09: la cita, parte 2

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maratón

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La noche transcurrió con tranquilidad y Hyeju notó que era fácil hablar con Chaewon. No es que tuvieran mucho en común, por el contrario, eran polos opuestos.

Pero aún así les entretenía poder hablar.

—Tienes cuatro hermanas omegas ¿Verdad? —pregunta Hyeju divertida luego de la graciosa anécdota contada por la omega

—Así es. Jihyo, Nayeon, Eunbi y Sieun  —la omega contaba con sus dedos, detalle que le pareció muy tierno a la pelinegra— Y tengo ya siete sobrinos.

—Me hubiera gustado tener una familia numerosa —dice con algo de melancólica— Supongo debe ser divertido crecer con tantas personas. Aveces estaba bien ser hija única pero es solitario.

—Ser la menor siempre me alivianó más las cosas, pero mis hermanas peleaban cada día... Mi padre tuvo mucha paciencia. Sin su omega que nos cuidara el tuvo que hacer todo.

Chaewon le había contado a Hyeju que su ''madre'' omega murió cuando ella solo tenía tres, un horrible accidente de tráfico acabó con la vida del joven  Kang Yeosang. Entonces su padre Park Seonghwa se las tuvo que arreglar, sin su alma gemela y con cinco hijas.

—Debió ser muy duro...

La omega esperó que Hyeju dijera algo sobre quién engendró a Yeojin pero aún nada sabía; solo que Hyeju era la única madre de la bebé.

—Hola buenas noches, voy a retirar sus platos —dijo la moza al ver que habían acabado— ¿Desean un postre o les traigo la cuenta?

—La cuenta, por favor —dijo la alfa y al voltear a ver a su cita vio un puchero en sus labios.— Mejor tráeme la carta de los postres —pide amablemente y Chaewon sonríe feliz.

—Bien enseguida vuelvo —la omega se retira.

—Son Hyeju, no puedes irte de un restaurante y no pedir postre —recrimina— Siempre hay lugar para postre.

—Bien, lo siento —dijo con una sonrisa y entonces la omega trabajo el menú para luego volver a irse con una reverencia— ¿Qué vas a pedirte cariño? ¿Quieres compartir?

Chaewon que se encontraba detrás del menú, sintió sus mejillas arder ante la naturalidad de la alfa.

—Voy a pedir un pastel de chocolate —dice algo tímida.

—Es una gran elección —dice la menor —me gusta mucho el chocolate —dice con una sonrisa coqueta.

La omega vuelve a sonrojarse, ¡Ella olía a chocolate caliente!

—¡Detente!

La alfa ríe y luego se encarga de pedir el postre.

Se sintió satisfecha cuando observo la felicidad de la omega mientras comía cada bocado y ella solo obtenía pequeños trozos.

—¿Te gusta?—  asintió con sus mejillas llenas— Tienes chocolate en tus labios —Hyeju pasa su pulgar sobre los labios de la bajita y no puede evitar fijarse en lo suave que se sienten. Luego se lleva a la boca su dedo y relame el chocolate.

Chaewon solo pudo mantenerse estática.

¿Eso realmente había ocurrido?

Al salir del restaurante caminaron bajo la luz de las estrellas.

Hyeju se había atrevido a tomar nuevamente la mano de la omega y fueron en silencio hasta el auto. Disfrutaban del silencio de la otra, no tenían que decir nada.
Al llegar dejaron que sus cuerpos reposen sobre la superficie metálica del vehículo y observaron la luna.

—Chae —Hyeju miró a la omega y se detuvo a apreciar su rostro bajo la tenue luz.

—¿Si? —murmuró en respuesta.

—Me gustaría ser honesta contigo —dijo— Porque realmente me interesas, esta cita solo me ayudó a decidir que te quiero en mi vida. Pero antes me gustaría expresar lo que siento.

La omega no pudo hablar, su corazón latía desenfrenado y las palabras de Hyeju le robaron el aliento.

—Hyeju... Yo se que eres madre y que Yeojin es tu prioridad —dice la mayor— Pero también me gusta y al contrario de complicarte, me gustaría poder estar contigo y apoyarte en todo. Si quieres que te dé tu espacio para ti y tu hija, lo haré y si quieres que sea tu compañera y te ayude con ella, también puedo serlo.

Hyeju sonríe ante los lindos sentimientos de la omega, sin dudas es la indicada.

—No es a lo que me refiero —le tranquiliza— Solo quiero que sepas sobre la madre de Yeojin.

La omega siente como si un balde de agua fría cayera sobre ella en pleno invierno.

—¿T-tu omega? —su voz se quiebra sin siquiera poder controlarlo pero entonces Hyeju toma su mano.

—No, no mi omega, la madre de Yeojin —aclara— Mira, no es que sea casta, pero pocas veces tuve una relación seria.

Chaewon se tranquiliza y respira profundo.

—Está bien, puedes contarme lo que quieras... —Hyeju sonríe a medias y acaricia la mano de la mayor.

—Ya sabes que como hija única, siempre fui solitaria, en la secundaria mi única amiga era Heejin y como decidimos estudiar cosas diferentes, finalmente tuve que hacerme más compañía.

>> Jo Yuri, mi compañera, se me acercó primero. Aunque ella era omega y yo alfa, fue una leal amiga y compartimos todo por unos pocos años.

>>Ella venía de una familia mal estructurada, poca atención y padres descuidados. Ella pago sus estudios.
Pero como si se la hubiera tratado la tierra, desapareció de la universidad.

>>No respondió mis mensajes, dejó su piso de estudiante... No volví a verla hasta hace dos meses. Apareció en mi puerta junto a su cachorra y con un lazo roto para rogarme que cuidara de lo único que le quedaba en la vida; su bebé.

>>Me quedé con Yeojin y ella desapareció, me costó asimilar que murió y que ahora soy lo único que Yeojin tiene. Pero jamás me arrepentiría de ésto, yo soy su madre ahora y ahora que sabes sobre ésto, espero que puedas entender lo importante que es para mi, mi cachorra.

Chaewon se lanzó a los brazos de Hyeju para darle un abrazo de contención. Ambas se permitieron llorar en brazos de la otra.
Entonces la omega se separó para poder ver el rostro de la alfa. Limpió las lágrimas de su cara y le ofreció una sonrisa sincera.

—Jamás serás tú sola otra vez ¿Si? Déjame entrar a tu vida...

La alfa sólo pudo acunar suavemente las mejillas de la bajita y sonreír de regreso.

—Ya estás en ella.

En un corto movimiento Hyeju une sus labios a los de Chaewon, la mayor cierra sus ojos para disfrutar del cálido contacto de la boca de la menor sobre la suya e incluso abre sus labios permitiendo que Hyeju avanzara.

La húmeda y curiosa lengua de la alfa a arremete contra la de Chaewon haciéndole suspirar con pesadez, las manos de Hyeju le abrazan la cintura y ella se pone de puntitas de pie esperando sentir mas de cerca la boca de la menor.
Cuando se separan con la respiración desbocada solo pueden unir sus frentes y sonreír tontamente.

—Llévame a casa —murmura la omega sobre sus labios.


⋆ great mommy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora