Heroísmo y otras cosas que no requieren superpoderes ( Terminando)

Capítulo 46 : Todo el poder del mundo

Saber que Izuku no quería verla ya era bastante difícil para Inko. Después de la desastrosa conversación en la que le dejó claro que no quería que ella lo visitara en el hospital, ir a trabajar como cualquier otro día era una tortura. Era amiga de algunos de sus compañeros de trabajo, pero había poco tiempo para socializar y se guardaba su dolor. ¿Qué clase de madre era ella que su hijo ni siquiera buscó consuelo en ella después de ser atacado por un villano? ¿Cuán inútil la hacía eso, cuando una madre era todo lo que era?

Llegó a casa después del anochecer y se metió en la cama sin preparar la cena. Dormir era lo único que se le ocurría para calmar el dolor de su corazón. Su teléfono todavía estaba en silencio por el trabajo, pero dudaba que Izuku la necesitara en medio de la noche. Todo lo que podía hacer era decirse a sí misma que lo vería mañana. Una vez que estuviera en casa, ella haría lo que fuera necesario para que se sintiera mejor. Se quedó dormida repasando mentalmente lo que necesitaría para el katsudon y tratando de no llorar.

Se despertó en las primeras horas de la mañana con el sonido de su teléfono zumbando insistentemente en la mesa de noche.

"¿Izuku?" ella respondió sin mirar el identificador de llamadas. "¿Eres tu?"

"No, señora", dijo una voz desconocida. "Este es el Director Nezu de UA. He estado tratando de comunicarme con usted durante unas horas. Asumo que no has visto las noticias, pero de todos modos creo que será mejor que vayas al hospital para obtener la explicación completa.

"Pero Izuku saldrá hoy", protestó Inko aturdido. "Vendrá a casa-"

"No ese hospital", corrigió el director Nezu suavemente. "El hospital en el distrito de Kamino".

"¿Ha sido transferido?" preguntó Inko, sentándose un poco. "¿Por qué? ¿Hay algo mal?"

"Él no ha sido transferido", le dijo el director Nezu. "Salió del hospital sin ser dado de alta anoche y fue readmitido en el hospital de Kamino después de estar involucrado en un incidente en esa área".

"¡¿Qué?!" exigió Inko, casi cayendo de la cama en su prisa por levantarse. Buscó a tientas sacar su teléfono del cargador mientras lo mantenía pegado a su oreja, luego corrió hacia su tocador. "¡¿Cómo pasó eso?! ¡¿Qué estas diciendo?!"

"Le aseguro que Izuku goza de perfecta salud", dijo el director Nezu con calma. " Perfecta salud, por lo que sabemos. Sin embargo, el alcance total de lo que sucedió es complicado, y hay algunas lagunas en la historia que creo que solo usted puede llenar. Será mejor que vayas al hospital.

Inko prometió estar allí tan pronto como pudiera y colgó, luego se vistió apresuradamente y salió corriendo por la puerta, apenas recordando cerrar con llave detrás de ella. El viaje en tren fue angustioso, y cada parada parecía un retraso inexcusable. No solía tomar taxis cuando podía caminar, pero no quería perder ni un minuto más, y entró en el hospital solo un poco más de una hora después de haber salido de la casa.

"Los servicios de emergencia están en otra entrada, señora", dijo la mujer en la recepción.

"Mi hijo", Inko negó con la cabeza, casi chocando con su escritorio en su prisa, "¡fue admitido aquí anoche! ¡Necesito verlo, su nombre es Izuku Midoriya!"

"Oh, usted es su madre", dijo la recepcionista en comprensión repentina. "Está en el último piso, la sala de los héroes".

Inko temía especular a qué se refería la mujer con el énfasis en él, como si Izuku fuera un caso extraño del que todos estaban hablando. El director Nezu dijo que estaba en perfecto estado de salud, ¿verdad? ¿Cómo podría ser eso algo malo? La recepcionista le dio un pase y subió en el ascensor hasta el último piso casi temblando de nervios. ¿Por qué estaba en la sala de héroes? ¿Solo porque era un estudiante héroe? ¿O por alguna otra razón?