Capítulo III

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Ya había pasado más de una semana desde que pasó todo y no lograba superarlo. ¿Cómo se puede superar la muerte de tu madre? La persona que te mantuvo nueve meses en sus entrañas, la que lo dio todo por verte feliz. Nunca lograré superar eso.

Sophia y yo no habíamos asistido a la escuela, papá no había ido al trabajo y ya las personas más cercanas a nosotros se estaban preocupando, nos escribieron y mandaron sus condolencias pero ninguno de nosotros tuvo el valor de darle frente a nadie, era muy reciente todo y el dolor seguía intenso como el primer día. Estuvimos pensando en mudarnos, esa casa, ese lugar, solo era un constante recordatorio de todo lo que había ocurrido esa noche.

Mi padre estaba buscando algunas casas y viendo cuál se adecuaba a nuestras posibilidades, había encontrado una muy bonita, lo único malo era que se encontraba un poco lejos, bueno, muy lejos. Eso solo significaría dejar todo atrás y por un lado era bueno pero por el otro, no lo era para nada, tendría que dejar a mis amigos, la escuela, mi vida completa quedaría allí. ¿Era esa la solución? Nadie podía saberlo.

Después de pensarlo detenidamente por un tiempo, decidimos dar el paso. Mi padre usó sus ahorros para el pago de la casa y el resto para los gastos del viaje. Le habían hecho una buena oferta y nos vino de maravilla.

...

Hoy es el día de la mudanza y nos encontramos empacando y despidiéndonos de todo. La conversación con Verónica fue un poco fuerte, era una de las cosas que más me dolían, ya no la vería más por un largo tiempo. Ella se encontraba allí junto a mi, ayudándome a recoger mis cosas y viendo que no se me quedara nada.

-Anne?

-Dime Vero? --había algo de nostalgia en su voz--

-¿Que harán con esta casa? ¿La van a vender o algo así?  --me preguntó con cuidado, sabía que este asunto me afectaba mucho--

Esta casa no la podríamos vender aunque quisiéramos, aquí esta toda nuestra vida, todos los momentos lindos que hemos pasado juntos, el olor de nuestra madre todavía lo siento cuando entro a su habitación. Esta fue la casa que dio comienzo la bella historia de amor de mis padres, nacimos y crecimos aquí, por esa razón mi padre decidió dejarla cerrada para si algún día alguna de nosotras quería volver y comenzar su vida allí, como lo hicieron ellos. Él ya no podía hacerlo, ya no le encontraba sentido a seguir viviendo en esa casa si no tenía a mamá.

-No, la casa quedará cerrada hasta que Sophia o yo decidamos vivir aquí o hacer algo con ella.

-Ah, esta bien. --luego de eso no preguntó más nada y siguió ayudándome en silencio--

2:00 p.m

Ya era hora de partir. Le había pedido a Verónica que se fuera antes, no soportaba las despedidas, al irse me dio un abrazo muy fuerte y me dijo que todo estaría bien, nos mantendríamos en contacto y haríamos lo posible por vernos una vez al año como mínimo.

A punto de cerrar la puerta principal recordé la foto familiar que estaba en la sala y fui corriendo a buscarla. A donde sea que iríamos, llevaríamos un recuerdo de nuestra madre para siempre.

Nos subimos al auto de papá y comenzamos el viaje. Nos dijo que era largo pero que al lugar que iríamos nos gustaría y sería un nuevo comienzo para los tres.

...

Ya llevábamos un buen rato conduciendo, la carretera cada vez se veía más extensa, casi interminable. Sophia se ha pasado todo el camino escuchando música con sus auriculares, papá no había emitido ni una sola palabra después de decir que nuestro destino sería lejos y yo, me limito a observar por la ventana los árboles pasar.

AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora