¿No Es Mucho Mejor Ser Una Villana?

Capítulo 117

En la oscuridad, su mirada azulada era particularmente punzante.

Me sobresalté, como si estuviera en llamas, luego volví apresuradamente la cabeza hacia adelante.

Tan pronto como se encendieron las luces del teatro, salté de mi asiento mientras veía a los actores saludar a la audiencia en una postura erguida como si tuvieran un yeso alrededor del cuello.

-Vamos.

Isidor extendió tranquilamente el brazo como para escoltarla.

Jugué con el abanico.

-No es necesario.

-Hay muchas escaleras aquí, por lo que podría caerse.

Sentí que era la único consciente, así que lo agarré del brazo y encontré sus blancas manos desnudas, y me puse nerviosa de nuevo.

"¿Por qué no lo noté antes?"

¿Cuál es la razón por la que de repente aparecen tan claramente en mis ojos?

"Nunca ha estado sin guantes en un lugar tan formal, así que ¿por qué ahora?"

Me distrajo la mano pálida que colgaba en el borde de mi mirada y, como Isidor había predicho, tropecé al golpear la punta del zapato contra el escalón.

-Cuidado.

Rápidamente me envolvió cuando estaba a punto de caer, y mi cuerpo fue presionado contra sus brazos.

-Es peligroso. -murmuró en voz baja.

-Incluso si me caigo, solo mis rodillas se lastimaran ligeramente. No es peligroso en absoluto...

-......

Isidor bajó lentamente su cuerpo con una expresión algo complicada en su rostro.

El silencio que continuó a lo largo de la caminata fue incómodo, así que tosí una vez y abrí la boca.

-No había mucha gente, así que no tenía expectativas, pero la obra fue bastante divertida.

-Bueno. La trama no fue buena porque no sentí ninguna creatividad en su conjunto. La actuación de los actores ... Estaba tan obsesionado con la princesa que no pude verlo correctamente.

-¿Eh? ¿Por qué? La, la actriz era bonita.

Avergonzado por su forma de hablar, escupí cualquier cosa.

-... ¿La princesa debe haber pensado que el protagonista masculino era guapo?

Dijo Isidor, entrecerrando levemente la frente.

-¿Qué?

-Ni siquiera puedo recordar la cara del actor. Probablemente aunque tuviera tres ojos no lo sabría.

-Hmm. De todos modos tengo hambre.

-¿No estás cambiando el tema deliberadamente?

-No. Pensé que solo las actrices eran bonitas. En comparación con la apariencia de Sir Isidor, los actores masculinos son como la séptima pata de un calamar ...

Pero, ¿por qué sigo inventando extrañas excusas?

Sintiéndome tardíamente ridícula, me dirigí a un restaurante cercano con Isidor, que parecía estar de mejor humor.

Tan pronto como llegamos, el gerente salió y nos guió a un espacio separado del pasillo.

Había un hermoso jardín fuera de la ventana, y se sirvieron bebidas y refrigerios tan pronto como nos sentamos.