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—¡Dobe! —Llamó una voz femenina, tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba a una figura a lo lejos, poco a poco fue acercándose a ella y envolviendola en un fuerte abrazo

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¡Dobe! —Llamó una voz femenina, tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba a una figura a lo lejos, poco a poco fue acercándose a ella y envolviendola en un fuerte abrazo.— Te extrañé, no vuelvas a irte lejos de mi.

Escondió su rostro entre el espacio de su cuello, esta acción enterneció al chico provocandole una sonrisa.

No lo haré, siempre estaré contigo. —Susurró a su oído acariciando su cabello.— ¿Te ha seguido alguien?

—No. —Se apartó sutilmente mirandolo al rostro.— Me he asegurado antes de salir de casa que nadie lo hiciera. Tenía tantas ganas de verte.

—Yo también tenia ganas de verte mi dulce Shane. —Depósito un tierno beso en la frente de la chica.— ¿Quieres que vayamos a ver las estrellas?

—¡! —Respondió alegremente, tomó la mano de su enamorado comenzando a caminar.

El chico miraba con detenimiento a cada facción de su pareja, desde el brillo de su cabello, el color de sus ojos, la forma de su nariz, las líneas que dibujaban su perfecto rostro, las curvas que trazaban aquel cuerpo que lo tenía completamente loco, sin duda alguna estaba enamorado de su preciosa Shane. La felicidad que sentía al verla no se comparaba con nada ni nadie en el mundo, su felicidad era ella, y estaba seguro que él era la de ella.

Ambos caminaban por un gran campo de flores que era iluminado por la luz nocturna de aquella noche, el silencio que había, era algo que ambos disfrutaban siempre cuando iban a ese lugar. Su "lugar especial", así le llamaban.
El comportamiento que tenía ella cuando llegaban era tal cual de una niña pequeña se tratase, corría y jugueteaba por todo el lugar, observaba con curiosidad las nuevas formas y colores de las flores que crecían ahí, Shane era la representación en carne y hueso de la inocencia y pureza humana.

Ven, Shane. —Llamó Dope sentándose sobre el césped.— Quiero darte algo.

Su amada lo escuchó, se sento a su lado minutos después y lo miró atentamente.

¿Qué sucede, cariño?

Cierra los ojos y dame tu mano izquierda. —Pidió, la contraria asintió y los cerró. Sacó del bolsillo de su pantalón un anillo plateado, en el centro tenía una pequeña piedra preciosa, la colocó en el dedo anular de su chica. Como último deposito un corto beso en sus nudillos.— Puedes abrirlos.

La chica obedeció, cuando abrió los ojos vio el obsequio que le había entregado su pareja, gritó de la emoción y lo abrazo.

Es un anillo de promesa, algún día prometo cambiarlo por uno de compromiso. Hasta ese entonces quiero que tengas este.

ALFAS ━━ K. TAEHYUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora