CAPITULO 15•

4 5 0
                                    

2 de octubre

Estoy en mi segunda clase, historia. La clase más larga que puede existir, rato más tarde al salir del salón ya tenía todo planeado me iré, me iré al hospital a ver a maikol ya que mamá viene por mi a última hora, para que así no me pudiese escapar, estoy caminando tan rápido que no me doy cuenta, hasta que me tropiezo con Andrés después de casi un mes que no lo veía me lo tope en este momento, trate de evitarlo e irme para el hospital pero fue en vano como el me agarró de las manos que fue obvio que me solté de su agarre de inmediato

-Ni me toques invencible.

-Lo siento no quería que esto-el no termina porque yo lo interrumpo -

-¿Que no querias dejarlo en coma maldita sea?

Una me vas me agarra y sacudo mis manos lejos de el.

-Que no me toques Gilipollas.

Le digo corriendo de allí

Rato más tarde llego al hospital

Hablo con la chica que está en recepción y le cuento lo sucedido ella me dice que si, que si puedo verlo y que esperará un momento.

Quizás mi mamá no me dejaba venir era para no estar tan mal, pero lo que no sabía era que me estaba muriendo si no lo veía, ya un mes que no veía su cálido rostro, que no sentía sus manos, de a ver sabido que el abrazo que me dió ese día sería el último, juro que no le fuera soltado nunca.

Mi mamá ya no salía de viajes, solo iba mi papá una que otras veces o el de maikol, pero mi mamá ya no iba, por mi y estar con ella me hace sentir un poco segura de todo el mal, aunque mi dolor no se va siento que se acerca más el año que le dieron aproximadamente y me duele, me duele, me quema y no lo puedo evitar.

La chica muy amable me saca de mis pensamientos que me están consumiendo cada maldito día.

-Ven pasa-me dirijo al pasillo y me señala una puerta me da una sonrisa de boca cerrada y se aleja-

Yo doy un suspiro y al abrir  la puerta pude verlo, mis lágrimas caían y era inevitable no llorar estaba como siempre su boca rosada y su cabello castaño desordenado.

Y yo solo pido ver esos ojos marrones una vez mas.

Trate de calmarme un poco y poder ir a verlo, a hablarle a decir lo que he sentido desde que no a estado me a hecho mucha falta.

Me siento a un lado de el

-Hola idiota-le digo agarrando su mano-te he extrañado ¿Sabes? Ya faltan dos días para tu cumple y tu no estas despierto, estás dormido y pronto despertarás ¿Cierto? Quizás te preguntarás quien me dijo tu cumpleaños y fue porque ví una carpeta de tu papá sin querer, solo sin querer lo ví y vi como tenía unos datos de ti y supe que cumples el 4 de octubre -le digo limpiando las lágrimas que estaban en mi rostro-siento paz siento que el me escucha y siento que el muy pronto despertara-oye-bufo-espero que cuando despiertes no seas un completo idiota-le digo y suelto una risa triste-

Pasa un rato que estoy allí.

-Oye ya es hora que regrese a mi casa, pues mi mamá piensa que estoy en el colegio, ella me vigila día y noche para no venir, se que no lo hace con mala intención, porque quiere que ya no sufra, cuando pueda vendré, el cuatro vengo, ¿Si? no importa si me tenga que escapar del instituto, te-te quiero idiota-le doy un beso en su mano y me voy llorando en silencio-

Voy llegando a casa y mi mamá está en la sala ella me fulmina con la mirada.

-Mierda-murmuro-mama lo siento necesitaba verlo-

Ella no me dice nada y se levanta y me abraza

-Mami-sigo hablando-lo extraño, lo extraño y tu no me permites verlo-digo aún llorando-se que piensas que es lo mejor, pero no, no porque necesitaba hablarle y aunque ustedes no me crean el despertara.

-Shh-dice mi mamá acariciando mi cabello-

Lo extraño y no puedo hacer nada para que el este de vuelta, este despierto, necesito que me vea con esos ojos marrones intensos que me hacen sentir tantas cosas.

Mi vida es un desastre. Libro I. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora