Juez, jurado...

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- ¡Levántate! - El guardia de la prisión pasa la lanza por encima de los barrotes, provocando un ruido ensordecedor.

- ¡Estoy viva! - la pirotécnica rápidamente se incorpora. El lugar dónde estuviera dormida es una pequeña banca de madera, pues la celda carece de cualquier otro mobiliario, a excepción de una pequeña ventana resguardada por unos barrotes muy resistentes. Mira con confusión al guardia - ¿Qué?

- Por favor, de pie - Esa voz que tantas veces la reprendió por sus travesuras, que tantas multas le dio, pero que con el tiempo logro entablar una bonita amistad. Esa voz le hablaba desde el otro lado de las frías rejas. La Tengu a cargo del ejército de Inazuma conserva un rostro gélido como el hielo.

- ¡Sara! - Rápidamente se incorpora y corre a tomar los barrotes entre sus manos - Es un alivio verte. Si hoy viernes tú es por que hay grandes noticias ¿Es por mí papá? ¿Lo encontraron? - la general niega pesadamente con la cabeza - Oh...

Uno de los soldados que acompañan al alto cargo da un paso al frente con desición, la misión es abrir la diminuta celda, al hacerlo un terrible rechinido resuena por el largo corredor. Entra para asegurar las manos de la joven con los pesados grilletes.

- ¿Otro interrogatorio? - una mueca involuntaria de dolor se dibuja en su rostro, las quemaduras no tratadas siguen bastante sensibles.

- Es hora -Por alguna razón se mira renuente a hablar demasiado.

- Claro... El juicio.

- Antes de la audiencia tienes dos horas para hablar con tu defensor legal - El guardia, con cadena en mano, jala de su celda a la prisionera.

- Pero no tengo abogado...

Avanzan sin prisa, pero sin pausa a lo largo de un gran corredor con celdas vacías por ambos lados. En una situación normal se tendría a la prisionera en la comisaría, pero al tratarse de un caso excepcional de optó por mantenerla en la prisión del Tenshokaku, por ello no hay más reclusos.

- De hecho lo tienes - camina justo al lado de la detenida, aunque evita mirarla directamente.

El retumbar del silencio se hace presente en la conversación, más que nadie es la Tengu quien lo resiente. Atisba la expresión de preocupación de la acusada, inevitablemente sintiendo ella misma un gran pesar. Así que suspira y por fin atreve la pregunta que merodeaba su mente.

- Te voy a preguntar una sola vez... quiero que me respondas con la verdad y nada más que la verdad ¿Entiendes? - Dan vuelta en una esquina, al final del nuevo pasillo se encuentra la sala de interrogatorio.

- Sí...

- ¿Lo que sucedió... Realmente fue culpa tuya? - la rubia le regala una sonrisa triste y niega lentamente con la cabeza - ya veo... - finalmente llegan al cuarto de destino.

El guardia que carga con las cadenas se adelanta y abre la puerta, adentro solo hay una mesa, dos sillas y una joven de cabellos verdes acompañada de montones de papeles.

- ¿Kuki? - Yoimiya pasa a tomar asiento frente a la mencionada - Santo cielo, gracias. Muchas gracias.

- Los amigos del jefe son mis amigos - guiña un ojo de manera amistosa.

- Hagan lo que tengan que hacer. Esperaré por ustedes afuera, mí deber es llevarlas hasta la sala. - informa la general antes de cerrar la puerta tras ella.

- Comencemos con esto... - Shinobu toma algunas carpetas frente a ella.

- ¿Entonces tienes algo?

- Testigos, algunas pruebas físicas. Debo serte sincera, fue difícil armar un caso con lo que me dió la señorita Kamisato.

- ¿Ayaka también está en esto? - suspira de alivio al escuchar la noticia - ...cree en mí... - medita por un momento - entonces... crees que lo lograremos (?).

- Ja. Solo dije que fue complicado, pero estoy segura de que lo haremos.

- ¿Sabes que fue lo que realmente pasó?

- No... Por el momento solo nos enfocamos en sacarte de este sitio, lo demás será para después.

- Entiendo.

- Escucha, esto es lo que se va a tratar como defensa...

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La sala del tribunal está atestada de pobladores, tanto por fuera como por dentro, desde la parte trasera susurran los damnificados, a los lados de la corte se encuentran generales y altos mandos, entre ellos los líderes del Triunvirato, al centro de la sala se encuentra la acusada acompañada por la defensa y la parte acusatoria, representada por Sango y su ayudante Ryuuji. El sonido de la sala es interrumpido por el sonido de tambores ceremoniales, por la parte delantera de la sala aparece la misma Nakurami de la catástrofe, la todo poderosa Shogun Raiden, acompañada de la leal general Tengu.

Todos en la sala muestran sus respetos ante la deidad de Inazuma y prestan atención a todo movimiento que hará, pues a pesar de ser la gobernante no son muchas sus apariciones públicas. Aunque esta vez es lógico, debido a la importancia del juicio, el cual va a presidir la misma arconte electro.

- Todos los presentes en este salón conocen de zozobra el motivo de esta gran asamblea. Discutiremos el grado de culpabilidad...

- Oh oh, ya asume que tiene algún tipo de responsabilidad - piensa la abogada defensora - empezamos con mal pie.

- ...de la presunta culpable del incendio que azotó nuestra ciudad hace ya una semana - toma asiento frente a la acción - ambas partes mostrarán sus pruebas, sobre ello decidiré o no la sentencia a seguir.

Por un momento Sango regala una sonrisa burlona a Kuki, esto no pasa desapercibido.

- Así como se ha acostumbrado durante siglos los primeros en tener la palabra; la defensa. - hace un ademán con dirección a la parte aludida.

- Gracias, su excelencia. - Decididamente se pone de pie, mira de reojo a la rubia, su rostro dibuja una pequeña sonrisa vacía - Comenzaré con la reconstrucción de los hechos de ese fatídico día...

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- Antes de caer dormida vislumbré el cielo, gracias a mí entrenamiento supe en seguida que eran entre las 3:30 y las 4:00 - Sayu cuenta su parte de la historia ante todos en el juzgado.

- Sabemos que los acontecimientos comenzaron a las 3:45 de ese mismo día - continúa la abogada - Aún sí la señorita Naganohara hubiese marchado de vuelta a su hogar, justo a las 3:30 hubiera sido físicamente imposible que cargara con sendos petardos hasta el gremio de aventureros y encenderlos a tiempo para las 3:45.

Para este punto el resto de testigos que apoyan a la maestra pirotécnica han dado sus versiones, cada una coincidiendo a la perfección. Claro que Sango no se ha quedado atrás, refutando la credibilidad de todos y cada uno de los testigos. El señor Amenoma, dueño de la forja vecina, quien saludó y charló brevemente con la joven a la hora que partió de casa, según Sango: demasiado mayor para recordar los detalles de fecha y hora. Naidelin, médica de Sumeru, pidió indicaciones de cómo llegar a la ciudad y fue atendida por la amable joven; un extranjero no puede reconocer con exactitud a alguien con quién charló por menos de cinco minutos. Taromaru, exdueño de la casa de té Komore, gua gua gua, gua gua gua (Fue en busca de la joven ya que le había encargado la reparación de cierto juego de té, pero no la olió por ningún lado así que fue a charlar con el señor Amenoma); ¿Alguien entendió algo? digo, es un perro. Aseveración seguida por un gruñido.

- ¿Es todo? - el rostro frío de la Shogun no permite averiguar su sentir.

- Sí su excelencia.

- Tiene permitido hablar con el testigo, señorita Sango.

- Sayu ¿Verdad? - se muestra bastante relajada, distante a lo que fue con los demás acusados - pero que Tanuki tan tierno. ¿A qué te dedicas, pequeña? - hace enfasís en la última palabra.

- ... - la menor es demasiado perspicaz como para ignorar las intenciones de la mujer, por lo que respira hondo antes de continuar - soy estudiante de artes marciales - responde tal y como los ocelos le indicaron, para ocultar la verdadera profesión.

- Bien pequeña. Cuéntanos otra vez ¿Qué dices que hacías en aquel lugar?

- ... - desde la multitud de espectadores siente como la mirada de la Miko le quema la nuca - Yo... Intentaba dormir la siesta... ¡Es lo que necesito para dar el estirón!

- Te escondías de tus responsabilidades.

- No como tal...

- ¿Puedes asegurarnos que la interacción de la que hablas fue ese día?

- Sí...

- ¿Puedes asegurarnos que no fue un sueño? - interrumpe agresivamente - Todo esto que nos cuentas parece más el sueño feliz de una chiquilla que está demasiado "cansada" de hacer nada. Y teniendo en cuenta el historial de la acusada de siempre jugar con niños, que también es algo turbio, es lógico pensar que la figura de autoridad en ese sueño fuese ella.

- De ninguna manera era autoritaria, es más bien molestosa... ¡y no fue un sueño!

- ¿O acaso te amenazaron y obligaron a aprender este guion? Fue el Oni ¿No es así? Él también tiene historial de amenazar niños.

- ... - "pues no es una gran amenaza para mí"

- ¡¿Ven gente?! - rápidamente toma el silencio de la niña a su favor - todo lo que tenemos aquí es a una pequeña con sesgos arraigados por parte de la defensa, por esto y los anteriores testigos les aconsejo que tomen los testimonios con pinzas. Gente coaccionada, confundida y un perro. - del público se escucha un ladrido enojado.

- ¡No es así! - Sayu intenta protestar, pero se ve silenciada por el volumen de voz de Sango.

- No tienes que seguir ocultando pequeña, ahora estás a salvo - le toca la cabeza, la niña pierde los estribos he intenta morderla - ¡Ah! - retira la mano a tiempo - son todas las preguntas que tengo.

- ¡Todavía no termino...! - la pequeña tejón intenta apoyar un poco más.

- Es suficiente - la ominosa voz de la jueza interrumpe la protesta de la menor - Por favor, lleven a la niña a por un vaso de leche de dango - cambia a un tono gentil - la leche es buena para que crezcas.

- Pero... - Shinobu la toma del hombro con gentileza, niega con suavidad - ...esta bien...

- Hiciste un gran trabajo, muchas gracias - la defensora despide a la menor mientras es escoltada por guardias fuera del escenario.

- ¿Es todo por parte de la defensa?

- Por el momento sí, su excelencia.

- Ahora puede proceder la señorita Sango.

- Bien. Me gustaría abrir el caso llamando a un testigo - señala rápidamente a la misma acusada - la Señorita Naganohara.

Kuki no puede evitar su gran sorpresa, mucho menos la ahora testigo.

- Por favor levántate - Yoimiya mira a Kuki como pidiendo permiso, ella le afirma con la cabeza y procede a ayudarla a ponerse de pie - Por un momento quiero que olvidemos el asunto del incendio y quiero que me digas si lo que te voy a decir te suena de algo ¿Entiendes?

- Sí - la detective sonríe con cierta malicia.

- ¿Sabes algo de la resistencia al decreto de captura de visiones?

- ¡Objeción! - Shinobu intenta suprimir la pregunta, a pesar de desconocer el tema al que la oponente busca llegar, intuye que no es bueno para su caso - ese asunto llegó a su fin con la abolición del decreto.

- No. Que Sango siga con su caso. - la jueza calla a la abogada.

- Por favor responde - Sango presiona a la acusada.

- Algo... he oído al respecto.

- ¿Con que "algo"? Déjame refrescar tu memoria - De uno de sus bolsillos consigue un objeto cubierto parcialmente de ollin - ¿reconoces ésto?

- Esa es mi visión - Dá un paso al frente como para intentar recuperarla, pero es detenida por un guardia.

- Cerca, pero no - arroja la evidencia a sus pies - mírala bien - la acusada susuya de impresión al percatarse que es - ahora dime algo ¿Cómo es que, durante el decreto de captura de visiones, te quitaron la tuya seis veces?

- ¿Seis? - también es evidente la impresión en el rostro de la jueza.

- Bueno... Yo...

- Estas copias que fabricaste son de excelente calidad, indistinguibles de una verdadera visión - de sus bolsillos consigue otras dos copias, lanza una a la jueza, quien la atrapa y la observa con detenimiento - solo aquellos con visión elemental podrían asegurar su falsedad y antes de que intentes negarlo ¿Sabes dónde encontramos estas?

- ...

- Lo sabes.

- En mi taller.

- En las cenizas de tu taller encontramos los restos de dieciséis visiones sin terminar, tres finalizadas y dos aparentando no tener dueño, pero imbuidas en Pyro. Se ve que constantemente perfeccionas estas falsificaciones.

- Desde la abolición no lo hago más - la abogada defensora recoge el objeto para analizarlo con detenimiento - solo las fabricaba para los miembros de la resistencia - se cubre la boca con ambas manos al percatarse de la admisión del primer crimen.

- Con que algo sabías ¿Eh? Haré como que no escuché eso y continuaremos con el caso. Tú y yo, y ahora todos los presentes, sabemos qué hay un mercado que paga bastante por las falsificaciones.

- ¿De qué habla?

- De poco te servirá fingir demencia en este momento - Ryuuji le entrega unos papeles - su excelencia, a continuación mí asistente le entregará una copia de cierto expediente recuperado del archivo en un campamento Fatui, en el que se menciona la compra de visiones falsas ¿Con que objetivo? Disimular el uso de engaños en sus infiltrados.

- Yoimi... - Kuki susurra al oido de la acusada mientras la Shogun lee los papeles - ¿Qué está sucediendo aquí?

- No lo sé...

- Como verá, están datados de hace tres semanas. Acuerda la recepción de media centena de falsificaciones por el monto de 80 000 piezas de oro, divisa del banco del Norte, o 800 000 mora por pieza. El pago se acordó por adelantado. La fecha de entrega curiosamente está marcada para el viernes de la semana pasada. La correspondencia con el vendedor cuenta con una firma particular; esfera agradece por su preferencia.

- ¿Pero puedes asegurar qué mi cliente es este tal "esfera"?

- Las pruebas las tienes ahí. - señala el Temari que cuelga de tocado de la acusada - Estas falsificaciones son tan creíbles que ni siquiera su creadora puede distinguirlas y los Fatui son famosos por no escatimar en sus tretas.

- Habla usted de media centena y solo encontró diecinueve en el taller. ¿Cómo una sola persona puede fabricar tantas en un tiempo tan irracible como tres semanas?

- No puede. Ese es el punto. Cincuenta piezas de joyería de esté calibre son imposbles de fabricar en un lapso tan demencial, cosa que la señorita Naganohara descubrió muy tarde. No podía echarse para atrás y la verdad es que no quería. Digo ¿Puedes culparla? Hablamos de 40 millones de mora.
Y así es como volvemos al tema del incendio ¿Para cuándo era la entrega programada? Viernes. Para cuando la acusada se percató que no había posibilidad alguna de terminar el encargo, comenzó a maquinar su desquiciado plan.

- Solo nos mostraste evidencia circunstancial hasta el momento, el puente de hechos es inexistente. Está clase de evidencia no es relevante para el...

- ¡Silencio! - la orden de la Shogun retumba por la sala, los papeles que tiene en la mano se deshacen lentamente en el viento, sus brillantes ojos purpura desprenden una ira incontrolable - Siga con su relato Sango.

- La acusada fabricó unos petardos montruosamente potentes, en total 24, con una fuerza explosiva increíble. Los llevó atrás del gremio de aventureros, cuya cede principal se encuentra en Snezaya, y comenzó un incendio que le concedería tiempo suficiente para llegar a su taller. Una vez comenzando la lluvia de fuegos artificiales aprovecharía la confusión para escapar con su padre. Pero algo le salió mal, no contaba que cruzaría caminos con Arataki Itto y así solo el señor Naganohara tuvo la oportunidad de escapar sin ser visto, llevándose el efectivo con él.

- ¡Eso no es verdad! - Yoimiya reclama con furia - ¡Papá jamás me abandonó, lo dejé con un par de guardias de la comisión Teyrou mientras retiraba la pólvora del almacén!

- ¿Entonces dónde están esos supuestos guardias? - Se acerca amenazante - Preguntamos a todos y cada uno ¿y adivina qué? Nadie corrobora tu historia.

- ¡Eso no puede ser!

- El incendio comenzó como un ataque terrorista directo a la nación del Norte, con el fin de crear una distracción, pero a la acusada no le importó lo más mínimo la seguridad de la ciudad. Los cohetes volaron por todos lados y crearon destrozos a diestra y siniestra.

- ¡Los fuegos artificiales no eran para eso! ¡Aún estaban en desarrollo, por eso dieron vuelta al suelo en lugar de subir al cielo!

- Hubo un total de veinticinco bajas debido a las llamas y las explosiones. Hubo siete desaparecidos, algunos civiles, un detective de la comisaría y el supuesto sospechoso de desaparecer con los cuarenta millones.

- ¡No lo hice, de verdad, no lo hice! - Kuki contiene a la acusada.

- No es extraño que así terminaran las cosas, archivo tras archivo sobre multas por accidentes relacionados con fuegos artificiales, quejas a montones de la brigada de bomberos, restricciones en ciertos festivales, al menos tres arrestos debido a esto. ¡Esta mujer era un accidente fatal con temporizador!

- ¡No fue así...!

Una onda expansiva de pura energía elemental interrumpe a ambas partes, es acompañada por un potentete golpe de la lanza de la jueza contra el tatami.

- Su excelencia... - Sara, quien ha estado a su lado todo este tiempo intenta calmarla.

- He escuchado suficiente - Una intensa mirada de odio recae sobre la maestra pirotécnica y sobre la abogada - ¡Encuentro culpable a Naganohara Yoimiya de atentar contra la eternidad del pueblo de Inazuma! - relaja la expresión - Será ejecutada al amanecer.

La celebración en la sala se desata, la gente se felicita y abraza entre si, los vítores ensordecen a la abogada. En medio de todo el tumulto una joven rubia cae sobre sus rodillas con una expresión del más puro horror, su pálido rostro suplica a la jueza clemencia, pero esta solo da media vuelta y abandona la sala.

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- Lo siento... - Shinobu camina cabizbaja al lado de Yoimiya, la retiene del brazo como para brindar consuelo - al final, no pude hacer nada. Lo siento. Enserio.

- No... No pasa nada - simplemente admira el suelo - No es tu culpa. Nadie tiene la culpa. Ni siquiera Sango.

- ¡Tú menos! Y ahora vas a pagar el precio máximo - Es detenida por un guardia antes de entrar al pasillo de celdas.

- Hasta aquí llegas.

- Por favor, demuestra la inocencia de mi papá - es lo último que dice antes de desaparecer por el frío y largo pasillo.

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Me di cuenta de que el set de Reminiscencia de purificación que tengo no es del todo funcional... toca farmearlo otra vez ... yay...

Chispas Que Viajan Con El Viento - Genshin Impact FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora