Capítulo I

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Domingo 10:22

Como es de costumbre, me desperté y no tenía ganas de salir de mi cama, ya el sol se veía un poco fuerte a través de las finas cortinas de la ventana de mi cuarto, era verano y la brisa tibia se colaba por la misma. Siempre las dejaba abiertas, puesto que vivía alejada del pueblo y solamente estábamos acompañados por una calle casi desierta y la bella vista del horizonte. Pretendía seguir durmiendo pero mi madre entró a mi cuarto, es como si adivinara de una manera misteriosa, cuando abría los ojos, llega con un vaso de chocolate frío como sabe que me gusta, me da los buenos días y se sienta en mi cama junto a mi, para  esperar que termine el desayuno.

Mi madre es una mujer joven, con un cuerpo esbelto y cabello largo ,sus ojos parecen dos estrellas que nunca dejarán de brillar. Ella tiene una forma de ser, apacible y muy comprensiva. Es feliz con nuestra familia y siempre dice que si estamos juntos, nada podrá quitarnos esa felicidad.

Antes de salir del cuarto me avisa que me levante pronto porque mi hermana necesita ayuda con una tarea que debía entregar al día siguiente. Ella es 5 años menor que yo y no se lleva muy bien con los estudios, por lo cual se aprovecha de mi,  para hacer todos sus trabajos escolares. Tiene 12 años y es muy bonita, el color de sus ojos es como el de mamá, un verde oscuro que hace contraste con su cabello lleno de rizos castaños y una sonrisa preciosa como la de papá, a veces siento envidia de ella, pero que conste que es envidia de la buena.

Cuando cierra la puerta me preparo para ponerme de pie, dirigirme al baño y ver si termino de despertar con una fría ducha. Al salir, agarro mi teléfono y veo un mensaje de Verónica, es mi mejor amiga y como vivo un poco lejos de la ciudad no tenemos mucho contacto, por eso nos pasamos el día texteandonos para mantenernos informadas. Luego de responderle, salgo de mi habitación y veo a mi hermana esperándome con una amplia sonrisa en la mesa del comedor, le doy los buenos días y me dispongo a ayudarla en lo que sea.

...

Mi padre está sentado en su sillón viendo la televisión mientras mi madre termina de preparar el almuerzo. Yo me encuentro hablando con Vero, me está contando acerca del chico nuevo que llegó a la ciudad. Ella es de esas amigas que te mantiene al tanto de todos los chismes. Me dijo que es alto, rubio y con unos músculos espectaculares, al parecer ya la tiene embobada. Verónica es delgada pero tiene su cuerpo definido, sus ojos son azul cielo y tiene una mirada de angelito, como si fuera una persona indefensa pero ahí donde está, ha roto más corazones que cualquiera. Estamos juntas desde pequeñas y nos conocemos completamente bien, somos una sola y la considero como otra hermana más.

Cuando termino de hablar con ella me recuesto en el sofá y sin darme cuenta me quedo dormida.

...

12:00 p.m

Al llegar el mediodia todos estamos hambrientos y mi madre nos llama para que fuéramos al comedor. A ella le encanta cocinar y lo hace de maravilla, parece haber nacido con un don que le da el poder de que todo lo que prepare quede rico y le guste a todos. Al sentarnos en la mesa empezamos a devorar los alimentos y cuando terminamos nos quedamos hablando de la vida, de cómo vamos en los estudios y sobre el trabajo de mi padre.

Es un reconocido y preparado abogado que trabaja mucho, incluso a veces hace horas extras para poder mantenerlos gastos del hogar. Tiene 40 años pero se ve muy conservado, es de piel pálida, ojos oscuros, su pelo es muy fino color castaño claro, casi rubio  y tiene una sonrisa que solo de verla te hace sentir bien. Su carácter es un poco fuerte pero cuando se trata de nosotras se vuelve un hombre dulce y cariñoso, creo que eso fue lo que enamoró a mi madre.

El resto de la tarde y la noche pasaron como de costumbre, al terminar la cena nos fuimos a la cama y sin más, el día concluyó.

En el transcurso de la semana vemos muy poco a papá, se va muy temprano a trabajar en su auto y regresa tarde para cenar y descansar hasta el otro día ,sin embargo los fines de semana pasamos tiempo juntos y hacemos planes para divertirnos.

Esta semana transcurrió normal, mi padre nos dejaba en la escuela y a la hora de salida, cogiamos el autobús que nos acercaba a nuestra casa. Mi madre, mientras, hacía los quehaceres del hogar y al atardecer regaba sus plantas, esperando a papá para cenar todos juntos en la gran mesa del comedor, luego veíamos un poco la tele y al reloj marcar más de las diez de la noche nos íbamos a la cama para terminar nuestro día.

Así ha sido siempre, nunca había pasado nada extraño ni fuera de lugar, hasta aquel horrible día, aquella noche de jueves que cambió la vida de todos nosotros...

AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora