Nicholas Nelson hace poco que se mudó para asistir a la prestigiosa escuela deportiva St. James, para perseguir su sueño de ser jugador profesional de Rugby.
En la ciudad solo conoce a Imogen, su amiga de toda la vida, y algunas chicas que se relac...
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Es el primer día de colegio de Victoria Spring, de 4 años.
La pequeña, de cabello negro y ojos grandes, mira con nerviosismo a su alrededor mientras camina cogida de la blusa de su madre.
"No pasa nada Tori, solo tienes que portarte bien, como haces en casa."
Le había dicho su madre antes de bajar del coche y entrar en el Etton primary School.
Los pasillos llenos de niños y de ruido la pusieron nerviosa, todo era tan confuso a su alrededor.
Su madre se detuvo y se puso de cuclillas ante ella y le besó la frente.
No lejos de ellas, un grupo de niños se arremolinaba alrededor de una mujer con el cabello dorado como el trigo.
Tori por un momento pensó, que el sol se había enredado en su cabeza.
La mujer las miró y le dijo algo al grupo de niños antes de comenzar a acercarse.
La chica se presentó como la señorita Amalia ante la señora Spring, y tras un suave apretón de manos entre ellas, la profesora miró a la niña.
Con cuidado sacó una pequeña violeta silvestre de su mandil y la colocó en el cabello de Victoria.
- Bienvenida a la clase de las Violetas. - Le dijo con suavidad estirando su mano a la de la niña.
Tori miró a su madre algo insegura, pero soltó su blusa; Atrapándose las manos la una con otra mientras miraba a la mujer, que esperaba con calma a que la niña aceptara.
Se asomó tras la maestra para poder mirar más detenidamente el grupo de niños.
Hablaban y reían entre ellos, esperando a que la señorita volviera, y vio que todos llevaban esa misma flor en el pelo.
Los miró con miedo y la mujer llenó sus mejillas con una sonrisa. Victoria aceptó su mano, detrás de esa luz no podía esconderse nada malo.
Ambas caminaron hasta el grupo y Tori sintió esos nervios en el estómago que aparecen antes de saltar al vacío.
