7. A mí no es a quien le importa

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Las agresiones se detuvieron, pero las preguntas no

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Las agresiones se detuvieron, pero las preguntas no. Ocasionalmente, vio a Off entrar y salir de la escuela, a veces no lo veía salir, otras veces lo vio entrando demasiado temprano. Inconscientemente y presa de alguna variación del Síndrome de Estocolmo, Gun se encontró a sí mismo esperando que apareciera de la nada para empujarlo contra los casilleros o besarlo en algún cubículo, pero ninguna de esas cosas sucedió.

Es recién en el penúltimo día de clases cuando hay un indicio —convencido el pequeño de que sería mejor no verse las caras nunca más, para pelear ni para follar, aunque eso sonara raro, pasando por el estacionamiento como nunca y con la necesidad imperiosa de hacer tiempo antes de llegar a casa y encerrarse en su habitación para perderse entre las páginas de un libro— pudo ver a Arm en su motocicleta, con una bonita chica a la que ubica como Aye Sarunchana sentada en su regazo, riendo ambos como si estuvieran solos en el mundo, compartiendo besos y rodeando ella, su cuello con sus delgados brazos. Obligatoriamente debía pasar por ahí, así que decidió hacerlo rápido y mirando a cualquier otro lado, sintiendo que era invisible, de ser posible.

—Ey, tú —lo llama Arm y Gun siente que se le va el color del rostro— Atthaphan, ven un momento.

Era correr o morir, de eso estaba seguro pero no le respondían las piernas, ni siquiera el primer impulso de salir corriendo supuestamente llevado por el miedo funcionaba en su sistema. Las botas de Weerayut se escuchaban sobre el asfalto, cada vez más cerca y trágico sería su inminente destino.

Tendría un epitafio patético y nadie nunca leería toda la colección de libros y mangas en su habitación. ¡Estaba perdido!

—Oye. —lo voltea, una mano sobre su hombro y Gun se encoge, esperando el golpe que nunca llega—. Ahg, no voy a hacerte nada, idiota. —rueda los ojos, el sol brilla a su espalda resaltando su cabello—. Escucha, no sé qué tiene Off últimamente que le ha dado por sentirse el buen estudiante y eres el último que habló con él. ¿Tú sabes algo?

Gun seguramente tiene estrellas brillándole en los ojos, al escuchar el nombre del chico perdido al cual le entregó su primera vez, mientras niega con la cabeza.

—No, él se fue después de que... —cientos de escenas en retrospectiva inundan sus pensamientos y el calor le sube hasta por las orejas. Esta rojo, puede notarlo y no hay manera de disimularlo— le di el proyecto, no sé nada más— ¿Está estudiando?

Arm asiente, pensativo y mirando algún punto al frente.

—No hace nada más, por las noches se queda en la biblioteca, e incluso ha cambiado su manera de vestir ¡Está completamente loco!

Gun reprime una sonrisa y agradece sin voz el dato del paradero de su tormentoso amor.

—Yo, lamento no poder ayudar más...

—Está bien. —Sorpresivamente, le palmea el hombro con poca fuerza— Oye Atthaphan, te debo una disculpa.

—¿Eh?

Rude Boy - ¿Un Chico rudo? - H.A #30Donde viven las historias. Descúbrelo ahora