oscuro.

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La clase de computación termina siendo un fiasco para Lan Zhan. Es muy difícil para él incluso mover el "cursor" con un dedo, apenas se va adaptando a usar su celular, supone que ese será el único dispositivo que será capaz de usar en este tiempo. Wei Ying juega con A-Yuan en el jardín de la casa y se sorprende mucho cuando ve que el mayor está cavando un agujero en la tierra, para simplemente sentar al niño ahí y prácticamente enterrarlo. -¡cosechemos un rabanito de A-Yuan para que salgan más!

El niño ríe mientras es enterrado, cuando sus pequeñas piernas ya están cubiertas, A-Yuan mira fijamente a Wei Ying y así, de la nada, comienza a llorar. Wei Ying se espanta, y Lan Zhan se acerca a ellos.

-No le hice nada, estábamos jugando y de pronto se puso a llorar ¡lo juro!- Wei Ying se muestra realmente mortificado. Lan Zhan no dice nada, simplemente levanta al niño, lo sacude y lo abraza meciendolo cariñosamente en sus brazos. A-Yuan no tarda mucho en calmarse y comenzar a hipar hasta quedarse dormido. Es un niño de 4 años que ha tenido muchas pérdidas en su corta vida. Probablemente se acordó de algo y por eso lloró.

Lan Zhan nota la preocupación de Wei Ying en sus bonitos ojos grises, en cómo muerde de manera nerviosa su boquita de flor, como truena sus dedos tratando de aliviar el estrés que siente. Con sumo cuidado, toma las manos del menor, las aprieta cariñosamente y después rodea con su brazo libre la delgada espalda, guiandole al interior.

-esta bien, Wei Ying no hizo nada malo, A-Yuan a veces llora, aunque no tiene recuerdos, hay ciertas ocasiones en las que siente nostalgia, tranquilo...-

Lan Zhan recuesta al menor en un mullido sofá, coloca almohadas a manera de protección y le cubre, más tarde tendrá que bañarlo, pero ahora, la prioridad es calmar a Wei ying que realmente se nota muy mortificado.

Juntos van a la cocina, Lan Zhan logra, sin torpeza, encender la estufa, y colocar la tetera. Wei Ying le espera sentado en un banco de la barra, cabizbajo y asustado. Lan Zhan nunca a sido bueno demostrando emociones, no sabe consolar gente, no sabe dar palabras de confort, es bastante mediocre en su vida social, pero ya perdio una vez a Wei Ying, y ahora que le tiene ahí, de nuevo, sabe que no tiene que repetir los errores del pasado, así que mientras el agua se calienta, va hacia el, sentándose a su lado y sujeta su mano.

-cálmate, está bien, no hiciste nada malo, Wei Ying nunca ha hecho nada malo...-

Los preciosos ojos grises de Wei Ying le miran con un brillo acuoso, asiente y se permite consolar, recargándose en el costado de Lan Zhan.

-anoche tuve un sueño... Me vi a mi mismo, jugando con A-Yuan, muy, muy pequeño, como de dos añitos, lo enterraba en un lugar donde cosechaba rábanos y la doctora Wen me regañaba por que había ensuciado la ropa del niño... como A-Yuan parecía divertirse, crei que seria bonito jugar con él, no pensé que le haría llorar...-

Lan Zhan escucha todo con un silencio respetuoso, pero su corazón se aprieta con mucho temor. Wei Ying le ha dicho con anterioridad que soñaba con cosas del pasado. Supone que es normal, que recuerde cosas de su vida pasada. espera con todo su ser, que no recuerde sus últimos días de vida.

-puedes jugar con él, le gustas mucho, te quiere, asi que no vuelvas a preocuparte...-

-yo tambien lo quiero mucho...- por fin una sonrisa ilumina ese pálido rostro, Lan Zhan da un último apretoncito en sus delgados hombros y se dispone a levantarse para servir el té. La pérdida genera dolor en ambos, pero se sienten extrañamente avergonzados por decir la verdad. Se conforman con tomar una taza de té uno frente al otro. La bebida calienta la pancita y endulza el corazón de Wei Ying. Lan Zhan le gusta mucho, siente que lo conoce de tiempo atrás y prácticamente le gustaría estar más tiempo con él, tanto como sea posible. pero comienza a sospechar que su benefactor está involucrado en esta loca cacería y no le gustaria exponerlo al peligro.

Sin pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora