Capítulo 4 (She Will Be Loved)

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Cuando tenía un poco de tiempo a solas fantaseaba con volver a otro concierto, habían pasado casi dos semanas y Joe y yo no habíamos dejado de hablar por chat. A pesar de solo vivir a una hora y de que a veces él tuviese que hacer trayectos a Manhattan (por trabajo) no habíamos encontrado ningún hueco para vernos, o alomejor simplemente estábamos esperando a sentirnos totalmente e intensamente apasionados por el otro. Tenía la galería llena de fotos de sus outfits o de su cara de interesante en algún punto de Nueva York, yo siempre le contestaba con un emoji lleno de corazones o con el de la babita caída, no podía decir que estaba enamorada porque en este punto todavía era imposible pero tampoco podía evitar sentirme totalmente atraída por la idea de compartir mucho más rato a su lado.

— Tierra llamando a Bill — las manos de Athena aparecieron delante de mi cara —.

— ¿Qué? — la miré —.

— ¿Para qué hemos quedado a tomar café si no me estás haciendo ni puñetero caso? — me miró con una mueca —.

— Eso no es cierto — me quejé — Solo he disociado unos segundos —.

— ¿Cuándo vas a quedar con el chico de Queens? —.

— Supongo que mañana, que es viernes y tengo la tarde libre — mis dedos jugaban con la humedad que había creado el vaso de café con hielo —.

— Billie — nos miramos — ¿Te gusta? — yo asentí — A por todas, creo que tenéis que deciroslo y a partir de ahí todo va a ser más claro y más sencillo a la hora de construirlo —.

— Lo sé, además me ha contado que pasado mañana tienen otro concierto en Sofar así que creo que deberías venirte con Jack — desvíe un poco el tema —.

Ella asintió y entendió que no me apetecía mucho hablar sobre cómo me sentía con Joe, ese viernes me puse un vestido midi algo suelto y unas sandalias de plataforma, esta vez era Joe quién venía a mi "territorio", me di un tranquilo paseo hasta el restaurante en el que íbamos a cenar y aproveché el solecito de verano que me venía genial para relajarme. Sonreí cuando le vi llegar a lo lejos, vestido en unos chinos negros con cinturón marrón, una básica blanca dentro de estos y las Gazelle, en el antebrazo una cazadora blanca.

— ¿Perdone, quiere cenar conmigo o ya está acompañada? — sonrió antes de dejar un beso en mi mejilla —.

Yo sonreí, negando con la cabeza.

— Estoy acompañada pero creo que voy a hacerle una bomba de humo con tal de cenar con usted — susurré divertida —.

Joe se rió y me ofreció pasar por delante, pedí la mesa a mi nombre y nos sentamos el uno frente al otro.

— Estás guapísima B — me miró —.

— Gracias, tú también — le sonreí escondiéndome tras el menú —.

Al decidir que íbamos a cenar pedimos un vino de la casa y Joe recorrió pequeñas distancias con sus dedos hasta tocar los míos, se hizo el loco mientras unía mi índice con el suyo y sonreí un poco sin dejar de mirarle.

— ¿Cómo ha ido el trabajo? —.

— Tranquilo, trabajé solo hasta la una —.

— Yo he llegado aquí trayendo a una señora — se rió — Aprovechando —.

Me aburría preguntarle esas tonterías del día a día que nos contabamos por chat, me apetecía seguir aprendiendo cosas sobre él y sobretodo me apetecía quedarme en silencio y que me besase cualquier zona de la cara. Casi en el postre Joe me contaba que este sábado iba a tocar otra de sus canciones y aproveché para decirle que vendría acompañada.

— Por cierto, este sábado iré con mi amiga Athena, me gustas un montón y su novio Jack — dije casi de carrerilla —.

— ¿Tú amiga se llama Athena me gustas un montón o yo te gusto un montón? — me dijo divertido —.

— Me gustas un montón — repetí —.

— Tú a mi también me gustas un montón B — me miró y entrelazó un poco más nuestros dedos —.

Chateau x Joe KeeryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora