Padre E Hijo

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Ahora era turno de Levi de pasar un buen momento con los hijos de (TN), veía necesario el hacerlo pues la peli marrón pasaba mucho tiempo con sus hijas

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Ahora era turno de Levi de pasar un buen momento con los hijos de (TN), veía necesario el hacerlo pues la peli marrón pasaba mucho tiempo con sus hijas.

Connie llevaba puesto un casco grande y cargaba con una especie de pala para fingir que era un bate de béisbol. El de cabello negro le enseñaba como ser un buen bateador de béisbol pues recordaba que su madre le comentó que el niño no era muy bueno ejerciendo su posición de jugador.

—pon el codo arriba— caminaba en círculos para analizar el lanzamiento que haría el menor, comenzando con la postura de los brazos —mantén el equilibrio— lo presionó ligeramente por los hombros para lograr que el infante dejara de temblar —muy bien— comentó tras dar un par de vueltas más.

—¿cómo se juega el Cricket?— El niño estaba confundido pues el "uniforme" era de un deporte diferente.

—no jugamos Cricket, jugamos Béisbol— le corrigió mientras se colocaba los guantes de catcher , o algo parecido a eso. —lo único que tenían en el hotel era esa tonta pala que usaremos como bate— apuntó la pala con una expresión de que ni siquiera el sabía lo que eso era.

¿y esa quién es?— señaló con la mano libre a una mujer de alta estatura y cabello rubio en peinado de hongo.

—es una tal Yelena, ella te va a lanzar la bola— así es, Levi sobornó a una empleada del hotel.

—en Cricket no lanzamos sino rodamos— la rubia interfirio en la explicación del pelinegro. 

—Yelena, me recuerdas cuanto es que te voy a pagar — cruzó los brazos con una cara de pocos amigos.

—cinco espadas de las que usted vende— la mujer era seria y directa, manteniendo su postura inferior.

—pues si sigues opinando se van a rebajar a tres— le advirtió señalandola con el índice —¡Listo Yelena, lanza!— le ordenó finalmente.

La alta obedeció y lanzó con con velocidad, para su mala suerte el niño no logró batearla.

—¡soy un asco para esto!— apenas era la primer bola y ya se estaba desesperando.

—tranquilo, no eres tú— consoló dándole palmaditas en la espalda —¡Yelena crees que puedas darle a la base!— regaño a la mujer rubia.

—de hecho en Cricket nosotros... — no terminó la frase pues Levi la miró con cara de 'una palabra más y vete haciendo muerta'. —sí, señor.

El niño volvió a fallar el golpe.

—¡ya no quiero jugar más! — se desespero finalmente y tiro la pala al suelo con fuerza. —¡no sirvo para esto!—

—oye no se arroja el bate— le reprimió —si te haces llamar deportista tienes que mantener la cordura y no dejarte llevar por la ira— lo dijo tan serio que quizá pudo parecer un regaño. —no nos iremos hasta que batees tan bien como montaste el avestruz— aclaró volviendo a su posición. —levanta el bate—  ordenó.

Luna de miel en familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora