(TN) es una madre divorciada con dos hijos y Levi es un padre viudo con tres hijas.
Ambos se conocen en una desastrosa cita a ciegas en la que ambos sólo sacan una cosa en claro: no desean volver a verse nunca más.
Pero su destino se une en un asom...
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Motocicletas a toda velocidad eran el terror de toda madre.
La familia de la castaña se encontraba en unas cuatrimotos mientras daban un paseo por la bella sabana africana, se podía observar al guia del hotel ir a toda velocidad sin miedo a estamparse.
-¡Connie no aceleres! - dijo aterrada la madre mientras pasaban por la zona de elefantes, tenía que su pequeño tuviera un accidente por lo cual ambos iban midiendo la velocidad.
-mamá vamos a seis kilómetros por hora- le reprochó el menor mientras apuntaba el medidor del vehículo.
-esa es suficiente velocidad, segura y rápida- la fémina se agarraba con todas sus fuerzas del manubrio mientras que su hijo andaba de lo más relajado.
-¡señora está bien ir rápido! - el guía apareció repentinamente a una rapidez inhumana. -¡mireme! - dio giros con la motocicleta y aceleró rápidamente, chocando con una anciana, la cual salió volando. -ay perdón- y siguió pasando de largo.
Dentro de la zona de mamás e hijas se encontraba conviviendo un padre luchón con su adorada princesa de cabellos marrones.
Las mujeres dentro del lugar hacían manualidades con sus hijas mientras charlaban sobre sus matrimonios, pues todas eran amantes. Hablaban sobre cómo los hijastros tenían ataques de ira en sus contras.
-señoras resistan- dijo con aires de superioridad Reiner mientras peinaba a una niña de cabello café oscuro. -hay luz al final del túnel, este lindo angelito llamado Gabi ya empieza a considerarme su segunda mami, no sólo su antiguo cuidador- acariciaba el cabello de la niña mientras presumía que tenía una buena relación. -¿Qué estás dibujando cielo? - miró nervioso el dibujo.
-es un dibujo de titanes pisoteando tu cabeza y matándote- sonrió de forma psicópata.
El rubio se alteró más al ver que los demás niños en el lugar se reían de que en realidad la niña la odiaba.
-descuida lo que pasa en África se queda en África- le recordó el azabache a lo que el mismo rubio le dijo en el bote con los cocodrilos falsos.
-Levi es gracioso- dentro del cuarto también estaba la pareja de Historia e Ymir, la rubia de la relación rió ante las frases del pelinegro.
La pareja de mujeres tenían pintados pescados en la mejilla simulando que la boca era su boca. Fingía que los peces se daban besitos mientras realmente las dos se estaban comiendo.
Ya dentro del hotel regresaban el peligris y su madre, el infante estaba furioso porque el casco estaba muy apretado ya que su mamá lo apretó de más.
-me arde la cabeza mamá ¡quitámelo!- el niño intentaba con todas sus fuerzas quitarselo y la castaña solo se limitaba a jalar del casco para ver si así salía. -¿¡por qué lo ataste con tantos nudos!? -
-¡no quería que cayeras!- la madre giro su cabeza y miró a Levi venir con su hija menor mientras la tomaba de la mano -¡Oh por Dios! - miraba con horror el "maquillaje" que llevaba la niña, tenía alrededor del ojo totalmente negro como si fuera carbón. -¿Qué le paso en la cara? - miró con preocupación a la niñita pues parecía la llorona así pintada.
-la pinté, es una gatita- su padre miró el maquillaje de la nena sin entender el terror de la fémina, no veía su obra tan mal.
-¿estás usando sombras? - la castaña mayor observó con detenimiento al pelinegro y se percató de que tenía algo de rubor y sombras moradas, sin contar el intento de "peluca" que básicamente eran dirás de papel en el pelo negro del hombre.
-lo pinté de princesa pero se quitó el maquillaje- comentó Sasha con tristeza porque su padre se despintara.
-pues quedó como Lady Gaga - una vena de coraje se postró en el azabache mientras la castaña decía esa frase.
-¿y por qué tu hijo lleva un casco, lo llevarás a dormir o qué? - el varón contestó con sarcasmo al comentario de la mujer.
-le até la cinta con demasiada fuerza- miró rendida el casco al ver que simplemente no lo podía quitar.
-lo mejor de trabajar con espadas es poder cargar con objetos punzantes- saco una navaja de su chamarra deportiva y se acercó al niño.
-solo ten cuidado, por favor- temía que pudiera cortar a su pequeño.
En cuanto corto la cinta el niño se quito de golpe el casco, al hacer esto todos vieron como la cabeza del peligris estaba roja de la presión del casco.
-papi, tengo ganas de ir al baño- la pequeña castaña jalo del sueter de su padre para que le prestará atención. -¿ella puede llevarme? - apuntó a (TN).
-ella tiene su propia vida, no puedes molestarla Sasha- le negó a la niña de forma paciente.
-con gusto la llevo - la mujer de pelo marrón miró con una dulce sonrisa a la nena. -¿puedes cuidarlo? -señaló a su propio hijo -pero en serio, cuidalo -
Dicho eso la castaña pequeña tomó a la fémina de la mano y ambas empezaron a conversar dulcemente, parecían madre e hija. Al mirar eso el padre sentía nostalgia por recordar a su difunta esposa.
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-a veces papá no me sabe limpiar- la niña de 5 años hablaba con tranquilidad mientras la castaña le acompañaba en el baño.
-no lo hace a propósito cielo - contestó la mujer pues ella sabía lo difícil que era la tarea de cuidar niños si no tenías más apoyo.
-es un buen papi, solo que no tiene vagina - a la mayor le sorprendió que siendo ella tan pequeña supiera frases y cosas con tanta inteligencia. Al salir del cubículo la pequeña se miró en el gran espejo e inmediatamente comenzó a lloriquear por ver el feo maquillaje que llevaba. -¡es un mal papi! ¡Parezco salida de The Walking Dead! -
Cómo toda madre al rescate la castaña se acercó a la pequeña y la cargo para consolarla mientras la sentaba en la gran barra del lavamanos.
-ya cariño, a ver que tenemos en la bolsa mágica- intentaba alegrará, así que acaeció su mejilla y empezó a buscar las toallas húmedas en su bolso. Retiraba el maquillaje con delicadeza para no lastimarla.
La menor miró con atención a la mayor y acarició su cabello, recordando a su madre.
-eres hermosa- le sonrió con ternura.
-tú lo eres más - seguía limpiandola, ahora con una gran sonrisa en el rostro.
-yo dije que tú - la niña fingió voz de monstruo para indicar que ella tenía más razón.
-dejame arreglar tu maquillaje - la mujer le imitó, haciendo reír a la pequeña.
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