TERCERO - CAPÍTULO VI: Ensayo sobre el entendimiento. (MARATÓN 5/5)

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CAPÍTULO VI

Ensayo sobre el entendimiento.

*Diecisiete días antes*

Día 1.

¡Dispara! —a pesar de que tenía los ojos cubiertos, Jisoo apretó los ojos con todas sus fuerzas, y oyó un disparo. No sintió nada. Por segunda vez le habían "perdonado" la vida— Ah, es un poco aburrido matar a una preciosura como tú, tan rápido —el tipo rió, y por lo que pudo percibir Jisoo, se había ido.

Día 2.

No sabía si era de día o de noche, si saldría de ahí pronto o no lo haría; sus muñecas empezaban a dolerle, la soga con la que las habían amarrado eran muy toscas para su piel suave. Cuarenta y ocho horas sin probar alimento ni agua, sus labios agrietados eran la consecuencia de ello, sin embargo la tortura más grande era desconocer que harían con ella ¿Porque no la mataron cuando pudieron? Bueno, de cualquier forma podían matarla en ese momento, o en cualquier otro ¿Pero cuando?

Día 3.

Ese día había sido particularmente caluroso, Jisoo no hacía otra cosa que sudar, lo que aceleró su pérdida de agua.

¿Qué pasa preciosa? —Sintió la voz rasposa de un hombre en su oreja— ¿Tienes mucho calor? — Jisoo no respondió y tampoco hizo algún gesto— Tengo algo aquí que podría gustarte —rió y le acercó el borde de un vaso, Jisoo tragó en seco— ¿Quieres tomar agua? Dime ¿Quieres?

— ¡Sí! —espetó.

Pues toma —inclinó el vaso para verter el agua en su boca pero la pelinegra volteó el rostro— No te hagas la difícil, bebe. Yo sé que quieres refrescarte un poco, anda —volvió a inclinar el vaso, esta vez Jisoo abrió la boca y sorbió todo el agua que pudo, luego se quedó con esa sensación de querer tomar más agua pero ya no había. Eso fue frustrante— Ahora me pagarás el favor —el hombre se puso de pie.

¿Qué? —movió la cabeza en todas las direcciones.

Sí, me pagarás el favor —desabrochó su correa y quitó un botón de su pantalón de mezclilla, deslizando el cierre; cuando un compañero suyo lo interrumpió.

Tenemos que ir a Kansas ahora mismo.

— ¿Qué? —el tipo giró— ¿Ahora?

—Uf —dividió su mirada entre su amigo y la rehén asustada— Lo siento hermano, pero tenemos que trabajar.

—Maldición —acomodó su pantalón y abrocho su correa— Aún me debes el favor preciosa —rió con su compañero y salió del almacén.

Jisoo volvió a su atmósfera silenciosa. Dicen que cuando pierdes un sentido, los demás se agudizan; y eso es cierto. Ella tenía los ojos cubiertos pero la agudeza de su oído aumentó, era capaz de escuchar los ruidos más leves en la noche: los grillos, los autos, las aves migrantes; incluso oía su propia voz en su cabeza, eso le causaba temor porque sentía que podría enloquecer en cualquier momento ¿Cuánto más la tendrían ahí?

Día 4.

Fue despertada por una bofetada en la cara.

¡Ya amaneció idiota! —la mujer que la había golpeado hacía cuatro días, volvió a hacerlo— ¡Despierta! —tiró de su cabello— ¡¿No oyes?! —La empujó y Jisoo cayó de costado, tener las muñecas amarradas dificultaron su equilibrio— Bueno... —rió— Así te quedarás hasta que acordemos que hacer contigo.

Blank Space (Jenlisa) [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora