La niñera (BRANGIE)

8- Rutinas.

Luego de aquel encuentro de Angie y Lourdes no volvió a pasar algo igual, pero algunas razones congeniaban  perfectamente como amigas, Kevin ya había comenzado su trabajo 100% en la oficina, mientras que Angie seguía haciendo bocetos en su casa, querían contratar a una gran cantidad de personas que supieran lo que hacen cociendo, y llevando a la realidad las prendas que diseñaba Angie, ya que Angie iba a ser la encargada total junto con Mica en dirigir aquellos que serían sus sucesores, Angie iba cada mañana a la empresa mientras que en la tarde pasaba con su pequeño y quedaba toda la tarde con el.

Pero ya pasado cierto tiempo la producción comenzó, y ahora se requería el trabajo de Angie la mayoría del tiempo, aunque Kevin se encargaba de la parte contable y administrativo, Angie debía supervisar cada costura, y cada prenda que iba saliendo, así que llegó la hora de llamar a Brisa, pero primero obviamente tuvo que convencer a Noah.

—Entonces ¿Que te parece la idea?— Le preguntó.

—Quieres decir, que brisa me cuidara ahora ¿Toda la tarde?— Preguntó curioso —Pero ¿solo Brisa? ¿Nada de los abuelos?

—No, nada de los abuelos, yo te iré a buscar a clases almorzaremos aquí en la casa, y luego vendrá Brisa a cuidarte, y yo regreso en la noche para dormir ¿Así si?

—Pero ¿Siempre vas a regresar?— Preguntó el pequeño aún más curioso —Y ¿No usarás el uniforme?

—Pequeño, ya no iré más ¿Que te hace pensar que me iré? He estado a tu lado todo este tiempo, mamá te ama y jamás te volverá a dejar.

—Solo... No te vayas— El la abrazó.

Pasadas las nueve y ya con el pequeño Noah dormido, estaba sentada en la sala y miró su celular, dudo un par de veces si llamar a la chica ahora o hacerlo luego ya que era tarde, pero de igual forma lo hizo.

—¿Alo?— Escuchó una voz medio dormida al otro lado del celular.

—Oh lo siento Brisa ¿Te desperté?— Preguntó apenada.

—De hecho me acabas de salvar— Escuchó un bostezo —Me quedé dormida sobre el libro, ¿Pasó algo con Noah?

—De hecho, llamaba para ver si aún estás disponible a cuidar a Noah ya sabes solo desde las 12 hasta las 9, yo lo busco en la escuela y esas cosas.

—Oh obviamente que quiero— La castaña se alegró —A parte me viene súper bien, bueno ya sabes que estamos a finales de semestre y hay que comprar cuadros y esas cosas, bueno eso...

—Pues gracias por avisarme, y tranquila te pagaré suficiente.

—Oh por el pago no te preocupes, sigue pagando lo de antes yo resuelvo.

—Eres tan linda Bri, pero en serio podré pagarte un poco más, bueno que tal si ¿Comienzas el lunes que viene?

—Claro, allá me tendrá señora Velasco.

—Bri.

—Lo siento Any, oh ¿Le molesta que la llamé así?

—No para nada, es un buen apodo— Dijo sonriendo —Te veré el lunes entonces.

—El lunes entonces, y gracias por considerarme— Cortó la llamada.

Fue entonces cuando todo se convirtió en una rutina, Angie se iba a la misma hora que dejaba a su pequeño a la escuela, luego a las oficinas, luego lo recogía, almorzaba junto con el y Brisa y luego de unos minutos se iba de regreso al trabajo para regresar antes de las nueve y poder acostar a su hijo.

Para Brisa y Noah la rutina vareaba depende de que tan activo estaba el pequeño los días, había días que se distraía con solo televisión, otros que Brisa le tocaba jugar toda la tarde, y otros dónde un simple carro le bastaba para que su imaginación volara.