huevos estrellados, un pedazo de tocino y un poco de legumbres. Menma miro el plato por unos minutos antes de sentarse y empezó a comer, las legumbres no los toco, ni siquiera los volvió a mirar.

-Debes de comer verduras, para ser fuerte – dijo el rubio y se sentó a su lado – No quiero que tengas un cuerpo débil como yo – hizo un puchero y recargo su cabeza con una mano.

-Menma, come los legumbres –

La mujer llego con una mochila color azul y metió varios libros y libretas. Al ver que Menma no le hacia caso, le quito el plato y lo puso en el lavabo.

-Si no lo comes todo, entonces no comas –

-¡Hey! ¡Todavía había huevos y tocino! – Naruto lanzo una maldición y se acerco al lavabo - ¡Solo por que mi esposo sea rico, no significa que debas desperdiciar la comida! – apunto al niño – ¡Y mi Menma, no comió bien! –

Como siempre, la mujer no le hizo caso y acomodo la mochila en la espalda del pequeño. Solo unos minutos paso, para que se escuchara el claxon de un vehículo, ya había llegado el chofer.

-Según tu horario, cuando termine tus clases, vas a la clase de idiomas, luego al de música y por ultimo al de esgrima – la mujer le recordó – no olvides decirle al chofer, que ya no hay dinero para este fin de mes –

-Por que te lo gastas con tus amigas – Naruto le saco la lengua.

El niño asintió ante las palabras de la mujer, ella sacudió su cabello bien peinado y le abrió la puerta para que saliera.

-Cuídate y no te portes mal – lo ultimo lo dijo como una advertencia.

Menma ya estaba acostumbrado, así que volvió a asentir y salió de la vista de la mujer.

Naruto no se quedo en la casa y siguió a su hijo.

-Buenos días, joven Uchiha ¿Durmió bien? – saludo el chofer mientras le abría la puerta trasera.

-¡Claro que no durmió bien! ¡Mi pequeño se mantuvo despierto toda la noche para estudiar algebra! ¡ALGEBRA! – el rubio grito lo ultimo – Dime ¿¡Que clase de niño de seis años estudia algebra?! –

El chofer espero a que el niño se subiera y cuando lo hizo, cerro la puerta. Se acomodo su gorra de plato y subió al asiento del piloto.

Naruto no se subió, escucho el motor del automóvil y observo como se alejaba de él. Se quedo parado, viendo la parte trasera del auto y a pesar de que desapareció de su vista, aún no se movió.

-Si, Menma ya se fue –

Miro sobre su hombro para ver a la mujer salir bien vestida, ella tenia un celular apoyado en su hombro y para que no se cayera tenia la cabeza inclinada.

-Si, ya le pedí más dinero – hizo una pausa – No puedo conquistarlo, sigue pensando en su marido muerto –

Naruto cerro los ojos cuando ella lo atravesó, una extraña sensación le recorrió en el "cuerpo" que no supo describir.

Ella sintió lo mismo, se detuvo un momento y tembló -Uy, sentí un escalofrió, mejor hablemos de otra cosa – dijo y continuo con su camino.

"Es verdad, ya estoy muerto" pensó con amargura. Ya llevaba dos años muerto, durante esos dos años ha estado haciendo el papel de observador, por más que quisiera que su hijo lo viera o lo abrazara, no se podía.

Solo era un fantasma vagando, un fantasma que no quiere ir al cielo, porque se siente culpable, ya que desde su muerte su hijo no habla y no sonríe como antes.

-A pesar de que se lo dije – murmuro.

Por otra parte estaba Sasuke, su esposo; tampoco se había casado de nuevo, se mantenía todo el día en el trabajo y solo una vez a la semana venia a ver a su hijo.

La relación de padre e hijo tampoco era buena.

Naruto soltó un suspiro y se alejo de la mansión para alcanzar al pequeño, si hubiera una forma de mejorar las cosas, lo haría sin dudar. 


No llores, mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora