La niñera (BRANGIE)

13- Lloro por ti.

Julieta dibujaba las indicaciones que Angie le daba en el folleto, con algunos regaños pero lo lograba hacer bastante bien, a veces reían fuertes y otras solo pasaban tan concentradas que el tiempo se les iba volando, al terminar la mañana el boceto estaba finalmente listo.

—Lo hice— Dijo Julieta alegre —Gracias de verdad he aprendido mucho con usted.

—Ya tutéame Julieta, no estamos en la oficina y muchas veces te he dicho que me molesta.

—Oh bueno quede en cenar con mi novio ¿Le parece si hablamos luego? Claro la estaré llamando para organizar todo.

—Saldré con Noah a comprar unas cosas de su cumpleaños, ayer no pudimos ya que me sentí bastante mal pero hoy iremos, pero no te preocupes puedes llamarme.

—Oh no, no dañará su día en familia.

—Bueno te acompaño a la puerta.

Las dos caminaron a la puerta y se despidieron con un beso en la mejilla cuando Julieta la abrazó debido a la emoción aun en su cuerpo por haber terminado su primer boceto oficial, Noah llegó junto con Brisa.

—Mami, Brisa me fue a buscar debiste ver a mis amigos, dijeron que era hermosa— Noah le dijo y sonrió.

—La veo luego— Julieta se termino de ir.

—¿Cómo sigue?— Preguntó Brisa curiosa.

—Mejor gracias, ahora reposate y te vas al baño para bañarte.

—¿Iremos a comprar?

—¡Si, vamos a comprar todo para tu cumpleaños!— Noah comenzó a correr —¡Cuidado con las escaleras!— Le gritó su madre.

El pequeño asintió y subió con cuidado.

—¿Nos acompañas?— Le preguntó a Brisa.

—Claro, no creo que pueda con todo y ese yeso— Angie asintió —Ayer Kevin me dijo que Noah estaba allá porque fue al hospital de nuevo ¿Esta bien?

—Gracias por preocuparte Brisa estoy bien— Angie miró los ojos de la chica.

Había pasado un largo tiempo desde que no se miraban de esa manera, solo viendo sus ojos y sonriendo, el mal humor de Angie iba mas allá y su orgullo también no ayudaba, mientras Brisa no entendía lo que le pasaba y juraba que iba a ser mayor su orgullo que perseguir aquello que siente.

—¡Mamá, ven a bañarme!— El grito de Noah hizo que las dos salieron de su transe

Brisa subió para poderlo ayudar y luego de los tres estar listos, Angie aun podía manejar su auto a su que aunque Noah le había dicho que no, ella lo manejo, salieron como si de una familia se tratara, Brisa ayudaba en todo lo posible a la peliazul, Noah no se decidía y tuvieron que apoyarlo para que pudiera escoger todo lo de su fiesta, en aquella tienda también vendían disfraces y fue entonces que Noah vio un disfraz de príncipe y miró a su madre.

—¿Lo compramos?— Le preguntó haciendo un puchero.

—Eso ya no funciona— Su madre le dijo y él sonrió —Pensé que yo te lo iba hacer— Ahora era ella quien hacia puchero.

—¿Pueden dejar de hacer pucheros? Dios se ven tan tiernos— La castaña hablo y ellos sonrieron.

Hijo e madre se vieron y luego giraron a ver a la castaña con un puchero a los dos, ella tomó aire y comenzó a besar a Noah quien no paraba de reír.

—Entonces ¿Ya tenemos todo?— Angie cambio de tema.

Pagaron y Brisa se ofreció a cargar todo, la piñata era un Jack Sparrow versión funko, el pequeño Noah debido a su día tan agitado se quedo dormido de nuevo en el carro, esta vez fue Angie que lo acostó mientras Brisa dejaba todas las bolsas en la sala.