—¡Ahh~♡!—Katsuki apretaba los rizos de Izuku por el placer que le estaba brindando justo en aquél momento de soledad donde nada ni nadie les podía interrumpir, su novio le estaba dando uno de los mejores orales que había tenido en todo su tiempo de relación, uno que con semanas de práctica y mucha comunicación lograron hacer el desastre que era Katsuki Bakugo sobre las blancas mantas en este instante.—¡Oh Deku...!
La habilidosa lengua de Izuku recorría su clítoris de forma indescriptible, conocía la sensación, sabía lo que estaba ocurriendo mas no tenía las palabras exactas para darle una definición al placer sin fin que le estaban concediendo luego de un día de mucho estrés para el joven héroe. Su chico hacía un gran trabajo, sus dedos penetraban hasta casi hundir los nudillos en su interior, saboreaba cada parte de su vagina como si fuera la última botella de agua en el desierto, todo aquello provocaba que Katsuki gritara y temblara sin tener algún tipo de control sobre su cuerpo.
—Sigue... ¡Sigue por favor!—
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Aún recordaba a Izuku describiendo su vagina como si fueran las manecillas de un reloj, la primera vez del pecoso tocando a su novio se la pasó susurrando horas del día para guiar sus dedos y mirando fijamente los ojos de Katsuki casi sin pestañear. Daría miedo de no ser por que conocía a Izuku a la perfección, sabía que no lo hacía con mala intención.
—¿Se siente bien, Kacchan?—
Izuku comenzó a mover sus dedos con más rapidez, hubiesen sido el causante de un gran placer de no ser por que solo le tocaba los labios. Fue momento para hablar con sinceridad, no podían continuar así.
—Deku ¿Se puede saber por qué estás repitiendo "de doce del medio día a seis de la tarde" mientras haces un remix extraño en mi vagina?—
Izuku solo salió de las piernas de Katsuki completamente ruborizado.
—E-Es que... Internet dice que moviendo los dedos como las manecillas de un reloj funciona para masturbar a tu pareja...—
—No todos los relojes son iguales, el mío no te dará la hora si sigues así— Le atrajo hasta sus brazos dejando un beso sobre su frente, su torpe novio había estado investigando en las páginas incorrectas de nuevo—No me he mojado ni un poco—
Primero le dio permiso a su novio para toquetear como él creía que era correcto, Izuku había presumido tanto de sus investigaciones que quería verlas en acción. Ahora que quedó claro que estudiar páginas de hombres cuya única referencia sobre una vagina es el porno le tocaba enseñarle cómo es que en realidad le podría hacer sentir bien, tomando su mano la guío hasta su entrepierna y así poder dirigir todos sus movimientos, una enorme sonrisa pícara se mantenía en su rostro, miraba a Izuku de forma atenta pues este parecía maravillado con cada toque que daba.
Le parecía precioso estar descubriendo nuevas cosas juntos.
—No, no tienes que pellizcar, no aprietes tanto, conmigo tienes que empezar un poco rápido....—
—Lo tengo, gracias Kacchan—
Ese día Katsuki no pudo llegar a su orgasmo como ambos lo hubiesen deseado, ninguno se deprimió, estaban entusiasmados ahora que Izuku tenía una idea mucho más clara de cómo empezar y dónde tocar. Lo intentarían las veces que fueran necesarias, sabían que todo lo que hacían al día de hoy les ayudaría a no cometer el mismo error en el futuro, por ello su gran emoción de continuar y no rendirse.
Lo intentaron una y mil veces entre risas nerviosas, vergüenzas y momentos donde ni uno de los dos comprendía lo que estaba pasando, no era incómodo, tener a la persona que más amabas dando todo de si para satisfacerte era de lo más preciado para Katsuki, aquél hombre que estaba atento a cada una de sus reacciones para saber si debía seguir o detenerse le transmitía confianza y un cariño inexplicable.
Ese era el gran Izuku Midoriya del que estaba enamorado, alguien que le hacía sentir seguro incluso en los momentos más vergonzosos de su vida.
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Volviendo al presente, las mantas quedaron empapadas cuando Katsuki pudo llegar a su tan esperado orgasmo, para Izuku fue una vista gloriosa tener a su amado envuelto en placer sacudiéndose por toda la cama mientras su escencia salía disparada de su cuerpo, ni hablar del dulce cántico angelical que le acompañó hasta el final, cada grito, suspiro y jadeo fueron guardados en lo más profundo de su corazón para atesorarlos durante toda su vida.
—Bésame Deku— Suplicó —
—Pero acabo de chuparte...—
—¡Que me beses carajo! ¡No importa si me la acabas de mamar!—
El rey había hablado y su más fiel servidor no quería desobedecer a su majestad. Enredando sus piernas, juntando sus torsos y dándose tantos besos pudieran en completa desnudez se dedicaron a apreciar aquél momento que la pareja compartía, Katsuki estaba feliz, se sentía tan relajado como para dormir por un mes, en cambio Izuku estaba que moría ahí mismo, temblaba y murmuraba cosas que Katsuki pese a estar a su lado no podía escuchar muy bien.
Satisfacerse era maravilloso, pero satisfacer a su pareja lo era aún más.
—¿La quieres meter o por qué estás más ansioso que un Chihuahua promedio?— Los besos se detuvieron, mas no las caricias—
—Solo me emociona saber que todo lo que intentamos dio resultados, quería hacértelo el próximo domingo pero te vi muy estresado hoy— Al percatarse de unas manos traviesas recorrer su abdomen solo pudo reír a carcajadas, Katsuki solo le miró extrañado— Hoy no Kacchan, tengo que levantarme temprano—
Katsuki bufó retirando sus manos.
—¿Y mañana en la noche?—
—Mmm... ¡Estás de suerte! Estaré libre para ti—
—Entonces te esperaré con vino, galletas y un condón, si te atreves a dejarme plantado como la otra vez te arrancaré la polla a mordiscos—
Estaba escribiendo el mega capítulo del siglo pero me acordé que este es un fanfic de capitulos cortos. En otra historia escribiré mi Dekubaku revolcándose como es debido.
Cabe recalcar que esto es ficción, en la vida real usen una barrera bucal para evitar cualquier inconveniente en ustedes y su pareja. Se puede hacer con un condón ;)
