Dos

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Algo…pasó por primera vez 
el pequeño paraíso más oscuro
 temblandome, recorriéndome, solo te necesito.
— Don´t Blame Me, Taylor Swift

Henry

Si alguien me hubiera preguntado si me consideraba una buena persona, habría negado inmediatamente, mi pasado no me ayudaba a verme de otra forma más que un soldado listo para acabar con las amenazas o con quienes se metían en su camino; es por eso que no imaginaba que llegara a detenerme en medio de la calle cuando escuché a una chica rogando por ayuda.
Sabía que ir a su rescate traería problemas a mi plan de pasar inadvertido, pero no pude evitar acercarme hasta donde se escuchaban sus gritos para saber qué pasaba y cuando llegue la escena, me sorprendió porque había un chico encima de ella intentando aprovecharse del estado de la chica, que hasta donde estaba, podía notar que era uno bastante malo porque apenas y podía mantenerse de pie, no sabía cómo era capaz de pedir ayuda sin sonar como si estuviera ebria. Al ver lo mal que pintaba la escena intervine y ayude a la chica, haciendo que el chico se fuera corriendo lejos de ella, pero no esperaba lo que traería a mi vida esta situación porque ahora ella estaba en el asiento del copiloto de mi auto, mientras conducía hasta mi casa.
La chica a mi lado no dice mucho, solo se dedica a observar por la ventana, cuando parece que la vista que le proporciona el camino le aburre, así que ahora se dedica a observarme, me detengo en el semáforo que se encuentra en rojo y volteo a verla.

— ¿Cómo es que jamás te había visto?— pregunta. — Dime que lo pensé y no lo dije.

— Definitivamente lo dijiste. — digo y ella muerde su labio. — No tengo mucho tiempo en la ciudad, y dudo que nuestros círculos sociales sean los mismos porque de ser así jamás me habría olvidado de ti.

Su rostro se torna rojo, combinando con su cabello, y veo como parece que le afectó lo que dije porque cruza sus piernas y solo se dedica a observar mi rostro.

— Eres un adulador ¿te lo habían dicho?— pregunta y yo asiento.

— No me culpes a mí, puedo apreciar la belleza cuando la veo y tu eres muy hermosa pequeña.— digo y ella se acerca a mí.

— Deberías ver por donde conduces— dice cerca de mis labios y entonces oigo un claxon detrás de mí.

Vuelvo la vista al camino y veo que la luz ha cambiado a verde así que acelero hasta acercarme a la calle donde se encuentra mi casa, me toma casi tres minutos llegar hasta la enorme casa que se encuentra en una de las mejores zonas de la ciudad, es una casa apartada de las demás rodeada de árboles, con una vista impresionante a la bahía.
Una vez que me estaciono bajo del auto y me apresuro hasta llegar a la puerta del copiloto para abrirla, pero ella se me adelante.

— Puedo abrir mi propia puerta. — dice y entonces baja. — Linda casa.

— Sé que puedes hacerlo, pero quería ayudarte a bajar, el alcohol debe seguir en tu sistema. — digo y ella deja de ver la casa para verme a mí.

— Estoy bien, no bebí tanto como parece, puedo tomar mis propias decisiones. — dice y se acerca hasta mí.
— Y esta noche decido estar contigo.

Dice antes de besarme, su beso es uno lleno de lujuria como si quisiera perderse en mi cuerpo, da un pequeño salto y sus piernas terminan rodeandome, tomo su cintura y caminó con ella hasta la puerta para intentar abrirla sin tener que soltar a la hermosa chica pelirroja que me besa como si no hubiera un mañana. Después de varios intentos logró abrir la puerta y encuentro el lugar en silencio, tal como lo dejé esta mañana; subo con ella hasta mi habitación en el segundo piso y justo cuando llegamos a mi habitación es que ella se separa de mí.

Sus labios están más rojos que antes y ahora lucen un poco hinchados por la sesión de besos que acabamos de tener, se pasea por la habitación viendo lo poco que hay porque es una habitación demasiado simple para una persona que lleva viendo un par de meses en este lugar.

Abigail || Henry Cavill ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora