PRÓLOGO. Llegada a la Preparatoria Koudo Ikusei

1.1K 61 62
                                    

"Tump" "Tump"

Se escuchó el movimiento brusco del autobús. Esta quizás era la tercera vez que cruzaba en un camino con baches.

Aunque eso no importaba ya que en su interior estaba repleto de personas, principalmente estudiantes quiénes sin relevancia no mostraban disgusto.

Lamentablemente era así, debido a que es la oportunidad perfecta para iniciar una historia de romance con un cruce de miradas o el choque de un movimiento mal ávido y provocativo con una dama.

Lejano a esto se encontraba sentado un joven, cabello negro sin rasgos asiáticos portando un uniforme con tinte anaranjado. Un joven solitario.

Suspiro. Soy yo.

Mirando hacia la ventana del autobús solo me permití observar el paisaje que pasaba en mis ojos.

Irónicamente mi destino era la preparatoria Koudo Ikusei, en Japón.

No lo creerías si te lo dijera pero, hace unos meses esa preparatoria solo existía en un anime y ahora soy un estudiante extranjero que asiste a su ceremonia de entrada. Exactamente no recuerdo como ocurrieron todos los hechos pensé que era asunto de una falacia cuando me lo informaron, desgraciadamente no lo fue.

Y digo, quizás fue únicamente una coincidencia.

O eso era lo que tenía que ser.

- ¿No crees que deberías ceder tu asiento?

Habló una mujer, específicamente una oficinista, y su reclamo era dirigido a un estudiante con el mismo uniforme anaranjado al mío.

Lo recordé en ese momento tal como lo conocía, sabía que ocurría y que ocurriría.

- Tú, ¿no ves que la anciana tiene problemas?

Un silencio se apoderó del ambiente obligando al receptor a contestar.

- Esa es una pregunta muy loca, señora.

Por supuesto, molesto.

- ¿Por qué debo dar este asiento a una anciana? No hay absolutamente ninguna razón para que se lo dé.

- ¿No es natural entregar el asiento prioritario a los ancianos?

Tristemente no todo terminó como se lo esperaba, en ocasiones confiar en la moral no era la mejor opción.

Lo sabía por experiencia propia, los humanos siempre podemos actuar de forma egoísta.

Cualquiera podía negarlo, no obstante, la verdad es la verdad.

- No entiendo. Los asientos prioritarios son sólo asientos prioritarios, y no hay ninguna obligación legal para que me mueva. Si me muevo o no, debería ser decidido por mí, que actualmente estoy en este asiento. ¿Me darías tu asiento porque soy un hombre joven? Hahaha, esa es una manera estúpida de pensar.

Tiene mis condolencias la pobre mujer, su intento de apoyar a una anciana no resultó muy bien.

En mi caso, no actuaría de tal forma, y momentáneamente pensé quién tenía la razón.

La mujer quería ayudar a la anciana, y el joven defendía su asiento. No lo sabía, ya que ahora el futuro estaba en manos de los jóvenes, ¿no sería más lógico, ayudar a los jóvenes?

Me disculpo de antemano por mi mente retorcida como una soga.

Y así continuó la acalorada discusión entre las dos personas, yo simplemente me mantuve al margen como los demás.

Aunque eso no me impidió tomar mi vaso de capuchino que guardé como refuerzo para esta situación, debido a que no pude comprar palomitas.

Sinceramente aquí les pregunto... ¿Qué hubieran hecho ustedes?

Classroom of the elite: The Only Donde viven las historias. Descúbrelo ahora