Los demonios de Patrick Stump |Peterick| Mpreg

C i n c o :

Éramos tan felices juntos. ¿Qué fue lo que ocurrió Pete? ¿Cuándo comenzaste a cansarte de mi presencia y de mi barriguita que cada día crecía un poco más?

Salíamos ambos al escenario, dando lo mejor de nosotros, pero al terminar cada concierto y quedándonos solos todo comenzaba de nuevo, ya ni siquiera sé que es lo que hacía para hacerte enfadar de tal manera en que no te importaba donde caían tus puños o tus patadas. Yo te gritaba, te suplicaba, que te detuvieses porque podrías lastimar a nuestro bebé. A veces te importaba. A veces no.

Éramos tan felices que posiblemente era imposible de creer. Jurábamos amarnos pero al final del día, cuando los rayos del sol ya no alcanzaban más nuestras vidas, los demonios que tú guardabas en tu interior volvían a ser libres y se apoderaban de ti.

¿Quién iba a sospechar de nosotros cuando fingíamos tan bien delante de todos?

Yo pensaba que amándote iba a lograr librarte de lo que eras. No funciono.

Yo pensé que al embarazarme serías incapaz de volver a golpearme durante al menos nueve meses. No funciono.

Que con una niña en nuestras vidas ibas a aprender a amarme. Que error.

Me alegro, –no sabes cuánto- de que Michaelson no tenga que soportar esta vida que su idiota padre llevo, porque al golpearme me matabas solo un poco más, pero al hacerlo cuando ella estuviera iba a lograra terminar conmigo.

Pete hasta nunca, porque hoy gracias a tus golpes lograste matar a nuestra niña sin darte cuenta de que realmente la estabas salvando de mis demonios. Tú eras mi demonio. El más grande y más temido de todos. Puedo ver por la televisión como los policías te arrestan, tú gritas que es un error mientras yo estoy aquí en la cama del hospital arrullando una cobijita rosa que no envuelve nada más que mi brazo.

- ¡Pat!... ¡Patrick, amor! – Tu voz vuelve a ser dulce - ¡Ambos sabemos que fue un error! Debes ayudarme – Dices mirando fijo a la cámara.

Y yo me pregunto ¿por qué rayos están arrestando a mi esposo?

Miro abajo y veo el pequeño rostro de nuestra bebé. Luce tan como tú, y yo sonrió.

¿Por qué no estás aquí? ¿Qué te están haciendo Pete?

Dicen que me has golpeado cada día desde que nos casamos, que he sufrido violencia física y verbal por tu parte pero eso no es cierto porque tú y yo nos amamos y somos ahora padres de una hermosa niña.