El bar estaba plagado de gente. Dean y Sam ya estaban ligando con unas chicas. Cara se acercó a Lihel que no había probado una gota de alcohol en toda la noche.
- No has probado la cerveza en toda la noche -dijo Cara- Me avergüenzas -al no obtener respuesta siguió la mirada perdida de Lihel hasta Sam y Dean- ¿Celosa?
- No, ¿y tú de la chica que está con Sam?
- ¡Qué no me gusta Sam!
Bobby se acercó a ellas.
- Hola, guapas -dijo mientras se apoyaba en la barra.
- ¿Estás borracho? -le preguntó Lihel.
- No -respondió él. Luego se lo pensó- Bueno, puede que un poco, y por eso, tú eres la indicada para hacer este trabajo Lihel.- ¿Qué trabajo?
- Un posible fantasma en una mansión.
- ¿Y por qué no puedo ir yo? -dijo Cara metiéndose en la conversación.
- Porque, a diferencia de ti, a Lihel no le tiembla el pulso como a un exdrogadicto y puede conducir sin estrellarse contra nada.
- Vale, te doy la razón -admitiot ella.
- ¿Podrías ir ya? -preguntó Bobby.
Lihel volvió la mirada hacia Dean y la chica con la que estaba ligando.
- Sí, me estoy empezando a agobiar aquí dentro.
- Bien, te veo allí mañana.
- Coge mi coche -Cara sacó las llaves de su bolsillo y se las dió.
Lihel asintió y salió a fuera.
En una hora llegó hasta aquella mansión. Con o sin fantasma, daba miedo. Todavía era de noche y la.lluvia le daba un toque mucho más tétrico, cosa que no ayudaba.
Lihel bajó del coche y picó al botón que había al lado de la gran verja de metal que rodeaba el edificio. En unos segundos la verja se abrió.
Lihel entró. En la puerta, dos gemelas con largos vestidos negros esperaban en la puerta para recibirla.
- Saludos, joven dama -dijo la más alta de las dos- Yo soy Sol, la hermana mayor.
- Y yo soy Luna, la hermana menor.
- Anda, que gracia, como sois hermanas vuestros padres os pusieron sol y luna, ¿no?
- ¿Qué te trae por aquí? -dijeron ambas a la vez ignorando a Lihel.
- Vengo por esos rumores del fantasma -de repente un rayo cayó a espaldas de Lihel, ella se sobresaltó.
- Claro, el señor Banderwelf -dijo la mayor de las dos.
- ¿El señor qué?
- Banderwelf -dijo ahora la pequeña- Era el antiguo propietario de esta gran mansión.
- ¿Creen que podría ser él?
- Sí -dijeron a la vez ambas hermanas. Eso estaba poniendo de los nervios a Lihel- El señor Banderwelf busca venganza.
- ¿Venganza? ¿Venganza contra quién?
- Contra Marcus Banderwelf, su hijo -otro rayo cayó a las espaldas de lihel.
- ¿Por qué querría matar a su propio hijo?
- Pase y se los contaremos todo.
A Lihel no le hacía mucha gracia tener que entrar ahí dentro y mucho menos tener que pasar la noche, pero no le quedó otro remedio. Así que accedió a entrar.
Un amplio salón decorado al estilo del siglo en el que debió de ser construido era la primera parada de sitio. En la pared más grande y menos decorada había un cuadro. Un hombre moreno, alto, con bigote y de complexión fuerte, estaba agarrado de la mano con una rubia de ojos verdes, y delante de ambos, había un niño también rubio.
- Es el señor Banderwelf con su esposa Irina Banderwelf y su hijo Marcus -dijo Sol.
- ¿Qué ha sido de Irina? -preguntó Lihel.
- Por desgracia, falleció cuando Marcus tenía 15 años.
- ¿Por qué creen que quiere venganza contra Marcus?
- Hace 3 años, los médicos le diagnosticaron un problema en el corazón, desde entonces, él tenía que tomar unas pastillas -dijo esta vez Luna.
- Pero, el día antes de que el señor Banderwelf se muriese, Marcus vino a verle, algo muy raro.
- ¿Por qué? ¿Se llevaban mal?
- Sí, cuando Marcus perdió a su madre, se refugió en su padre, pero poco a poco fue dejando ese refugio hasta que...
- Dejó de tener contacto con él -terminó Lihel la frase. Ellas se limitaron ha asentir.
- Según el forense, el señor Banderwelf murió por tomarse las pastillas equivocadas, en vez de tomarse las pastillas de siempre, se tomó unas pastillas que le subieron la adrenalina y el pulso hasta que no pudo más.
- ¿Y creen que fue Marcus?
- Sí -dijeron ambas a la vez.
- Como era hijo único, se llevó tods la herencia -prosiguió la menor.
- ¿Y saben dónde está Marcus ahora?
Ellas negaron.
- Maldición -murmuró ella.
- Ya es tarde, debería descansar si quiere cazar al fantasma -dijo la mayor.
Lihel asintió y ambas hermanas la acompañaron a una habitación que había en el piso de arriba.
- Aquí dormirás tú -dijeron ambas.
Acto seguido, ambas salieron de la habitación dejando a Lihel sola.
- No deberías estar sola en un lugar como este -Lihel se giró ante esa voz.era Dehio.
- Dehio.
- Veo que te acuerdas de mi nombre. Así acabaremos antes.
- ¿Acabar con qué? -Lihel deslizó disimuladamente su mano hasta el bolsillo se sus vaqueros. Su espada no estaba- ¿¡Qué cojo...!? -Dehio le enseñó la espada.
- ¿Buscas esto? -preguntó él.
- ¡Devuélvemelo! -ordenó ella.
- ¿Me matarás si te la devuelvo?
- No.
- Mientes.
- ¿Cómo lo sabes?
- No puedo perder el tiempo, cada vez que vengo a verte corro peligro.
- Como si vinieses mucho por aquí.
- Da igual. Escucha, Petser, mi jefe, te ha estado haciendo un montón de cosas.
- ¿Como por ejemplo...?
- Borrarte la memoria.
- ¿Cómo?
- No estoy seguro, pero lo que quiera que haya hecho con tu cabeza, está haciendo que pierdas tu condición de ángel.
- ¿Eso es posible?
- Eso parece. Y otra cosa, hsy algo muy oscuro detrás de la resurrección de Dean.
- ¿Oscuro? -Dehio asintió.
- Sí, es un plan de los... -Dehio miró hacia arriba- ¡Mierda! Petser quiere verme. Oye, si quieres ayudar al mundo, no dejes que Sam siga este camino de sangre -antes de que Lihel pudiese decirle nada, él desapareció.
Holaaa. He estado mirando un poco por encima los capitulos y he visto que en uno hay unos párrafos que forman un lío. Quiero pediros disculpas. En fin, ¿qué os han parecido las hermanas gemelas? ¿Y la reacción de Lihel ante el mujeriego Dean? ¿Y esa conversación con Dehio? Dad fav y comentad si podéis.