Capitulo 19

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Menma no le creyó, pero tampoco dijo nada. 

-Está bien mamá, come mucho para que estés más fuerte - 

-Menma también debe de comer para volverse más guapo - Naruto le apretó la mano y le acaricio la cabeza - Más guapo que tu papá - 

Los ojos de Menma brillaron - ¡Si! -

Aunque no era necesario que comiera los vegetales para estar guapo como su padre, ya que su hijo lo es muy guapo. 

Tras terminar la cena, Menma le ayudo a limpiar la mesa y los cubiertos y se tumbó en la mesa para hacer los deberes un rato. 

Cuando el reloj de la pared del salón sonó por segunda vez, Menma se despidió de su madre y volvió a su habitación con sus deberes de idiomas y se bañó para irse a la cama; ayer regañaron a su mamá por su culpa, así que no se atrevía a acostarse tan tarde. 

Naruto termino de darle las buenas noches y le ayudo a apagar la luz y cerrar la puerta. Su frente se apoyó en la fría puerta y soltó un suspiro, tenía que arreglar sus pensamientos y la única persona que sabia sobre su regresión aparte de Menma, era esa mujer. 

Ahora mismo no podía salir a buscarla, porque estaba seguro de que las sirvientas iban a llamar a Sasuke. La única manera era llamarla por teléfono, antes de que saliera de la casa de Tsunade se llevó un papel con su número de teléfono. 

-¿Joven Kurama? -

Naruto se apartó de la puerta y miro a la sirvienta. 

-Necesito hacer una llamada - 

La sirvienta asintió, ya se le estaba haciendo extraño que el joven Kurama no le hablara a ningún familiar. 

-El teléfono se encuentra en la sala ¿Desea algún tentempié? -

-No, solo quiero un poco de té -

La sirvienta asintió y se fue a la cocina. 

Naruto bajo hacia la sala, el teléfono color negro estaba encima de una pequeña mesa. Saco la tarjeta de su bolsillo y marco los números. 

Después de cinco tonos, la voz de Tsunade se escuchó del otro lado. 

-¿Bueno? -

Naruto se acercó a la bocina, como si su vida dependiera de ello. 

-¡Tsunade, soy Naruto! -

-¿Naruto? ¿Qué ha pasado contigo? Renunciaste al trabajo sin avisarme - 

-Es una larga historia, pero lo que si puedes saber es que estoy con mi hijo - 

-Es una buena noticia ¿Y cómo te está yendo? ¿Has logrado que su padre se lleve bien con él? -

-Es complicado, de hecho Menma me pidió que me juntara con su padre para que volvamos a hacer una familia feliz - 

Tsunade no respondió, algo que incómodo a Naruto. 

-¿Tsunade? -

Tsunade solto un suspiro - Naruto, sabes que tienes un límite ¿Verdad? -

No era necesario que Tsunade se lo dijera, él lo sabía perfectamente. 

-Así que lo correcto sería que mejoraras la relación de padre e hijo

-¿Cuánto tiempo tengo? -

-Solo tienes tres meses - 

Naruto se esforzó para no llorar y simplemente respondió con un "si" hará todo lo posible para que su hijo no se sienta nunca más solo. 

-¿Quieres que te ayude en algo?

El rubio dibujo una sonrisa en su rostro - Estaré pidiendo sus consejos en estos tres meses - 

-Siempre te escuchare - 

Naruto colgó el teléfono y se mordió los labios, las lágrimas que había soportado resbalaron en sus mejillas. Ya sabía que su regresión no iba a hacer eterno, las palabras que soltó ese día son las palabras que Dios le permitió cumplir y cuando lo lograra iba a volver al mundo de los muertos y esta vez iba a tener el descanso eterno en el cielo. 

Tal vez mañana se daría una escapada para ir al templo y ver a su amiga Hanabi, así no iría solo al cielo. 

Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos, faltaban tres meses para que pudiera regresar, así que era mejor no preocuparse por adelantado. 

Cuando se dio la media vuelta, se topó con la cara pálida de la sirvienta. 

Naruto no supo cómo reaccionar "¿Ella escucho todo?" 

-¿Qué haces aquí? -

La sirvienta parpadeo y se dio prisa en reaccionar - Lo siento joven Kurama, le vine a traer su té de manzanilla que me pidió - señalo la bandeja que cargaba en la mano - No quise interrumpir su llamada -

-No interrumpiste nada, ya había terminado - 

-Oh, bueno ¿Quiere que le deje el té en la mesa? - 

-No, llévalo a mi habitación - 

La sirvienta asintió y se retiró con la cabeza baja. 

Naruto no sabía cuánto había escuchado y si le preguntaba, estaba seguro de obtener una mentira como respuesta. 

Solo quedaba esperar lo peor. 

El teléfono de la mesa sonó antes de que la computadora se apagara. 

Era el número de casa. 

Lo primero que hizo fue mirar la hora, notando que eran las 9:30 y que todavía había alguien despierto. Cerro la laptop y agarro el teléfono - ¿Por qué siguen despiertos? Les mande a que se fueran a descansar temprano - 

-Señor Uchiha, tengo que contarle algo - La voz de una mujer sonó apagada, como si se estuviera escondiendo en un espacio reducido y temiendo ser escuchada. 

-¿Qué pasa? -

-Se trata sobre el joven Kurama -

En la mente de Sasuke apareció la imagen de Naruto, su apariencia acabada y postrado en una camilla. 

-¿Qué sucede con él? ¿Está bien? -

-El joven Kurama se encuentra bien, solo algo estresado a mi parecer

-Está cuidando a un niño, es algo normal que este estresado - 

-Señor Uchiha - 

Sasuke frunció el ceño con molestia al ver que la mujer se tomaba su tiempo en explicar las cosas. 

-Ve al grano, estoy algo ocupado - 

La sirvienta se aclaró la garganta - Es muy difícil de decir, ya que todavía sigo sorprendida -

-¿Sucedió algo malo en la casa? -

-No, es solo que el joven Kurama le marco a alguien llamada Tsunade

"Entonces si tiene familia" pensó Sasuke. 

-¿Y que con eso? - 

-Es que el joven Kurama... se presentó ante esa persona como Naruto















No llores, mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora