La venganza de la reina.

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Por las sombras de las concurridas calles de la zona sur de Ritou se desplaza una figura misteriosa cubierta con una lona de tienda de acampar. Una pequeña criatura elemental Cryo le sigue de cerca. Da la vuelta en una esquina para ver de cerca el gran barco la venganza de la reina con dirección a Natlan. Pero antes de siquiera dar el primer paso, un contingente de soldados aparece sondeando el puerto, obligándole a retroceder hacia atrás de una casa.

- Tendremos que buscar otra forma… ¿Nadando tal vez?

La criatura mira con los ojitos en blanco a la muchacha.

- Ya sé, no soy buena en ello – mira a los alrededores – llamemos la atención de los guardias a otro sitio – inmediatamente toma el agitador del relámpago y apunta a algún lugar a la distancia - … No – interrumpe la carga del disparo – puedo causar otro incendio… Y no será muy distinto de lo que me acusa Sango. Además, sería demasiado obvio que algo así sucederá porque específicamente yo estoy en Ritou.

Mientras piensa da unos pasos en reversa, en cierto punto tira una cubeta de agua. El líquido se congela en el piso al tener contacto con el slime. Al ver esto se le prende la bombilla y pronto toma las cubetas aledañas y comienza a montar la operación.

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Cierto trío llega a hurtadillas a la ciudad, Itto, Kuki y Ayaka caminan se escurren entre los edificios del lado norte. Sayu se ha quedado en el camino para interceptar a más contingentes del ejército.

Por el camino al puerto coinciden con un trío de guardias que ni siquiera los alcanzan a ver pues son rápidamente noqueados por un mazazo por parte del Oni. Los amarran y dejan escondidos atrás de una gran roca en la playa, dónde de hecho hay otros tantos soldados en la misma situación.

- Aún quedan muchos – reporta Ayaka al llegar con los otros – además, la general Tengu sigue ahí. Montó guardia frente al puerto desde que llegó y no ha movido ni un músculo. Sabe a la perfección que la venganza de la reina parte hoy.

- Si su teoría es cierta Yoimiya intentará abordar este mismo barco. – Kuki sujeta las amarras del último guardia, al cual le tapan los ojos para evitar acusaciones.


Por atrás de la escena una silueta cubierta con una lona de carpa corre acarreando un par de cubetas de agua. Un slime Cryo le sigue.

- Por eso nos deshacemos de estos rancios ¿No?

- Así es señor Itto.


- Eso suena muy bien, podría acostumbrarme… A ver, dilo otra vez.

- No empieces con tus estupideces jefe.


Ayaka ríe a lo bajo. La silueta vuelve a cruzar con más cubetas, el slime se percata de los soldados amarrados y se acerca a investigar, uno se despierta, pero el slime le salta encima, volviéndolo a dormir.

- Debemos buscar una forma de encontrarla

- ¿Qué esperanza tenemos de encontrar a alguien que ha logrado evadir la seguridad de una nación completa?


- ¿Podríamos gritar alguna clave de la resistencia? – a Itto le brillan los ojitos por la expectativa.

- Me parece que tiene una idea errónea de lo que hacíamos en ella.


- No creo. Sé que son gente ruda, los mejores peleadores, estrategas y mercenarios. Con una vasta red de información confidencial. ¿No?... ¡¿”HACIAMOS”?! – los ojos del demonio brillan con emoción al escuchar esa confesión.

- …Ay… - Mira a los lados, nerviosa luego de su accidental confesión. Respira hondo y trata de seguir la conversación -  … Era mucho más simple que eso, señor…


La silueta pasa por tercera vez, arrastrando una carreta con cubetas de agua. El slime ahora mira al grupo, los analiza y se queda a escuchar la conversación.

- ¿Cómo es eso posible? ¿Entonces como derrotaron a la Shogun?

- Gracias a la movilización de información de la gente común. Todo se debió al cansancio del pueblo y a los riesgos de los colaboradores. Tal vez no teníamos mercenarios ni peleadores, pero sí a gente muy valiente. Y la decisiva intervención de Lumine [Para mí, la viajera es canon y se ching@n ♥] selló una rebelión exitosa.


Kuki se percata de la criatura elemental he intenta espantarla con una cantidad insignificante de energía electro, pero esta no se va.

- Bueno, sí. Es una colega súper fuerte, pero sigo sin creer lo que me dices. Siento mi corazón romperse en pedacitos.

- Lamento decepcionarlo, pero así fueron las cosas. Como sea, no podemos simplemente gritar sin llamar la atención, ni podemos hacernos visibles sin más, no buscamos un arresto por conspiración de fuga.


- Que difícil lo pones mujer…

La defensora legal vuelve a intentar ahuyentar a la criatura, pero este solo se mueve de lado. La silueta encapuchada vuelve a trote rápido como buscando algo, a la distancia lo nota y corre hacia el grupo. La capucha cubre su rostro y no le deja ver el rostro de las personas.

- ¡Amiguito! – susurra - ¿Qué haces? Vámonos. Lamento la molestia… - evita mirar a la cara a los acosados por el slime. Al intentar dar la vuelta encuentra a los guardias amarrados tras una roca - ¿Uh?

- No es ninguna… - se percata de lo que mira la silueta - … molestia.


- Desde hace rato estas muy callada Kuki ¿Qué pasa…? – ahora los otros dos ven al nuevo visitante – mierda… - Itto se dispone a noquear al testigo.

- ¡Espera! – la silueta se baja la capucha, revelando justamente a la maestra pirotécnica - ¡¿Kuki?!


- ¡Yoimiya! – la señorita Kamisato se lanza a abrazar a su amiga, olvidando por completo la postura y formalidades – por todos los cielos ¡Estas aquí!

- Ayaka… - tarda un segundo en asimilar, pero pronto devuelve el gesto – gracias por confiar en mi ¡gracias!


- Tú… - El gigante gentil abraza a las tres muchachas juntas, llora ridículamente – creí que te ibas a petatear, taruga. Un día de estos me vas a matar del susto – se ve claramente que a Shinobu no le interesaba abrazar a nadie, pero pronto deja de luchar para liberarse.

- Gracias a todos por defenderme. De no haber sido por su esfuerzo ni siquiera hubiera tenido la oportunidad de mostrar un punto… Pero de verdad, no sabía nada de la venta de visiones.


- Lo sé – la aristócrata solo se centra en el abrazo.

- Sí, sí, sí. Muy bonito todo, pero hay un barco que tomar – Kuki se ve forzada a interrumpir cuando el aire le comienza a escasear – Itto, ya suéltanos.


- *Ejem* es verdad – Sonrojado las suelta, intenta peinarse con los dedos para disimular – lo siento.

- También te quiero, tarugo – Le da un golpecito amigable en el brazo.


- La venganza de la reina – Ayaka prosigue con el plan aun con la voz entrecortada – Se encuentra fuertemente custodiada, no podrás simplemente subir.

- Tan inteligente como siempre, un paso al frente. – Yoimiya toma de las manos a su amiga – Supiste que vendría aquí.


- ¿Qué clase de amiga sería si no lo supiera?

- No te preocupes, tengo un plan. ¿Podrían ayudarme?


- ¡Para eso estamos aquí! – Itto apoya con gran energía.

- Necesitamos mucha agua.


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Sara mira cual estatua la embarcación con destino a Natlán, tristemente decidida a darle fin a la travesía de la maestra pirotécnica. Sabe por experiencia de miles de arrestos cual él es el paso lógico del escape, ir a otra nación. En su mente espera por que la fugitiva no sea tan necia como para querer escapar vía Ritou, pues sería justamente el puerto más protegido. Aunque en su interior sabe que tarde o temprano tendría que ser ella quien terminase con su vida.

Exhala con frustración al recordar la furia en el rostro de la deidad de Inazuma al enterarse de la fuga. El intenso estallido de energía cubrió el castillo entero y poco le faltó para salir ella misma en su búsqueda, pero fue detenida en el acto por la General.

- ¿Qué sucederá si durante su ausencia el Tensokaku sufre otro ataque? – La Shogun detiene su paso antes de salir de la habitación - ¿A dónde recurrirá la gente si el castillo también cae?

- Puedes hacerte cargo de la protección.


- Puedo hacerlo. Sin embargo ¿No se sentirá más seguro el pueblo si es su líder quien vele por su seguridad?

- ¿Entonces podrás ir tras ella con la certeza de atraparla?


- Puedo mover todas las piezas a mi disposición para lograrlo.

Voltea lentamente a la dirección de su general.

- Espero mucho de ti.

- Cumpliré con sus expectativas – el recuerdo termina y regresa a mirar el gran barco. Un gran velero de tres mástiles, sus marineros hacen los preparativos de última hora antes de zarpar. Suben cajas con provisiones y litros de alcohol, ajustándose al gran viaje por delante.


- ¡General Kujou! – un soldado de la comisión Teyrou corre a su encuentro.

- Más vale que sea una emergencia – dice sin siquiera mirarlo – no estoy de humor para payasadas.


- Los compañeros están desapareciendo – susurra cerca de ella para evitar avivar el pánico.

- … – voltea a ver las calles de la ciudad, ve a unos cuantos soldados esparcidos por ahí.


- El conteo de fuerzas se reduce y a aquellos que mandamos a investigar ya no vuelven.

- Ya comenzaron… Reúne a los restantes fuera del muelle, ubíquense a una distancia donde todos puedan verse y eviten meterse en las callejuelas. El enemigo está aquí.


- ¡Entendido! – corre a avisar a los demás de la nueva orden.

- Solo queda esperar al próximo movimiento. Querrás causar una distracción para que me mueva de aquí y abordar desde el agua. Una vez dentro buscarás un lugar para esconderte. Pero no te funcionará, aunque logres evitarme aquí no dejaré que el barco salga hasta haberlo revisado al milímetro. Tengo que hacerlo. Te lo advertí la última vez…


- ¡Junten a sus patrullas y cancelen la búsqueda! – el soldado alcanza a los demás pueblo adentro - ¡Nos están tendiendo una trampa! – rápidamente los soldados entran por las calles, los ciudadanos miran preocupados – No se junten, guarden diez metros entre escuadrón. – sigue con la orden.

Los pueblerinos comienzan a caminar rápidamente por la plaza, buscan salir del sitio, aun dejando sus puestos sin supervisión.

En el momento de mayor congestión de la plaza se logra escuchar un sonoro golpe en la tierra seguido de un mini terremoto. Cubetas de agua caen desde los tejados por acción del movimiento, empapando por completo la calle. Seguido a ello una senda de escarcha se abre paso entre la gente, congelando por completo la calle y los pies de las personas y los soldados en ella. El pánico surge y las personas intentan romper el hielo, algunos dejan sus zapatos atrás, pero resbalan por acción del suelo helado, gritándose entre sí por la confusión. El sonido llega hasta oídos de la general y los soldados del muelle, quienes inmediatamente corren a ayudar.

Al subir el último soldado, una figura cubierta por una lona de carpa corre hacia la gran embarcación. La general parece haber abandonado su puesto, por lo que la figura simplemente rodea a los marineros que tratan de ver que sucede ciudad adentro y sube. Rápidamente busca entrar en la bodega. Se esconde tras unas cajas para evitar ser vista por los demás trabajadores del barco, desde su posición mira la puerta de carga. Da un último sprint para llegar a salvo, una vez dentro toma su lugar contra una pared mientras suspira al dejarse caer.

- ¿Terminaste con el numerito? – Sara le llama desde el otro lado de la bodega.

- ¡¿?!

- Esto acabó. Lo siento, pero no te dejaré escapar otra vez – mira con compasión a aquella figura – Sabes… Interviene ante la Shogun en tu nombre, pero simplemente no pude hacerla cambiar de  opinión. Debes ser castigada. Eso es lo que nuestra diosa ha decidido para ti. Y no puedo fallarle a nuestra deidad… Espero lo comprendas – se aproxima a la figura calmadamente, esta se pone de pie para tratar de huir. La general la alcanza en nada atrapándola del hombro – basta.

En medio del forcejeo la capucha de la figura cae de su cabeza, rebelando una melena verde.

- ¿Qué?... – la general mira bien a la encapuchada - ¿Shinobu?

- Espero que esto no afecte nuestra relación laboral – sonríe bajo la máscara aunque un sudor frío le recorre la nuca. (Resulta que en el Lore del juego Kuki trabaja activamente con la comisión Teyrou)

- ¡Los otros barcos! – intenta salir del sitio pero es detenida por la abogada.

- No se irá de aquí mientras siga de pie.

- Te aconsejo que no trates de enfrentarte a un efectivo activo del ejercito.

- ¿Le da miedo perder ante una abogada? – Suelta una risilla socarrona antes de dejar de sentir el piso bajo sus pies, cayendo fuertemente sobre un montón de cajas y rompiendo unas cuantas por la fuerza del impacto.

- ¿En cual subió? – La general se arremanga luego de la maniobra de derribo.

- Uhg… Como… como si lo fuera a decir…

- Solo es cuestión de tiempo para que la encuentre en cualquiera de las embarcaciones. Podría reducir tu sentencia si haces más fácil la búsqueda.

- … ah… ja, ja …En ninguno…

- ¿Qué?... ¿Entonces para que fue todo este…? – detiene el interrogatorio al percatarse de un pequeño detalle.

- Es tarde… En este momento solo veras su sombra perdiéndose en el horizonte.


Sara corre a la popa del barco, dejando a la impostora tirada ahí. Mira en todas direcciones y mar adentro lo ve. Un pequeño rompeolas alejándose del archipiélago a máxima velocidad.

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Unos minutos antes
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- No creo que se trague la trampa – Itto rasca su cabeza al mirar una cubeta del techo.

- ¿Por qué lo dices? – la pirotécnica deja la cubeta que tiene en manos de lado. Las otras conspiradoras también se miran intrigadas.


- No se ha movido de ahí, se huele cual es el destino. Y ella es una listilla, molestosa y obstinada. Solamente la Raiden la moverá, créeme, lo sé.

- Dices que no se va a quitar (¿)

- Ni en un millón de años, nop.

- ¿Entonces que haremos?

- Podemos atacarla directamente – El Oni flexiona sus increíbles músculos ante las chicas – igual me debe la revancha.

- ¿Estás tonto? Eso los meterá en problemas.

- ¿Y sí las tres nos cubrimos y corremos por ahí? Tendrá que seguir a una. – Ayaka intenta cooperar.

- Será garrafal si atrapa a cualquiera.

Kuki y el slime intentan subir otra cubeta al techo de una casita un poco separada del resto. Como es un poco más chiquita que los demás, batalla bastante con la tarea. En medio de ello da un paso para atrás, encontrándose con una pequeña  compuerta en el suelo – esto es…

- …entonces le doy un mazazo y K.O.

- Tú solo quieres tu venganza…

- ¡Oigan! – Kuki les llama – Quizá quieran ver esto.

- ¿Qué? – al llegar a su encuentro ven un agujero en el suelo, el amigo slime ya está adentro.

- Es un pasadizo. Por la dirección va al norte.

- ¿Pues que esperamos? Vemos a donde nos lleva.

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- Efectivamente. Estamos en el norte. Tan lejos del puerto como al inicio – Itto reprocha a Kuki con la mirada - ¿Esto de que chingados nos va a servir?

- Al menos estoy proponiendo cosas lógicas, jefe. Tu solo haz dicho tonterías desde que esto empezó.


- No se peleen, ya encontraremos otro modo – La rubia trata de calmarlos. – por ahora volvamos sobre nuestros pasos y pensemos mejor el plan.

- ¡Por celestia! – La sorpresa de la princesa garza llama la atención del grupo, quienes le siguen a algún lado de la playa. Al alcanzarla admiran el descubrimiento de la aristócrata.

Un rompeolas estacionado en la arena espera sin supervisión, parece postrado ahí por los mismos dioses.

- ¿Eso es… Lo que creo que es?

- El rompeolas de la viajera. Lo dejó aquí en su última visita – Ayaka los observa con emoción – ofrecimos que lo dejara cerca de la hacienda, pero se negó. ¡Estaba aquí todo el tiempo! - camina lentamente al navío – Ya sé que es lo que vamos a hacer.

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- Gracias a todos – tras el timón del pequeño barco se encuentra la fugitiva más buscada de Inazuma – cuando vuelva se los agradeceré como es debido. – Mira hacia atrás, a través de una ventanita ve como la isla se hace cada vez mas pequeña debido a las distancias.

El slime va con ella en el barco, toma una siesta en la zona de pasajeros.

- En especial a Kuki. Fui una molestia hasta el final…

La criatura elemental gira en su lugar como un gato y se acomoda. Esto no es pasado por alto por la conductora.

- Sí… Tienes razón, lo peor pasó. Por ahora centrémonos en llegar a puerto Ormos a por los insumos necesarios. De ahí seguiremos al lugar más alejado en el continente, iremos a Nat… ¡¿?! – se escucha un zumbido seguido de una rasgadura. El techo de la embarcación se ve dañado por un agujero de unos cuantos centímetros.

El slime asoma su ojito por el agujero, encontrando el cielo claro del otro lado. Salta en su lugar y trata de observar en varios ángulos.

- Esto apesta… - la conductora trata de girar el timón, pero una flecha se ha clavado en el tablero lo detiene en su sitio – no puedo… *Cof* *cof* - tose sangre sobre la tersa madera del timón – no puedo cambiar la dirección – suelta el mando he intenta sacar la flecha de su sitio, pero el liquido carmesí que escurre desde la herida del pecho hace que resbale de sus manos. La desesperación le provoca respirar pesadamente, trata de retirarse ella misma aunque la trayectoria de entrada del proyectil le impide cualquier cosa más que acelerar y desacelerar la embarcación.

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Sara baja lentamente el sencillo arco con  el que apuntaba a un objetivo que se hace más pequeño conforme pasan los segundos.

- No podrás darle a esta distancia… - La abogada alcanza a la general en la popa del barco, cojea con dificultad a su encuentro.

- Vete de aquí… Haré como si nunca te hubiera visto a ti y a tus cómplices, Arattaki Itto y Kamisato Ayaka.

- ¡¿Cómo?!

- Los vi acomodando cubetas en los tejados… Pero los dejaré ir.

- ¿Por qué?

- … Es lo justo.

- Ya veo…

- Anda, regresa con los tuyos y diles que su misión fracasó.

- ¿De qué hablas?

- … - mira a la abogada con unos ojos casi vacíos y un aura un tanto melancólica – no subestimes la puntería de una Tengu.

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Y ya. Vallamos a dormir... Son las 7:34... Puta madre, me emocioné escribiendo, se supone que me levanto en veintiséis minutos :"v

Chispas Que Viajan Con El Viento - Genshin Impact FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora