Capítulo 62

899 113 11
                                    

La vida te puede traer, esperanza, felicidad, amor... Pero el tiempo los puede convertir en dolor, tristeza y soledad...

- ¡me encanta! ¡Me encanta! ¡Me encanta!

Abrazándolo fuertemente

-es un collar de parejas

Colocándole el collar

-esto es el tuyo y este es el mío, un símbolo de amor preparado especialmente para ti, mi amada Emilia ...

-muchas gracias Bel...

Sonrió dulcemente

-me siento la mujer más afortunada del mundo, me gustaría que esta felicidad durara para siempre

Agacho la cabeza

- pero, ¿Qué estás diciendo?, por supuesto que nuestra felicidad durara para siempre

Ella lo miro con ojos rojos a punto de llorar

-cariño... Hay algo que aún no te he contado

En ese momento el lugar se tornó oscuro, cada palabra que salía de Emilia era un golpe fuerte para Beltrán y mientras hablaba las lágrimas no dejaban de caer, aquel hombre no podía creer lo que estaba escuchando, su mundo se comenzó a derrumbar... La felicidad que tanto había deseado se esfumaría como si fuera humo.

El hombre cayó de rodillas al suelo llorando, mientras que la mujer lo abrazaba, pidiéndole disculpas por  haberlo mantenido en secreto porque, si no lo hubiera hecho, no hubiera disfrutado de la dicha de crear un hermoso ser al lado de la persona que ama.

Paso dos meses desde aquella revelación... el hogar que habían construido ambos, se estaba desmoronando y dentro de una habitación oscura yacía una mujer que observaba a lo lejos como su esposo, la persona que le juro amor eterno lo engañaba con diferentes personas.

Su corazón se estaba partiendo, pero aun sabiendo de los engaños... Ella no dudaba del amor hacia él, de su aun esposo.

-papá no es malo... Solo se siente herido

Decía la mujer acariciándose el vientre mientras se mecía en la silla mecedora

-qué te parece si mamá te canta una linda canción de cuna, ¿te gustaría?

Una dulce sonrisa

una hermosa sonrisa

todo eso te lo entrego a ti

corazones de oro

y de plata también

todo eso te lo regalo

no llores más

no sufras más

yo siempre te voy a proteger

no llores más

no sufras más

junto a ti estaré

y no te dejaré

Mientras Aquella mujer cantaba, del otro lado de la puerta se encontraba aquel hombre escuchándola, cuando termino de cantar las puertas se abrieron y el hombre entro caminando hacia ella, quien lo miraba sorprendida por su repentina aparición.

- ¡si quieres te lo suplico!

Exclamo el hombre arrodillándose frente a ella

- ¡Pero por favor! ¡Quédate a mi lado! ¡Te lo ruego, no te vayas!

La mujer desbordó en llanto, escuchando las palabras de su esposo

-cómo me dices eso...

-Emilia, por favor... Por lo que más quieras no me dejes solo, yo te amo.

Reencarne En Un Mundo OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora