Priya, Abby, Tyler y Miriam se encargarían de descubrir porque Mei de repente había cambiado bruscamente de estilo y de actitud, pero no solo eso, ¿Por qué se parecía y actuaba como Miriam?
• Mei x Miriam.
• Shipp lésbico.
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Cuando se hizo de mañana, salió el sol y la alarma en el cuarto de la pequeña niña confundida comenzó a sonar ella despertó, algo confundida y por unos segundos había olvidado absolutamente todo lo que había pasado en el caótico día anterior.
Pero no duro mucho, soltó un suspiro pesado sentándose al borde de su cama, se sentía tan estúpida.
Había sido tan tonta que ni ella misma se lo podía creer, fue a su baño y se lavó la cara, efectivamente, no era un sueño.
Observo con detenimiento su reflejo en su viejo espejo en su baño, había actuado como alguien tonta, extraña, estúpida, loca... y otros adjetivos que se le podían ocurrir ¿Cómo no se había dado cuenta de qué le gustaba Miriam? Era tan obvio.
Comenzó a sacar su ropa del armario pero esta vez, por segunda vez, era diferente, volvió a ponerse la ropa que solía usar, un polo rosa, un suéter rojo, su falda, sus medias rojas y no se hizo nada en el cabello, sonrió por un momento, se sentía mucho mejor de esa forma.
Era terco pensar que realmente no se había dado cuenta de que le gustaba su mejor amiga, claro que se había dado cuenta ¡Priya se lo había dicho! Pero no lo había aceptado y gracias a eso ahora estaba en una situación peor, se había declarado sin querer.
— Buenos días, mamá, papá. — Saludo sentándose a la mesa de desayuno como todos los días.
Ayer había llegado a dormir, no había dicho mas de dos palabras a sus padres por todo lo que había pasado y lo mal que se sentía. Era una tontería, ¿Qué iba a decir Miriam de ella ahora?
Pero viéndole el lado bueno, había podido dormir un poco más.
— Oh Mei, estás diferente... otra vez.
Escuchó decir a su mamá ese comentario e incluso quiso reír, se miraban mas tranquilos por verla nuevamente de esa manera.
— Lo sé, espero que sea el último cambio así de brusco. — Suspiró Mei.
— Puedes contar con nosotros Mei. — Sonrieron sus padres, ella lo sabía y estaba feliz por ello, pero contarles acerca de todos los sentimientos nuevos... no era el momento. — Ahora come para que no se te haga tarde.
Mei asintió sintiendo que su estómago se revolvía de un lado para otro, ¿Miriam se iba a enojar? ¿La rechazaría? ¿Dejarían de ser amigas? ¿Y si se burlaba de ella?
Definitivamente, tenía que dejar de pensar de esa forma tan negativa, aunque claro, hacerse ilusiones no estaba en su lista, no quería decepcionarse, Miriam era su mejor amiga y eso era lo que necesitaba, ya habían pasado demasiadas cosas en sus vidas, solamente quería que todo vuelva a ser igual.
