The cunning girl (la chica astuta)✅

Pensamiento profundo N°23

"Cuando eres paranoica no te ocurre nada, pero cuando dejas de serlo te ocurren cosas malas"

Charles

Okey, hoy lo haremos.

Haremos lo planeado desde hace años realidad, por fin a llegado este momento tan esperado para nosotros.

—Charles ¿y a qué hora la raptaremos?-Pregunta uno del círculo que hemos formado para la información.

—Cuando salga de su casa, en unas 3 horas exactamente.- respondo con palabras muy calculadoras.

—¿Y que haremos con el robot?-Pregunta el sujeto que construyó el robot.

Me quedo pensando un pequeño rato para luego responder.

—Lo dejaremos dónde está, así nos informará lo que pasa.

El sujeto asiente pero súbitamente expresa una cara de duda.

—¿Y que pasará con Agatha? ¿No estará con nosotros cuando le tengamos que decir?.

—No está en condiciones, es mejor que después hable con ella a solas, lo necesita.-le respondo muy claro sobre la tragedia que está soportando en estos momentos.

Unos pasos apresurados hacen presencia en la enorme sala de estar y así lograr visualizar quien es el causante de esos ruidos.

—Esta despertando, hay que estar en posición.- Habla Edgar con una voz sería y sin burla en sus expresiones.

Todos nos levantamos de los asientos para dirigirnos ha la puerta principal y caminar hacía las camionetas.

El grupo de nosotros nos subimos a una blanca, y los guardias que estaban vigilando la puerta a una verdosa.

Ya es momento de decir la verdad моя девушка в тюрьме.

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Simone

Me despierto abrumada por un extraño sueño como todas las mañanas.

Así que me levanto de la cómoda para ir directamente al tocador.

Camino hasta mi puerta y así poder avanzar al pasillo que conecta por el lado de las escaleras y ver el tocador a unos cuantos pasos de mí.

Pero unos ruidos me hacen parar de repente... Unos ruidos muy parecidos a sollozos inaudibles.

Extrañada empiezo a seguir los sollozos que se escuchan en la planta baja.

Rápidamente bajo los escalones (obviamente con cautela) y cuando estoy abajo observo para todos lados y los ruidos me indican que lo que sea que esté llorando se encuentra en el baño.

Me dirijo allí con facilidad y cuando me encuentro al frente de la entrada del baño se puede divisar una pequeña abertura en la parte de la esquina (o sea que no a cerrado la puerta por completo) creo que por esa razón la pude oír.

Pero cuando presto atención a lo que sucede no es para nada agradable.

Es Agatha con lágrimas en sus verdosos ojos oscuros, sus pequeñas gotas saladas caen como si una carrera se tratase mientras ella comienza a colocarse la muy conocida base de maquillaje, pero súbitamente cuando la susodicha voltea su rostro en un costado un gigante hematoma de color azul violáceo se hace visible en mis ojos haciéndome que me sorprenda alarmantemente.

Mi entrecejo se hunde en magnitud y estaba apunto de abrir la puerta y hablar con ella pero sin previo aviso ella me observa con el reflejo del espejo y rápidamente me cierra la puerta en mis narices, sin darme tiempo de abrir siquiera la boca, y escuchar el pestillo puesto.