𝗲𝗻𝗰𝗵𝗮𝗻𝘁𝗲𝗱 ━ spreendmc

O48 ─ 'tis the damn season

Mora.

Nos quedamos toda la madrugada jugando al truco y casi tocando el amanecer los chicos se fueron a dormir, menos yo. No tenía sueño obviamente, como nunca sentía mi cuerpo repleto de energía, tanto que si me lo proponía; podía darle seis vueltas enteras a la cuadra en tiempo récord.

Lo cuál no lo haré ni aunque me pagarán, descuide el gimnasio por andar desbordada de trabajo, para colmo, se corrió la voz de qué habían un par de streamers importantes buscando editores que llenen los vacantes en sus canales y Martina insistió en qué envié mi currículum. La comprendo, ahora que estará ausente por el viaje a Qatar, se va encargar ella misma de la edición de sus Vlogs pero me apetece un respiro del trabajo, parece qué es algo sencillo pero la realidad es qué exige mucho.

Como sea, eran aproximadamente las ocho de la mañana y mi estómago pedía a gritos un desayuno cómo la gente. Abi y Aylen me hicieron tomar como cuatro jarras de mate durante toda la madrugada, a estas alturas debo tener el estómago agujereado.

Encendí la radio ─que descansaba arriba de la mesada─ y una melodía tranquila inundó la cocina mientras me movía de aquí para allá buscando todo lo necesario.

Preparé café, enchufe la tostadora y mientras se calentaban mis tostadas; endulce mi café y saqué la mermelada de la alacena, cuándo estuve a punto de llevar un trozo de pan a la boca, la figura de Hector llamó mi atención.

Lo veo recostar el cuerpo en el umbral de la puerta, cruzado de brazos.

─ ¿Soy yo o alguien se cayo de la cama tempranito? ─dice con gracia.

─ No te creas que madrugue, eh. ─advertí apuntándole con mi dedo índice─ Era imposible dormir si estoy cagada de hambre.

─ Ah, si, si. ¿Cuántos termos de mate tomaron? ─indaga curioso, pasando a la cocina.

─ Cómo cinco más o menos.  ─puse una mueca vertiendo el café en mi taza─¿Te preparó mates? ¿O tomamos un cafecito juntos?

Hector se queda pensativo un segundo.

─ Vamos a comprar medialunas primero, que vas a andar comiendo esas tostadas rancias. ─dice poniendo cara de asco─ Cámbiate el pijama y vamos al centro un rato.

Miré mi desayuno con el estómago gruñendo, no me importaba que las tostadas ya tengan días en casa, me las comere igual por qué parece que no ingiero alimento hace días.

─ Okey pero igual me llevo las tostadas y el café para el camino.

Hector no dice nada, sabe que no habría manera de hacerme cambiar de opinión.