[PLAY: Twisted — MISSIO]
Strange.
Caminé tras Wanda. El camino de la granja de Clint estaba despejado, nada de vecinos, nada de gente que pueda oírlo si se interpone en darnos al niño.
—Stephen. Puedo oírte pensar.—Dijo rápidamente la pelirroja, casi castaña. Su cabello se está volviendo a su tono natural.—No te atrevas a tocar a Clint.
—Lo defiendes demasiado. Él no fue capaz de cuidarte luego de Natasha.
—Cuida de Leo. Eso es lo que me importa.
—Tu hermano murió por salvarlo, aún confías en él.
—Pietro murió porque fue su decisión proteger a Clint y al niño.—Dijo ella mientras se giraba molesta.
Le dediqué una sonrisa.
—Extraño. Creí que había muerto por balas.
Wanda me ignoró y siguió su camino hasta la entrada. Clint nos vio y salió de su casa con un arco y flechas en la espalda.
—Hola, Clint. Es un placer verte. —Dijo Wanda con un tono dulce y amoroso. A mí ni siquiera me habla.
—Me encantaría poder decir lo mismo. ¿Qué hacen aquí?—Preguntó él cruzando sus brazos por su pecho.
—El mocoso.—Dije yo.
—Silencio.—Wanda me hizo callar.—Hablaré yo. Necesito que hablemos... Sé que te llevaste a Leo, yo no estaba en casa y lo entiendo, pero...
—Wanda. Algo malo te sucede, pero no dejaré que arrastres a Leo a eso.
Clint la interrumpió.
—Clint, yo te juro que cuidaré mejor de él. Sólo fue una vez. Necesitaba salir para hacer algo importante y...
—¿Algo como qué? ¿Ayudar a Strange a asesinar a Wong? —Preguntó y sonreí de costado mientras Wanda negaba.—Wanda. Todo el mundo los busca, a él por asesino y a ti por cómplice. Natasha estaría decepcionada de ver ésto en lo que te estás convirtiendo...
—No metas a Natasha en ésto.—Suplicó Wanda y noté el color escarlata en sus manos. Vamos, un poco más de presión y el pequeño halcón sufrirá las consecuencias.
No es más que un tierno y lindo pollito... Fácil de aplastar.
—Wanda. Lamento ser yo quien deba decírtelo. Leo está en peligro contigo, prometí a Natasha que cuidaría de ambos si alguna vez algo ocurría, pero... Yo no puedo cuidar a una asesina de si misma.
—No soy una asesina. Soy una madre.—Dijo casi desesperada.
—Yo si soy un asesino. Entrega al niño. Me aburrió ésta absurda charla.—Dije yo acercándome. Clint sacó el arco y apuntó una flecha.
—No te acerques más. Mi familia no está aquí y Leo tampoco, por lo que no tengo miedo de acabar con la vida de los tres.
—¿Tú? ¿Un simple arquero?—Dije sonriente.—¿La copia mala de Robin Hood? ¿Qué harás?
—Wanda. Alejense. Lo advierto.—Dijo Clint y Wanda comenzó a retroceder pero yo lancé parte de la madera que se encontraba en el suelo. La lancé contra Clint quien logró esquivar un poco.
—Fui suave ahora. No lo seré siempre. Estás agotando mi paciencia. ¿Donde está el niño?
—No les diré.—Insistió.
—Clint, por favor...—Suplicó Wanda y él negó.
—Yo me encargo.—Dije rápidamente. Wanda me detuvo con control mental.