Capitulo 11

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— ¡Su majestad por favor! No hablo como el príncipe heredero, hablo como su hijo, por favor, comprenda, quiero casarme con Mei Ling. — el peli blanco rogó a su padre con desesperación. Se colocó de rodillas y tomo su traje para evitar que se marchara.

El emperador ni siquiera lo miro a pesar del fuerte agarre en sus ropajes

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El emperador ni siquiera lo miro a pesar del fuerte agarre en sus ropajes. Solo se quedó quieto, escuchado sus súplicas pero no pareció ceder pues su expresión se endureció más.

— Lin Mei. Levántate en este momento — tiro de su ropa pero su hijo no se desprendió — Nunca pensé que te arrastrarias de esta manera por ese doncel, debí suponerlo desde hace mucho tiempo, tu actitud es el de un inútil enamorado. ¡Reacciona ya! Ha pasado una semana. Es imposible que cambie de opinión, tu te acostaste con alguien más. Es una ley sagrada. — el emperador dió un tirón más, desprendiendo la prenda del agarre mortal.

Lin Mei sollozo, el quería a su amado, tantos años deseando tenerlo y formar una familia con el, se vio derrumbado por sus decisiones tan estúpidas. Aún así, tenía que seguir insistiendo, tenía que lograr algo, de no ser asi los pretendientes llegarían por montones una vez que el anuncio oficial del rompimiento se hiciera presente.

— Padre por favor... Nunca a pedido nada, jamás me interpuse en sus decisiones y deseos. ¿No podría demostrar al menos algo de interés en la vida de su hijo?

La pregunta hizo que el emperador por fin lo mirara, sus ojos demostraron la respuesta. No había nada que hacer.

— Regresa a tu habitación. La decisión ya está tomada, solo observa y cierra la boca. Esto es lo mejor para ti y el imperio. — ignoro el estado de su hijo y salió del despacho.

Lin Mei apretó su pecho con dolor, las lágrimas llenaron sus mejillas, cayendo al piso para formar pequeños charcos. Todo su cuerpo temblaba, grito y lloro de desesperación. Su mente aún estaba adormecida por el alcohol en su sistema, por qué si, había tomado otra vez al enterarse que la decisión de su padre fue aprobada. Bebió y bebió para armarse de valor y enfrentar a su progenitor en el despacho.

— Mei Ling... — Murmuró casi sin voz, esperando que su amado escuchará su súplica — por favor no me dejes...

El emperador que había estado en la entrada de la puerta escucho todo el berrinche de su hijo. Y sonrió. Wang Mei Ling, aquel bello doncel que cautivo a su hijo hace varios años estaba por volver a degradarse. Y lo disfrutaría de principio a fin.

Camino lentamente al ala principal del trono.

Por supuesto que el había querido al hermoso doncel en su familia, era una persona tan culta y carismática cuando lo conocío, cuando el viejo Wang seguía con vida y supervisando sus estudios, antes de que el esposo del actual patriarca se involucrará en su educación al ya no estar el abuelo Wang. Al principio no vio cambios, Mei Ling seguía siendo el mismo, floreciendo cuál rosa y brillando como estrella en su debut junto a su hijo. Pero algo estaba mal, el patriarca Wang lo nombró heredero, se integró al consejo y propuso ideas demasiado escandalosas. Le puso un alto pero el no escucho y siguió haciendo de las suyas, incluso cuando le dejo su harem para tenerlo entretenido y no tener tanto tiempo, ese doncel siempre encontraba tiempo para fastidiarlo con su presencia en el consejo. El detonante de todo, fue el despido de su personal a cargo del harem. Simplemente inaceptable pues no sé lo informo.

Segundo Esposo/ L.E.D.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora